España se descuelga de unas maniobras navales junto a Taiwán tras las presiones de China
La fragata española Méndez Nuñez se alejará del grupo de combate que encabeza el mayor portaaviones británico cuando este desarrolle, junto a la isla reivindicada por Pekín, una operación en defensa de la navegación
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Un grupo de combate naval multinacional encabezado por el portaaviones británico HMS Prince of Wales zarpó a finales de abril rumbo a los mares del Indo-Pacífico y, según la prensa británica, surcará el Estrecho de Taiwán y el mar del Sur de China. Navegar por esas aguas se interpreta como una advertencia a Pekín que somete a la isla independiente a un constante hostigamiento militar.
La fragata F-104 Méndez Núñez española se incorporó a ese grupo el 30 de abril, según anunció la Embajada de España en el Reino Unido. Es la primera vez que la Armada participa en una operación de estas características, aunque se disociará de su parte más delicada en los alrededores de Taiwan.
Cuando a finales del verano de 2024 se empezó a planear la misión, bautizada operación Highmast, sí estaba previsto que la Méndez Núñez efectuara todo el recorrido junto al HMS Prince of Wales, buque insignia de la Royal Navy. Las presiones diplomáticas de las autoridades chinas ejercidas sobre el Gobierno español le han incitado a ordenar a la Armada que su fragata evite el área controvertida, según fuentes españolas conocedoras de la operación naval.
En respuesta a una pregunta de tres diputados de Sumar en el Congreso, que expresaron su preocupación, el Gobierno español ya confirmó, el 30 de enero, que “no está previsto realizar ninguna patrulla en el Mar del Sur de China o en torno al Estrecho de Taiwan”. Esta decisión está aparentemente en contradicción con la visión estratégica de la Armada y del Ministerio de Defensa.
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En el informe “Armada 2050”, publicado en diciembre y presentado en enero por la ministra de Defensa, Margarita Robles, se resalta la “creciente influencia de China como potencia global y su desafío al orden internacional establecido”. “La política de expansión marítima de China, junto con su proyección de poder en el Mar del Sur de China y sus ambiciones en Taiwán, plantean un reto directo a los principios del derecho marítimo internacional y a la estabilidad de la región”, prosigue. En consecuencia “la Armada debe fortalecer sus capacidades en el Indo-Pacífico (...)”. El último informe del Departamento de Seguridad Nacional de Moncloa denuncia, por su parte, la actividad desestabilizadora de China, junto con Rusia, dentro de España.
Concretamente, la Méndez Núñez tiene “la orden del Gobierno español no se desarrolla FONOPs a lo largo del Estrecho de Taiwán ni en el Mar de China Meridional”, escribe en redes sociales la analista hispano-taiwanesa Shiany Pérez-Cheng. Las Operaciones de Libertad de Navegación (FONOP, según sus iniciales en inglés) consisten en maniobras que desafían las restricciones impuestas por determinados países en zonas marítimas disputadas. Su objetivo es defender los derechos, libertades y usos legítimos del mar reconocidos en el derecho internacional.
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Preguntados por El Confidencial por los motivos de la no participación de la fragata española en estas maniobras, a diferencia del resto del grupo de combate, los departamentos de comunicación de los ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa no respondieron.
En el grupo de combate que liderada el HMS Prince of Wales hay buques de otros países, además de España, como Canadá, Noruega y Nueva Zelanda. El Ministerio de Defensa británico no ha confirmado que entre sus tareas figure el patrullaje alrededor de Taiwan, pero la prensa británica lo da por descontado.
"La Royal Navy dispuesta a desafiar a China sobre Taiwán", tituló, por ejemplo, el diario británico 'The Telegraph', que entrevistó al comodoro
“La Royal Navy dispuesta a desafiar a China sobre Taiwán”, tituló, por ejemplo, el diario británico The Telegraph”, que entrevistó al comodoro James Blackmore, que manda el grupo de combate. La operación “envía un mensaje a los socios y aliados, porque les tranquiliza, y a cualquiera de los adversarios que pueda querer causar trastornos a escala mundial (...)”, señaló Blackmore sin precisar quienes son los unos y los otros.
