Una de las madres yihadistas busca divorciarse de su marido terrorista al saber que sigue vivo en Siria

Yolanda Martínez, una de las dos madres yihadistas que la semana pasada aceptó una condena de tres años de cárcel por integración en organización terrorista, ha iniciado los trámites para divorciarse de su marido terrorista al tener constancia de que sigue vivo en una cárcel kurda en Siria. Según informan El Confidencial fuentes al tanto de su situación, el abogado se pondrá en contacto con la embajada siria en Madrid para comunicar a este terrorista el deseo de la madre de sus cuatro hijos de poner fin oficialmente a su unión.

El terrorista se llama Omar El Harchi, de 41 años de edad y nacido en Tetuán, pero con nacionalidad española. Fue procesado en rebeldía por la Audiencia Nacional en 2016 acusado de integrar un grupo terrorista que se llamaba la Brigada al-Ándalus, dedicada a la captación y el adoctrinamiento yihadista. En concreto, la policía atribuía a El Harchi “una importante labor como recaudador en el seno del grupo, encargándose de reunir dinero en la Mezquita de la M-30, y en los distintos Centros Culturales Islámicos”.

El marido de Yolanda Martínez era el lugarteniente del cabecilla de la red, Lahcen Ikassrien. Los integrantes detenidos de esta célula fueron condenados a penas de entre ocho y once años de prisión, pero El Harchi nunca fue arrestado en España porque se trasladó junto a su esposa a Siria. Yolanda Martínez regresó a España en 2023 junto a la también española Luna Fernández, en situación similar que ella. Ambas trajeron un total de 13 menores a su cargo, cuatro de ellos son hijos de otras madres. Todos quedaron bajo tutela de las autoridades.

Tras un año y nueve meses en prisión preventiva, Yolanda quedó en libertad provisional y regresó a casa de sus padres, en el exclusivo barrio de Salamanca de Madrid. Sus cuatro hijos ya estaban también con los abuelos tras un tiempo supervisados por los especialistas de la Comunidad de Madrid, en el centro Teresa de Calcuta, el único lugar de España dedicado a planes de desradicalización con menores yihadistas.

Fuentes del entorno de Yolanda Martínez alegan que ella nunca supo que viajaría a Siria para enrolarse en el Estado Islámico, sino que su marido le engañó diciéndole que iban de vacaciones a Turquía. Un día, ya en el país otomano, le dijo que irían de excursión. Tras un trayecto en coche, le comunicó que habían cruzado la frontera con Siria y que desde ese momento vivirían en el califato declarado por el Daesh. Lo que siguió después fue un infierno que incluyó años de reclusión en un campo para familiares de yihadistas gestionados por milicianos kurdos.

Tras alcanzar un pacto con la Fiscalía —que inicialmente pedía para ella seis años de cárcel— el deseo de esta mujer de 40 años es evitar su regreso a prisión y continuar demostrando su distanciamiento con su marido y el radicalismo yihadista. Las mismas fuentes consultadas indican que Yolanda Martínez ya ha recibido el compromiso de la Mezquita de la M-30 de anular su matrimonio islámico si presenta una demanda de divorcio.

TE PUEDE INTERESAR

En busca de Lubna y su hijo, últimos españoles en los campos para familias de yihadistas en Siria

Alejandro Requeijo

En las últimas semanas, esta madrileña ha recibido una carta de su marido por medio de terceras personas. En ella, El Harchi se limita a interesarse por su estado y el de sus hijos. Desde su entorno aseguran que se enteró de que su marido seguía vivo gracias a una investigación de la periodista de El País Natalia Sancha. Esta reportera ha visitado en los últimos años varios campos y cárceles kurdas siguiendo el rastro de los españoles que lo dejaron todo hace una década para abrazar la yihad en los años del auge del Daesh, en plena guerra civil contra el régimen de Al Assad, finalmente derrocado.

El País publicó en marzo que El Harchi está preso desde hace seis años en una cárcel de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS, organización de milicias árabe-kurdas) en el noroeste de Siria. Este medio habló con él y publicó su foto.

Siria lo dirige ahora un gobierno surgido de los rebeldes que derrocaron a Bashar al Assad, principalmente del grupo Hay'at Tahrir al-Sham (HTS), de corte islamista, aunque rival del Daesh en el avispero de siglas que fue el tablero de batalla sirio. Pese a que ya llevan en el poder meses, todavía no han logrado el control total sobre el territorio. Lo acredita el avance de Israel en el sur, en torno a los altos del Golán, o regiones kurdas como la que tiene preso a este terrorista nacionalizado español.

Las fuentes consultadas admiten, por tanto, la dificultad de llegar hasta El Harchi, pero al menos ya saben su paradero. Yolanda Martínez admitió a El País que saber dónde estaba el padre de sus hijos y acreditar si estaba vivo o muerto era su principal escollo para iniciar los trámites de su divorcio.

En el juicio celebrado en la Audiencia Nacional este lunes (minutos antes del apagón general), Yolanda Martínez y Luna Fernández aceptaron también la pena de inhabilitación absoluta especial para profesión u oficio educativo durante siete años, así como la libertad vigilada durante cinco años, que comprenderá a su vez el sometimiento a un programa de desradicalización terrorista.

"Lo que está escrito lo acepto", manifestó Yolanda Martínez —vestida de vaquero y americana blanca— después de que la presidenta del tribunal, la magistrada Teresa Palacios, le leyera el escrito de conformidad y le invitara a rebajar "su cara de miedo". "Tranquila, que aquí no nos comemos a nadie", apuntó.

TE PUEDE INTERESAR

Asia y Fátima, las otras 'novias' españolas de la yihad repatriadas que acabaron presas

Alejandro Requeijo

Según la fiscal, Yolanda Martínez "tuvo un papel destacado durante su estancia en España dentro del grupo de las mujeres de los integrantes de la Brigada Al Ándalus". En la causa constan conversaciones que mantuvo con su esposo, "con quien compartía ideología", en la que se mostraba de acuerdo "en no permanecer estática ante el conflicto sirio y pasar a la acción".

Tras un año y nueve meses en prisión preventiva, Yolanda Martínez confía en no tener que regresar a la cárcel a cumplir el año y tres meses que le restan para llegar a los tres años pactados. Sus opciones pasan porque la Audiencia Nacional anule la ejecución de la pena o que, una vez firme su sentencia, Instituciones Penitenciarias o el Juzgado de Vigilancia Penitencia le clasifiquen en tercer grado penitenciario.