Feijóo contiene el malestar por Mazón en una cumbre eclipsada por el gran apagón
El presidente de la Generalitat solo participó en una recepción de líderes del PPE que no estaba en la agenda y apareció de forma fugaz en la segunda jornada del cónclave. La crisis energética empañó por completo el congreso europeo
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En los pasillos de la Feria Valencia nadie hablaba de Carlos Mazón. Ni de las protestas. Ni de Manfred Weber o Dolors Montserrat, protagonistas del congreso que el PP europeo ha celebrado esta semana en la ciudad del Turia. Ni siquiera de Donald Trump y de su amenaza a la seguridad y a la economía europea. La comidilla en las conversaciones de todos los dirigentes fue el episodio inédito que vivió España el pasado lunes, un gran apagón que se alargó en algunos casos hasta 12 horas, y que afectó a los desplazamientos de la mayoría de dirigentes españoles. La crisis de suministro fue también el tema central en los encuentros privados que Alberto Núñez Feijóo mantuvo durante las dos jornadas del cónclave.
Los interrogantes en torno a por qué todo un país se quedó a oscuras durante tanto tiempo marcó el desarrollo del congreso. Pero el apagón también se llevó por delante todos los temores en torno a la asistencia del presidente de la Generalitat. En el partido existía mucha "preocupación" en las semanas previas por el encaje de Mazón y por el "riesgo brutal" que suponía para la imagen del partido que una cumbre europea de tanta relevancia se viera empañada por la crisis reputacional que rodea al jefe del Consell. "Iba a ser el congreso de Mazón, y ha sido el del apagón", ironizan en Génova.
El PP tardó semanas en definir el papel que tendría Carlos Mazón en la cumbre. Finalmente, se decidió que tuviera una breve intervención en la inauguración del cónclave el primer día, el martes, junto a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Ambos ejercerían como anfitriones. Se optó por esta opción para pasar cuanto antes el mal trago y cortar de raíz las especulaciones sobre su posible ausencia. Pero tanto Génova como el jefe del Consell encontraron una justificación perfecta en la sobrevenida crisis energética para evitar una alocución que muchos, tanto a nivel nacional como autonómico, veían innecesaria.
El apagón trastocó la agenda de Feijóo, que se ausentó en primera instancia de la apertura del congreso y delegó en Esteban González Pons para dar el discurso inaugural. Nada se sabía de Carlos Mazón. En el equipo del jefe del Consell aseguraron que el dirigente "intentaría pasarse" a lo largo de la jornada del martes. Pero ya no era una prioridad. No había agenda oficial. La Comunidad Valenciana, junto a otras regiones, había solicitado el nivel tres de emergencia al Gobierno por el apagón. Las horas pasaban y el president no aparecía.
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Cuando el cónclave estaba a punto de finalizar, en el equipo del dirigente trasladaron que, mientras no bajase el nivel de alerta, no acudiría a la gran cita europea. El jefe del Consell agendó varias visitas a los hospitales de Sagunto y el Universitario de Castellón, pero ni participó ni se conectó en la reunión del Cecopi que se celebraba desde las cinco de la tarde del martes. Cada vez que se le preguntaba a un miembro de Génova por el paradero del president, éste se encogía de hombros. Pero si la sucesión de acontecimientos no estaba pactada al milímetro, al menos lo parecía.
Pese a su desaparición en la primera jornada del congreso, Mazón sí emergió, por sorpresa, en una recepción que brindó junto a Feijóo y Catalá a los líderes del PPE —entre ellos el próximo canciller, Friedrich Merz; o la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen— en el Palacio de la Exposición de Valencia. El acto no estaba ni en la agenda del líder valenciano ni en la del mandatario popular y se celebró de forma previa a la cena de gala de los líderes comunitarios en la misma ubicación y de la que Mazón también se ausentó.
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Génova pidió no hacer públicas las fotografías de Feijóo, Mazón, Catalá y el resto de cargos europeos hasta el día siguiente, con el objetivo de no opacar el discurso y la presencia del líder del PP en la primera jornada de cumbre europea con el esperado reencuentro con el presidente valenciano. El PPCV cumplió e informó de la clandestina recepción cerca de las diez de la mañana del miércoles.
Mazón sí se presentó en la Feria Valencia en la segunda jornada. Su presencia fue del todo fugaz. Cubrió el expediente del saludo con Feijóo y permaneció en el plenario durante aproximadamente una hora. Allí conversó con varios miembros de la dirección, entre ellos el portavoz parlamentario, Miguel Tellado; o la secretaria general, Cuca Gamarra, con la que también se fotografió. Charló con Fernando López Miras y con Juanma Moreno, que también se desplazaron a Valencia en la segunda jornada y con los que llevaba meses sin coincidir. Algunos diputados y senadores se acercaron también a saludarle.
Durante esa efímera visita, Mazón también se acercó a charlar brevemente con Edmundo González Urrutia, que participó como invitado en un panel junto a José María Aznar. Pero se marchó sólo cinco minutos antes de que Feijóo reapareciera en la cumbre acompañado del expresidente del Gobierno. No hizo ninguna intervención y tampoco participó en la fotografía de familia que se produjo en la clausura del cónclave. Sus pasos estuvieron medidos y su presencia no chirrió. "Esto no se podría haber salvado si el apagón no se hubiese producido", reconoce un eurodiputado. "Hay gente que ni siquiera se ha percatado de su asistencia", comentaba otro dirigente.
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En el fondo, en el PP se percibía cierto alivio por el cambio radical del foco mediático hacia la emergencia energética que se produjo en la víspera del congreso, aún a costa de que éste quedase algo descafeinado. En las conversaciones privadas sólo se repetían las anécdotas de la "odisea" de muchísimos dirigentes españoles en su intento de llegar a Valencia en mitad del apagón.
Una de las historias más curiosas fue la que protagonizó, por ejemplo, Cuca Gamarra, que caminó maletas en mano junto al expresidente de Colombia, Andrés Pastrana por un túnel desde Chamartín a Atocha. Otros dirigentes quedaron atrapados durante 12 horas en un AVE. Y muchos se vieron obligados a utilizar el vehículo privado con la incógnita de si llegarían a tiempo a la cumbre o si volvería a haber problemas de conexión.
Una vez superadas las problemáticas logísticas, tanto Feijóo como el resto de portavoces del PP aprovecharon la importantísima presencia internacional del evento para lanzarse contra Sánchez por la falta de "transparencia" ante un apagón que no tiene precedentes y, de momento, tampoco explicaciones. En el entorno del líder popular aseguran que "la imagen del presidente del Gobierno queda muy tocada", un daño amplificado por la presencia de buena parte de Europa en España sólo un día después del incidente. Los líderes estaban "incrédulos". "Nadie se explica cómo dos días después del incidente, el Gobierno no sabe cuál es la causa", aseguran en Génova. "O es incompetencia, o es ocultación".
En los pasillos de la Feria Valencia nadie hablaba de Carlos Mazón. Ni de las protestas. Ni de Manfred Weber o Dolors Montserrat, protagonistas del congreso que el PP europeo ha celebrado esta semana en la ciudad del Turia. Ni siquiera de Donald Trump y de su amenaza a la seguridad y a la economía europea. La comidilla en las conversaciones de todos los dirigentes fue el episodio inédito que vivió España el pasado lunes, un gran apagón que se alargó en algunos casos hasta 12 horas, y que afectó a los desplazamientos de la mayoría de dirigentes españoles. La crisis de suministro fue también el tema central en los encuentros privados que Alberto Núñez Feijóo mantuvo durante las dos jornadas del cónclave.