Seguridad Nacional identifica a Rusia tras toda la desinformación sobre la tragedia de la dana
El informe de 2024 sostiene que "el ecosistema de propaganda y desinformación pro-Kremlim" se volcó para "proyectar una imagen de país sumido en el caos" y promover la desconfianza en las instituciones
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En los días siguientes al pasado 29 de octubre, mientras se buscaba a los 227 muertos por la dana en la provincia de Valencia y miles de personas vivían en medio del fango, en las redes sociales proliferaron informaciones falsas que alteraron aún más el desfallecido ánimo de los valencianos y del resto de la opinión pública en España. Como sucedió con la pandemia del covid, el mayor desastre natural de la historia del país se utilizó para lanzar teorías conspiranoicas y mentiras con el propósito de agitar a la población.
El informe anual de Seguridad Nacional relativo a 2024 revela que Rusia estuvo detrás de ese movimiento. "El ecosistema de propaganda y desinformación pro-Kremlim" se volcó para "proyectar una imagen de país sumido en el caos". Actores prorrusos aprovecharon la tragedia para "amplificar y adaptar narrativas desinformativas preexistentes en su beneficio". El objetivo era promover la desconfianza ciudadana en las instituciones públicas y crear controversia sobre el apoyo prestado a Ucrania, con el argumento de la necesidad de ayuda a las zonas afectadas.
Cuando muchos afectados desconocían aún el paradero de sus seres queridos, en las redes circularon falsedades como que en el aparcamiento del centro comercial de Bonaire había cientos de muertos, el embalse de Buseo estaba a punto de romperse o el desbordamiento del barranco del Poyo lo había ocasionado la apertura de las compuertas de la presa de Forata. Y son sólo algunos ejemplos de los muchos bulos que corrieron y aún corren sobre la tragedia.
No fue fortuito. Rusia impulsa constantemente campañas de desinformación "contra España, Europa y Occidente", de manera más "acentuada" desde la invasión de Ucrania. Su propósito no es sólo cuestionar el respaldo económico y militar a Zelenski sino la "pertenencia" de nuestro país a la UE y a la OTAN. Para lograrlo, en 2024 se valieron de esta catástrofe y de los procesos electorales, según describe el documento.
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A los canales oficiales del gobierno ruso se han sumado activistas pro-Kremlin con distintas audiencias en redes sociales, agentes o entidades proxy (que ayudan a enmascarar el usuario real) y webs en distintos idiomas que, aparentemente, no están integrados en la estructura gubernamental de Rusia. Su actividad, apunta, también fue detectada durante las elecciones europeas, con la finalidad de socavar el sistema democrático.
En el análisis de riesgos y amenazas para la Seguridad Nacional que el texto incluye cada año, las campañas de desinformación vuelven a estar entre los de más intensidad (en 2023 en primer lugar, en 2024 en el segundo puesto), junto a la vulnerabilidad del ciberespacio (el primero esta vez), los flujos migratorios irregulares, la tensión estratégica y regional y la inestabilidad económica y financiera.
El documento relata que la desinformación rusa ha evolucionado estos años para "sortear el efecto de las sanciones de la UE" y "lograr una mayor penetración y difusión de sus narrativas". Las campañas "han pasado a desarrollarse a través de canales no convencionales, con un modus operandi más sofisticado y una trazabilidad hasta el origen más difícil, porque se utilizan actores y organizaciones desvinculados que operan en infraestructuras múltiples".
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El Kremlin ha priorizado la actuación en redes sociales y se ha servido de la IA, que le permite expandir contenidos en multitud de idiomas, de manera más verosímil e indetectable, lo que ha supuesto un "salto cualitativo y cuantitativo en la difusión de la desinformación masiva". La inteligencia artificial generativa les ha permitido crear textos, imágenes y vídeos falsos de alta calidad y a gran escala, que después un ejército de bots amplifican en las redes sociales.
Seguridad Nacional cita un reciente trabajo del Servicio Europeo de Acción Exterior sobre Manipulación e Injerencia Extranjera de la Información, que identifica, entre otras, la campaña Doppelgänger atribuida a Rusia. Esta "infraestructura desinformativa", que posee 228 dominios y 25.000 cuentas de redes basadas en "comportamiento inauténtico coordinado", opera en varios idiomas, incluido el español, se centra en X y está extendiéndose a BlueSky. Trabaja en la suplantación de medios de comunicación occidentales y webs gubernamentales y en el despliegue de miles de dominios falsos para manipular los algoritmos de las plataformas.
El informe de 2024 apunta a un horizonte el próximo lustro con una "atmósfera preocupante", especialmente en lo que concierne a las campañas de desinformación y la vulnerabilidad del ciberespacio, y a una visión pesimista a largo plazo (2035) en todo lo relacionado con la geopolítica.
En los días siguientes al pasado 29 de octubre, mientras se buscaba a los 227 muertos por la dana en la provincia de Valencia y miles de personas vivían en medio del fango, en las redes sociales proliferaron informaciones falsas que alteraron aún más el desfallecido ánimo de los valencianos y del resto de la opinión pública en España. Como sucedió con la pandemia del covid, el mayor desastre natural de la historia del país se utilizó para lanzar teorías conspiranoicas y mentiras con el propósito de agitar a la población.