Justo antes de que zarpase de Plymouth, el primer ministro británico, Keir Starmer, visitó el portaaviones y subrayó la importancia estratégica de la misión. “Este despliegue envía un poderoso mensaje sobre el compromiso de Gran Bretaña con la seguridad mundial y nuestro inquebrantable apoyo a los aliados” en Extremo Oriente, declaró.
El comodoro James Blackmore precisó además que la operación Highmast es también la respuesta a una petición del presidente Donald Trump de que el Reino Unido desempeñe un mayor papel de liderazgo militar. “(...) estamos dispuestos a asumir el liderazgo, cuando sea necesario, como nación europea líder dentro de la OTAN y tenemos capacidad de estar no solo junto a EE UU sino también de sustituirle con las competencias necesarias”, recalcó.
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La no participación de EE UU en esta misión naval no significa que permanezca inactivo. A finales de abril, empezó el despliegue de misiles navales de ataque (NMESIS) en las islas filipinas del Estrecho de Luzón, las más cercanas a Taiwán. “Está obviamente dirigido a frenar un hipotético bloqueo y asalto anfibio de China a Taiwán”, escribió el analista de defensa Guillermo Pulido.
El gobierno japonés anunció, por su parte, en enero su intención de instalar misiles guiados tierra-aire GSDF Type03 en la isla de Yonaguni (provincia de Okinawa). Es el punto más occidental del país y está a tan solo 110 kilómetros de Taiwán. En paralelo construirá refugios para la población civil.
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En el seno de la Unión Europea, el Gobierno español es considerado uno de los más proclives a China como lo demuestran las dos visitas oficiales, en tan solo siete meses, del presidente Pedro Sánchez a Pekín. Durante la primera, en septiembre pasado, Sánchez sorprendió a sus socios europeos y a la Comisión Europea pidiéndoles que “reconsideren” los aranceles que se disponían a aprobar a la importación de vehículos eléctricos chinos. Esos aranceles compensan las subvenciones que Pekín inyecta a su industria automovilística y que distorsionan la competencia.
Aunque no forma parte del Gobierno, el principal artífice del acercamiento a China es el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Fundó, por ejemplo, en 2023, Gate Center, un think-tank cuyos análisis y artículos difunden desde Madrid la visión del mundo que tienen las autoridades de Pekín.
Las autoridades chinas acostumbran a protestar, a veces con vehemencia, por las iniciativas que, en su opinión, benefician a Taiwán
Las autoridades chinas acostumbran a protestar, a veces con vehemencia, por las iniciativas que, en su opinión, benefician a Taiwán cuya soberanía reivindican. En alguna ocasión han trascendido sus quejas como, por ejemplo, la que formularon a José Luis del Barro, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca. Del Barro acogió, en octubre de 2017, unas “Jornadas Culturales de Taiwán” en el marco de su máster en estudios de Asia Oriental.
“Nosotros no consentimos la celebración de dicho evento”, le escribió la encargada de la Oficina de Asuntos Educativos de la Embajada de China en Madrid. “Exigimos que su universidad se adhiera al principio de una sola China”, añadió. “Exigimos que se cancelen las secciones siguientes (sic) de dicho evento”, concluyó. Tras consultar con Asuntos Exteriores, el decano no autorizó la celebración de más jornadas.
Un grupo de combate naval multinacional encabezado por el portaaviones británico HMS Prince of Wales zarpó a finales de abril rumbo a los mares del Indo-Pacífico y, según la prensa británica, surcará el Estrecho de Taiwán y el mar del Sur de China. Navegar por esas aguas se interpreta como una advertencia a Pekín que somete a la isla independiente a un constante hostigamiento militar.