El fascinante museo de Murcia que guarda miles de instrumentos de todo el mundo: solo 3 euros la entrada
Todo tipo de instrumentos de 145 países se conservan en un espacio único en una pedanía de Caravaca de la Cruz (Región de Murcia), que acerca al visitante a la historia musical de la humanidad
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A la hora de transmitir el legado musical de los pueblos, resulta fundamental poner en valor los instrumentos que acompañan ritos, celebraciones, guerras, migraciones y creencias. Conservar estos objetos no es solo una forma de preservar la memoria sonora del mundo, sino también de comprender la diversidad cultural que define al ser humano a través de algo tan importante y enriquecedor como la música. Esta es la misión que cumple el Museo de la Música Étnica de Barranda, un espacio ubicado en dicha pedanía del municipio murciano de Caravaca de la Cruz, que fue inaugurado en el año 2006.
Con una inmensa variedad de instrumentos musicales de 145 países diferentes de todo el mundo, el museo está considerado uno de los referentes en su ámbito en Europa y exhibe una parte muy significativa de la Colección Blanco Fadol, que reúne más de 4.000 piezas y es fruto del trabajo del investigador hispano-uruguayo Carlos Blanco Fadol, quien lleva más de cincuenta años dedicando su vida al estudio de las músicas tradicionales.
El visitante puede recorrer salas temáticas con objetos de los cinco continentes: tambores africanos, flautas precolombinas, sitares indios, cuerdas orientales y hasta clarinetes elaborados con tallos de cebada en Bielorrusia. Algunas piezas están construidas con carcasas y pieles animales o incluso huesos humanos, utilizados en culturas que vinculaban la música a prácticas funerarias, rituales o mágicas, lo que convierte la colección en un testimonio excepcional de las expresiones sonoras más profundas de la humanidad.
A diferencia de otros museos, este no se limita a mostrar vitrinas. El recorrido se plantea como una experiencia sensorial e interactiva, donde el público puede escuchar los sonidos originales de muchos de los instrumentos e incluso ver cómo el personal del museo toca alguno de ellos, entender sus funciones sociales o simbólicas y descubrir cómo la música se relaciona con la magia, el cortejo, la guerra o los rituales funerarios. El entorno rural y la arquitectura tradicional del edificio aportan un contexto íntimo y acogedor que favorece la conexión con las culturas representadas.
Horarios, precios y experiencias
El museo abre de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 16:30 a 18:30, los sábados de 10:30 a 14:00 y de 16:30 a 18:30, y los domingos de 10:30 a 14:00. La entrada general cuesta solo 3 euros, mientras que los mayores de 65 años y los estudiantes pagan 2 euros. Los menores de 12 años pueden acceder gratis, y los grupos organizados (a partir de 10 personas) tienen un precio especial de 4 euros por visitante, que incluye guía especializado.
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Además, durante los meses de verano, el patio exterior del museo se convierte en escenario de "A la luna de Barranda", un ciclo de conciertos gratuitos de música de raíz que reúne a artistas nacionales e internacionales en un entorno íntimo y al aire libre. Este evento forma parte de la propuesta cultural más amplia del pueblo, que también acoge cada enero la Fiesta de las Cuadrillas de Barranda, declarada de Interés Turístico Nacional.
Por otra parte, el de Barranda no es el único Museo de la Música Étnica de España. El musicólogo Carlos Blanco Fadol impulsó previamente el primer museo de esta temática en España, inaugurado en Altea (Alicante) en 1999 y cerrado en 2008. Posteriormente, en 2015, otra localidad alicantina, Busot, abrió sus puertas a una nueva sede que alberga una parte de la colección. Actualmente, los centros de Barranda y Busot ayudan a consolidar en el sureste peninsular un eje cultural dedicado a la preservación del patrimonio musical global.
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A la hora de transmitir el legado musical de los pueblos, resulta fundamental poner en valor los instrumentos que acompañan ritos, celebraciones, guerras, migraciones y creencias. Conservar estos objetos no es solo una forma de preservar la memoria sonora del mundo, sino también de comprender la diversidad cultural que define al ser humano a través de algo tan importante y enriquecedor como la música. Esta es la misión que cumple el Museo de la Música Étnica de Barranda, un espacio ubicado en dicha pedanía del municipio murciano de Caravaca de la Cruz, que fue inaugurado en el año 2006.