El PP da por rota la negociación con el Gobierno y no apoyará el decreto antiaranceles
El vicesecretario de Economía, Juan Bravo, llevó a su reunión con el ministro Carlos Cuerpo un documento con su decálogo de propuestas que el titular económico del Ejecutivo se negó a firmar
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Feijóo ha dicho basta. El PP pone fin a la montaña rusa en que se habían convertido las conversaciones con el Gobierno para tratar de desatascar un gran acuerdo para combatir el impacto arancelario en España, y da por rotas las negociaciones. Fuentes de Génova aseguran que su interlocutor, Juan Bravo, no volverá a sentarse a la mesa con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Y avanzan, además, que tampoco prestarán sus votos al Gobierno para sacar adelante el primer escudo económico del Ejecutivo, que se someterá a votación en el Congreso la próxima semana.
Los populares están dispuestos a rectificar su decisión si el Gobierno tiene en cuenta alguna de sus propuestas en materia de fiscalidad, energía y ayudas directas, con la prorrogación de la vida de las nucleares en el centro del debate. Pero las esperanzas en este momento están completamente congeladas. "No hemos venido a ser la muleta del Gobierno, sino que nuestro objetivo era ser capaces de trasladar al BOE las propuestas que los sectores nos habían reclamado", apuntó Bravo este miércoles.
Génova ha tomado esta determinación tras una nueva reunión presencial entre Carlos Cuerpo y Juan Bravo en las dependencias del Ministerio de Economía, a la que también ha acudido de parte del PP la vicesecretaria de Desarrollo Sostenible, Paloma Martín. Como adelantó El Confidencial, tras Semana Santa el Gobierno emplazó al PP a una nueva cita para intentar desatascar el acuerdo. Aunque recelaban de las intenciones del Ejecutivo y no veían seña alguna de que aceptase sus propuestas, especialmente en materia nuclear, Génova estaba dispuesta a dar una última oportunidad al entendimiento.
La reunión se alargó dos horas, pero finalizó con todos los puentes rotos. Bravo llegó a la cita con un documento que recogia el decálogo de propuestas de los populares con la intención de que Cuerpo lo firmase. El objetivo era arrancar al Gobierno al menos un compromiso a medio plazo para dar espacio a sus peticiones. Pero, según Génova, el ministro de Economía se negó a firmar ese papel. "Nos hemos encontrado con un 'no' a todo", lamentó el vicesecretario económico del PP.
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El decálogo de peticiones de los populares incluía medidas para "mejorar la competitividad" del tejido productivo español con ayudas directas que supliesen a los préstamos con los que el Gobierno trata de cubrir la mayor parte del primer desembolso económico para hacer frente a la guerra comercial iniciada por Donald Trump. Pero en las últimas semanas, Génova había puesto especialmente el foco en la energía nuclear. La batalla del PP por flexibilizar el cierre de los reactores ha tomado aún más vuelo tras el histórico apagón que sufrió España el pasado lunes. Si no había ninguna seña por parte del Ejecutivo, abandonarían la negociación.
"La postura del Gobierno sigue estática. Si deciden cambiarla, que nos lo hagan saber", ratifican fuentes del entorno de Feijóo. El líder del PP fue endureciendo poco a poco su posición. Primero por la desconfianza respecto a un posible "pacto oculto" con Junts para favorecer a las empresas catalanas con el reparto de los préstamos. Y ahora por la cerrazón de los socialistas a replantearse el calendario de cierre de los reactores nucleares.
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Hay que recordar que las compañías aún no han remitido una solicitud formal al Gobierno para que paralice el cierre de Almaraz (Cáceres), la primera en la lista de cierres. Pero las palabras del propio Pedro Sánchez durante su comparecencia el pasado martes, en la que lanzó un reproche a la energía nuclear sin ofrecer aún datos sobre el origen del gran apagón, soliviantó enormemente a los populares. "La ciudadanía debe saber que en esta crisis las centrales nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema", anotó el jefe del Ejecutivo.
Así las cosas, el PP se inclina por votar en contra del primer decreto antiaranceles del Gobierno, que queda en manos de Junts y de otras fuerzas del bloque de investidura de Sánchez que, por ahora, dejan en el aire su respaldo. En Génova están convencidos de que Sánchez no tiene los apoyos atados. Y sospechan que esta circunstancia es la que ha animado al Gobierno a dar a los de Feijóo un papel preeminente en las conversaciones, aunque no hayan llegado a buen puerto.
En las últimas horas el ministro de Economía ha mantenido contactos con todos los grupos parlamentarios por el plan de respuesta a la crisis arancelaria, la votación del real decreto ley el próximo jueves, el plan del ICEX que se está elaborando junto a las comunidades autónomas y las medidas de un nuevo paquete anti-Trump. Según fuentes del Ministerio, las conversaciones han sido "productivas y positivas" y la mayoría han expresado su voluntad a continuar con la interlocución. Sólo el PP, aseguran, se ha desmarcado del diálogo y la negociación.
El Gobierno sostiene que el planteamiento de los populares, que Bravo ha transmitido a Cuerpo en el encuentro, ha sido de máximos, condicionando su voto favorable al real decreto ley a la ampliación de la vida útil de las centrales nucleares. La oferta del Ejecutivo ha sido "definir de manera conjunta" la siguiente fase de medidas de apoyo. Su rechazo se interpreta como una estrategia política de desmarque de las ayudas a las empresas y trabajadores.o están siendo muy productivas y positivas.
Feijóo ha dicho basta. El PP pone fin a la montaña rusa en que se habían convertido las conversaciones con el Gobierno para tratar de desatascar un gran acuerdo para combatir el impacto arancelario en España, y da por rotas las negociaciones. Fuentes de Génova aseguran que su interlocutor, Juan Bravo, no volverá a sentarse a la mesa con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Y avanzan, además, que tampoco prestarán sus votos al Gobierno para sacar adelante el primer escudo económico del Ejecutivo, que se someterá a votación en el Congreso la próxima semana.