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Todos los enemigos de Portnov y el día que ardió el coche de los periodistas que le investigaban
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"Al final no escapó"

Todos los enemigos de Portnov y el día que ardió el coche de los periodistas que le investigaban

La Policía española investiga el asesinato del exdirigente ucraniano, cuya trayectoria dibuja un perfil desafiante que acumulaba rivales

Foto: La Policía Nacional trabaja en el lugar donde asesinaron a Andréi Portnov. (EFE/Borja Sanchez-Trillo)
La Policía Nacional trabaja en el lugar donde asesinaron a Andréi Portnov. (EFE/Borja Sanchez-Trillo)
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Andriy Portnov sintió en 2019 la presión de los periodistas que escrutaban sus lazos con Rusia. El político y abogado ucraniano respondió con la publicación en su canal de Telegram –más de 20.000 seguidores– de los datos del coche del medio de comunicación que más lejos llegó en sus averiguaciones. El vehículo de los reporteros acabó calcinado. Más de cinco años después, y con una invasión de Rusia de por medio, Portnov ha sido abatido a tiros en Madrid. La Policía Nacional investiga ahora el asesinato de este ucraniano de 52 años que acumuló numerosos enemigos en el último tramo de su vida.

Fue acusado de traición en su país y de reprimir las movilizaciones europeístas del Maidán. También fue señalado por Estados Unidos por influir en los tribunales. Se granjeó enemigos dentro y fuera de la política, donde desempeñó un perfil mediático y polémico hasta que desapareció. Sus redes sociales apenas emiten señales desde unos días antes de que los tanques de Putin entrasen en territorio ucraniano. El nombre de Portnov era de sobra conocido por los medios de comunicación de su país, que desconocían el paradero de este exdiputado que desempeñó altos cargos en la administración presidencial del prorruso Víktor Yanukóvich.

Le recuerdan especialmente en la redacción del programa 'Schemes', especializado en periodismo de investigación. En noviembre de 2019, denunciaron que Portnov había difundido los datos personales del conductor del equipo de filmación que preparaba un reportaje sobre él. El dirigente compartió los datos completos de su pasaporte y la dirección particular del empleado, así como las matrículas del coche y datos que indicaban que su lugar de residencia estaba siendo vigilado. El consejo editorial denunció una campaña de “presión” de Portnov al saberse cercado.

Meses después, el coche apareció calcinado. Lo anunció la redactora jefe del programa, Natalka Sedletska, a través de un mensaje en Facebook. Indicaba que antes de las llamas se había escuchado una explosión, por lo que apuntaron a que fue intencionado. La periodista recordó la difusión de los datos y Portnov la denunció al entender que le acusaba del ataque. Los tribunales le dieron la razón al político hasta en dos ocasiones. “Es un ejemplo de su influencia”, declara ahora una periodista ucraniana pendiente de las informaciones que llegan desde España.

Foto: El expresidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, y Andriy Portnov, en 2010. (REUTERS)

El programa ‘Schemes’ siguió su trabajo y publicó informaciones sobre Portnov como la que en marzo de 2022 dio cuenta de que tenía una mansión valorada en 2,5 millones de euros en las afueras de Kiev, registrada a nombre de una sociedad offshore en las Islas Vírgenes. Contaba con varios coches de lujo propiedad de su madre o de su pareja, Anastasia Valyaeva. También desvelaron que tenía propiedades en Rusia vinculadas al entorno del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov.

Abandonó su país tras la invasión rusa, concretamente el 3 de junio de 2022, a través de un puesto de control en la región de Transcarpatia. Según la prensa local, Portnov partió hacia la vecina Hungría a través del cruce de la carretera de Chop (Tisa). No era la primera vez que buscaba refugio en otros países lejos de Ucrania. Cuando se iniciaron las protestas del Maidán, se marchó a Austria, donde ejerció la abogacía. Volvió en 2019 para mandar “a prisión” al expresidente europeísta Petro Poroshenko “y confiscar el dinero y los bienes robados del país", según dijo en su canal de Telegram, donde publicaba sus enfrentamientos.

Una notaría de Madrid en 2024

No ocultaba su vida de alto nivel, respondía a sus críticos desde sus “esquís de montaña de los Alpes”. En 2018 se hizo con el control del canal de televisión prorruso NewsOne. Los mismos periodistas que le investigaron en su día desconocían su escondite, pero en abril del año pasado desvelaron que Portnov había puesto a nombre de sus cuatro hijos la mansión valorada en 2,5 millones. Lo hizo por medio de un poder notarial firmado en Madrid.

Hace unos años, una periodista recordó que en 2010 Andriy Portnov dirigió el departamento judicial de la administración presidencial y que fueron los tribunales los que tomaron parte activa en la represión de la Revolución desde 2014: “Encarcelaron a gente, prohibieron reuniones pacíficas y retiraron las licencias de conducir a los participantes en manifestaciones de automóviles”.

Él contestó a esa información con el siguiente mensaje: “He releído el artículo varias veces y no lo he entendido bien: ¿qué hay de malo en reprimir la Revolución, detener a los participantes en los disturbios, prohibirles las reuniones pacíficas y privarlos de sus licencias de conducir? ¿Qué ocurre?”.

Foto: Lugar del homicidio a las puertas del Colegio Americano de Madrid, en Pozuelo de Alarcón, Madrid. (Guillermo Cid)

Este miércoles, varios de sus rivales reaccionaron a la noticia de su muerte como el exdiputado Ihor Lutsenko, quien publicó una foto del cadáver de Portnov en Facebook junto a un mensaje: “Utilizó hábilmente la ley (...) la convirtió en un medio para establecer la tiranía y la anarquía. Y en estos malabarismos tenía pocos iguales. En segundo lugar, su arrogancia era descomunal. Escribió amenazas en mensajes privados a los investigadores de los casos de Maidán, e incluso me amenazó en Facebook (...) al final no escapó”.

Andriy Portnov sintió en 2019 la presión de los periodistas que escrutaban sus lazos con Rusia. El político y abogado ucraniano respondió con la publicación en su canal de Telegram –más de 20.000 seguidores– de los datos del coche del medio de comunicación que más lejos llegó en sus averiguaciones. El vehículo de los reporteros acabó calcinado. Más de cinco años después, y con una invasión de Rusia de por medio, Portnov ha sido abatido a tiros en Madrid. La Policía Nacional investiga ahora el asesinato de este ucraniano de 52 años que acumuló numerosos enemigos en el último tramo de su vida.

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