Así se cocinó el adelanto del congreso: Feijóo lo activó hace meses por la "inestabilidad" de Sánchez
El líder del PP tomó la decisión en marzo, y maniobró en secreto para acelerar el cónclave. Solo conocían su intención Aznar y Rajoy, a los que llamó la semana pasada. El resto del partido se enteró el lunes por la mañana
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Que Alberto Núñez Feijóo no le cuenta sus planes "ni al cuello de su camisa" es una verdad que en el PP tienen interiorizada. A algunos les incomoda, pero los que le conocen desde hace más tiempo están más que acostumbrados. Adelantar la convocatoria del congreso nacional, previsto inicialmente para 2026, se había convertido en un clamor interno, que defendían tanto miembros de la dirección como presidentes autonómicos. Lo que no sabían era que Feijóo ya estaba trabajando en ello.
El pasado 11 de marzo, el gallego pidió reservar el espacio de Ifema para celebrar la cumbre, pero sin desvelárselo a ningún miembro de la ejecutiva. El propio líder popular aseguró este lunes en abierto que se trata de una decisión "meditada" desde hacía tiempo. Pero tanto él como su entorno directo jugó al despiste durante semanas. Las velas seguían apuntando a la primavera del próximo año, cuando se hubieran cumplido cuatro años de la entronización del expresidente de la Xunta al frente del buque nacional.
Con todo, y como publicó El Confidencial, las presiones en el PP fueron in crescendo. Amplios sectores del partido reclamaban a Feijóo una remodelación profunda en busca de un "revulsivo" para preparar la batalla final contra Sánchez. Pedían, en privado, acelerar el congreso nacional ante el riesgo de que un adelanto electoral imprevisto les pillase con el pie cambiado. 2026 arrancará, además, con una doble cita con las urnas. Andalucía y Castilla y León celebran comicios en el primer semestre. "El momento es ahora. Celebrar un congreso siempre conlleva ruido, pero en septiembre lo tendremos todo atado", celebra un presidente autonómico.
La semana pasada, según confirman fuentes de su entorno, telefoneó a los dos expresidentes del Gobierno para cuadrar agendas. Para el líder del PP, la presencia de Mariano Rajoy y José María Aznar en el congreso es clave para dar imagen de unidad e impulso orgánico. Pero la pretendida discreción del dirigente gallego tuvo una fuga. El pasado jueves, OkDiario publicó una información en la que apuntaba a la celebración del congreso y a cambios que afectarían a la secretaría general y a varias portavocías.
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El "desconcierto" se disparó en el partido. Feijóo guardaba silencio, pero tampoco hubo un "desmentido categórico" de parte de su equipo directo en todo el fin de semana. Las expectativas de cara a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de este lunes se habían situado en su cota más alta. Pero antes de que arrancase la cita, prevista a las doce del mediodía, la mayoría del PP ya sabía que había que reservar el fin de semana del 5 y 6 de julio en Madrid. El líder popular informó primero a su comité de dirección, que se reunió antes de la cita con los barones. Y también telefoneó el lunes por la mañana a todos "los presidentes autonómicos que pudo" para darles, en privado, la noticia. La reacción de "sorpresa" fue unánime. "Nadie se lo esperaba", apunta otro barón.
En esas conversaciones, y según fuentes autorizadas, el mandatario popular trasladó los "motivos" por los que había tomado esa determinación. Feijóo había oteado que la situación de "inestabilidad" del Gobierno podía derivar en un adelanto electoral imprevisto. Génova asume que Sánchez intentará "agotar la legislatura", pero también sabe que "es una persona absolutamente impredecible", por lo que el líder del PP prefirió no correr riesgos. La falta de apoyos para aprobar unos Presupuestos Generales del Estado, la "aceleración" de los procesos judiciales que afectan al jefe del Ejecutivo y la crisis del apagón son a su juicio, sintomáticos de que "todo puede pasar".
