El colegio pide discreción tras el asesinato de Portnov: ni "chismes" ni prensa
El American School Madrid reunió a sus alumnos de secundaria en el auditorio para explicarles que el padre de tres compañeros había sido acribillado a la entrada
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El Colegio Americano de Madrid, uno de los más exclusivos de España, no quiere que se especule sobre el asesinato de Andriy Portnov. Así se lo ha trasladado tanto a los alumnos como a las familias. En una comunicación interna a la que ha tenido acceso El Confidencial instan a evitar los “chismes” y a "no hablar con periodistas". El mismo día del crimen, la dirección del colegio reunió a los alumnos más mayores para informarles de lo sucedido, pero también para evitar las habladurías.
“Los estudiantes de secundaria y preparatoria se reunieron en el auditorio y se les informó lo siguiente: se ha producido un tiroteo mortal justo a la entrada de la escuela. La víctima era un padre de ASM (American School Madrid). Hablamos con ellos sobre el cuidado y el apoyo y cómo, en momentos como este, apoyarse mutuamente marca la diferencia. Y que en una comunidad sana no hay lugar para la especulación ni los chismes”, dice la comunicación oficial que lleva la firma del director del centro, Ben Weinberg.
Este mensaje fue remitido horas después de los hechos a todas las familias a las que se advertía de que, si acudían por la tarde a recoger a sus hijos, que evitasen hacer declaraciones a la prensa, presente durante toda la jornada en los aledaños del colegio: “Si van a recoger a sus hijos más tarde, sepan que la policía seguirá presente, al igual que los periodistas. Por respeto a la familia Portnov, les pedimos que se abstengan de hablar con periodistas”.
La Policía Nacional ha asumido la investigación de un caso complejo. Buscan al menos dos autores que se dieron a la fuga tras ejecutar el crimen. Efectuaron varios disparos en la espalda y la cabeza. Según fuentes conocedoras del relato de uno de los testigos, fueron al menos cuatro disparos y uno de los autores se volvió hacia el cuerpo de la víctima, ya tendida en el suelo, para rematarle con un último disparo en la cabeza. La trayectoria de Portnov dibuja un perfil desafiante que acumuló enemigos en sus últimos años de vida, dentro y fuera de la política.
Seguimientos a la víctima
Si los criminales le estaban esperando en el colegio donde dejaba a sus hijos, no se descarta que le hubieran seguido o que hubiesen vigilado sus movimientos y rutinas en los días previos. Portnov fue un dirigente prorruso en su país y fue acusado de reprimir las protestas europeístas en Ucrania conocidas como el Euromaidán hace una década. Salió de su país pocos meses después de la última invasión del Kremlin.
Su paradero era una incógnita, aunque dejó una pista que fue revelada por los medios de comunicación de su país que investigaban desde hace años sus lazos con Rusia. Detectaron que había puesto a nombre de sus hijos una mansión a las afueras de Kiev por medio de un poder notarial firmado en Madrid.
Desde el Colegio Americano afirman que mantienen “contacto regular con las autoridades” y siguen “las recomendaciones de la embajada de EEUU sobre medidas de seguridad adicionales”. Este colegio cuenta con protocolo antitiroteos, unas medidas que llaman la atención en España, pero que son comunes en Estados Unidos. En este caso, además, el Colegio Americano tiene entre su alumnado muchos hijos de diplomáticos, famosos y empresarios adinerados.
“Si ustedes o sus hijos necesitan apoyo en este momento, por favor, contáctennos. Somos una comunidad fuerte y solidaria, y juntos podemos ayudarnos mutuamente a superar esta tragedia”, concluye el comunicado de la institución.
El Colegio Americano de Madrid, uno de los más exclusivos de España, no quiere que se especule sobre el asesinato de Andriy Portnov. Así se lo ha trasladado tanto a los alumnos como a las familias. En una comunicación interna a la que ha tenido acceso El Confidencial instan a evitar los “chismes” y a "no hablar con periodistas". El mismo día del crimen, la dirección del colegio reunió a los alumnos más mayores para informarles de lo sucedido, pero también para evitar las habladurías.