"Tras el verano, todos a sus puestos", resumen fuentes de la cúpula. "Él quiere hacer su propio equipo mirando ya a la Moncloa. Después de haber probado a unos y otros, tendrá una idea clara de lo que quiere", comenta un dirigente del comité de dirección. El líder del PP quiere que del congreso salga el "corpus ideológico" con el que ir a unas generales, se celebren cuando se celebren. Y pretende que, con su nuevo equipo, se visualice la capacidad de rodearse de perfiles fuertes con los que configurar un Gobierno alternativo.
El congreso tendrá carácter "extraordinario" porque aún no se ha cumplido el plazo estipulado en los estatutos para la reelección del presidente nacional —una vez cada cuatro años—. Pero, al margen de la remodelación de su ejecutiva, la intención de Feijóo es que se debatan dos ponencias abiertas a enmiendas, una estatutaria y otra programática, pese a ser una prerrogativa reservada para los congresos ordinarios.
La decisión de adelantar el cónclave contó con un cierre de filas unánime en el PP. A puerta cerrada, todos los presidentes autonómicos pidieron la palabra para expresar su apoyo a Feijóo, que someterá su candidatura a un nuevo proceso de reelección. Juanma Moreno tuvo un discurso "especialmente cariñoso" con el mandatario gallego, según los presentes. El líder nacional también verbalizó cierto "enfado" por el hecho de que se filtrasen sus planes congresuales antes de tiempo. "Quería que se enterase todo el mundo al mismo tiempo", traslada un dirigente territorial.
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Como viene siendo habitual, tras el Comité Ejecutivo Feijóo almorzó con los barones que acudieron a Madrid. Al margen del presidente andaluz, estuvieron presentes Jorge Azcón (Aragón); Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León); Fernando López Miras (Murcia); María Guardiola (Extremadura); y Manuel Domínguez (vicepresidente de Canarias), además de otros líderes autonómicos como Javier de Andrés (País Vasco); o Paco Núñez (Castilla-La Mancha). Todos comieron en El Deseo, un restaurante cercano a la sede de Génova. Isabel Díaz Ayuso se ausentó de la reunión por la mañana por "motivos de agenda", pero llegó a tiempo para una sobremesa con el resto de sus compañeros.
La comida se alargó varias horas. El líder del PP y sus dirigentes no sólo despacharon de forma amena sobre el congreso —sin entrar en los cambios que el líder del PP guardará bajo llave—, sino sobre otros asuntos de actualidad. Según fuentes presentes, salió a colación los "ataques de Vox" a Feijóo y los problemas de algunos presidentes autonómicos para aprobar los presupuestos por el "bloqueo" de los de Abascal. También hablaron largo y tendido sobre "los líos judiciales" de Sánchez y la situación en la que queda tras los mensajes del presidente del Gobierno a José Luis Ábalos, desvelados por El Mundo, además del "desastre" del apagón y el caos ferroviario.
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El partido está "cohesionado", pero como saben muchos en el PP, especialmente los más veteranos, un congreso nacional "siempre anticipa ruido interno". En Génova no temen candidaturas alternativas a la de Alberto Núñez Feijóo, pero en el partido sí dan por descontada la tensión en torno a los cambios en la ejecutiva y las ponencias ideológicas. El líder del PP deberá resolver cuestiones espinosas, como la posición del partido conservador respecto al aborto, la eutanasia o la gestación subrogada, debates que siempre han dividido a los populares. Y a ello se suma la pretendida reforma del sistema de primarias que Feijóo contempla acometer, y que llevaba años guardada en un cajón.
Que Alberto Núñez Feijóo no le cuenta sus planes "ni al cuello de su camisa" es una verdad que en el PP tienen interiorizada. A algunos les incomoda, pero los que le conocen desde hace más tiempo están más que acostumbrados. Adelantar la convocatoria del congreso nacional, previsto inicialmente para 2026, se había convertido en un clamor interno, que defendían tanto miembros de la dirección como presidentes autonómicos. Lo que no sabían era que Feijóo ya estaba trabajando en ello.