Supermercados pandémicos y terrazas llenas de guiris: las dos caras del apagón
Todas las regiones han padecido problemas de tráfico y caos en las calles ante la falta de información e incertidumbre. Muchos usuarios se han quedado atrapados en los ascensores y las comunidades han activado distintos niveles de emergencia
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F05d%2F988%2Febb%2F05d988ebb1f8b79c2fe09c2eb0691e19.jpg)
A las dos de la tarde del lunes 28 de abril en la Alameda de Hércules de Sevilla apenas se notaba que hubiera un apagón en toda la ciudad. La mayoría de terrazas estaban desplegadas y decenas de visitantes —o eso se intuía de su vestimenta— apuraban las cervezas aprovechando el sol propio de esta época del año. "Mientras funcionen los tiradores...", decía una sevillana en una mesa alta en la puerta de un bar, restando importancia a la situación que ha provocado el caos en toda la ciudad, igual que en el resto de la Península. Más allá de las terrazas, la incertidumbre se extendió por todo el país. El transporte ferroviario fue lo primero que dejó de funcionar dejando a cientos de personas incomunicadas, y el tráfico de vehículos se convirtió en un auténtico caos ante la falta de semáforos. Además, las dudas sobre el funcionamiento se los servicios básicos como los hospitales generaron un clima de desconcierto que creció por todo el territorio.
Apenas a unos cientos de metros de la enorme plaza sevillana, el atasco ya era inevitable en la ronda que circunda las viejas murallas de la capital andaluza. Las calles Torneo, Ronda de Capuchinos y Menéndez Pelayo eran un ir y venir de cláxones y sirenas de policía que intentaban ordenar el tráfico en la medida de lo posible mientras los peatones cruzaban aprovechando la cola de coches inmóviles. La imagen que se veía en el centro de Sevilla se podía ver en todo el país. Cajeros fuera de servicio, pago sólo en efectivo, persianas cerradas. El país oscilaba entre dos estados: los visitantes y locales relajados en las terrazas, comentando los posibles orígenes del apagón, y quienes empezaron a acudir a los supermercados.
En el centro de la capital andaluza era una misión complicada hacer las compras más básicas. Apenas se mantenían abiertos los bazares, pero la mayoría de comercios habían echado la persiana. En una tienda regentada por ciudadanos chinos en la calle Regina, en el epicentro del turismo de la ciudad, había quien compraba agua embotellada y velas, por si la luz no había vuelto para cuando llegase la noche. "Las radios a pilas llegarán por la tarde", explicaba el dueño en la puerta, el único lugar iluminado del local por la luz natural.
Cerca de allí, en la calle José Gestoso, había una cierta expectación en el Palacio de las Planchas, un comercio tradicional de pequeños electrodomésticos que sobrevive a las franquicias. Sobre el mostrador había varios modelos de radios a pilas y uno de los dependientes le explicaba a una cliente las diferencias entre unos y otros. Los únicos que no han visto cambiada su rutina este lunes son los operarios de las obras de reurbanización de las calles Dueñas, Gerona y Santa Ángela de la Cruz, que se servían de un grupo electrónico para quitar el asfalto en las primeras fases de los trabajos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1c4%2F29f%2F917%2F1c429f9171375d8a886ff1410113858d.jpg)
Lejos del centro la situación era distinta a la hora de la sobremesa. En los grandes supermercados de barrios como la Macarena empezó a notarse la falta de varios productos sobre las 16:00, poco antes de que justo en Los Bermejales comenzaran a funcionar los semáforos y la luz volviera a los locales comerciales. El suministro se recuperó poco a poco y en zonas muy limitadas en los primeros momentos de la tarde, pero fue poco a poco ampliándose. Las líneas de teléfono siguieron sin funcionar demasiado bien en toda la tarde.
El apagón se produjo justo en la inauguración del 14º congreso de CCOO Andalucía que Juanma Moreno tenía previsto inaugurar a partir de las 12:30. El líder del sindicato en Sevilla, Carlos Aristu, estaba a punto de citar a Carlos Cano cuando se fue el sonido y, después, la luz. El hotel que alberga el cónclave tenía generadores, por lo que la información comenzó a llegar a través de los móviles. El presidente andaluz abandonó el lugar camino de San Telmo para seguir la situación. Desde allí anunció la petición de que el Gobierno tomase el mando, algo que Pedro Sánchez confirmó después en su comparecencia en Moncloa y que la Junta analizó en la reunión del Comité Asesor de Emergencias que se convocó a las 18:00.
“Menos mal que ha sido hoy y no la semana que viene en la recepción de la Feria”, expresaba un asistente al congreso sindical, donde también estaba el líder nacional de CCOO, Unai Sordo. La ciudad tiene la mente puesta en la noche del alumbrao, el próximo lunes, y los últimos preparativos seguían en marcha en el real de Los Remedios antes de que se fuera la luz. La portada está a punto después de que hubiese dudas sobre su terminación por los meses de lluvias. “Como habréis podido comprobar, hemos probado los aires acondicionados”, reza el mensaje que enviaron en una caseta de la calle Ignacio Sánchez Mejías a sus socios para explicar el apagón. “El humor y las ganas no faltan”, zanjaba un socio.
Comunidad Valenciana, nivel 2 de emergencia
En la Comunidad Valenciana, con buena parte de la autonomía de día festivo por la celebración de San Vicent Ferrer, el apagón se sintió como un regreso al pasado. Muchos ciudadanos salieron tanto a los grandes supermercados como a los comercios de barrio para hacer acopio de agua y comida.
También se vivieron momentos de máxima tensión por la falta de información. En uno de los trenes que conectaba Madrid con Valencia, decenas de pasajeros han decidido bajarse del convoy cuando entraba a la ciudad y llegar a pie hasta la estación de Joaquín Sorolla, motivados por el calor y la falta de ventilación. Además, a cientos de ciudadanos, al tratarse de un día sin actividad laborable en muchos municipios, les ha pillado el apagón en las autovías y carreteras de regreso a casa. Las gasolineras también vivieron momentos de colapso con un goteo constante de personas que se iban sin poder repostar por el problema con el suministro.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F6a5%2F5a8%2F497%2F6a55a8497a1721a809d5a1f3b8e2f914.jpg)
La falta de semáforos provocó caos en el transporte terrestre por todo el país. En la ciudad de Valencia, en una de las rotondas de la avenida Blasco Ibáñez en el cruce con Cardenal Belloch, un taxi quedó totalmente destrozado al chocar contra un coche sobre las 21:00.
La Generalitat Valenciana activó sobre las 15:00 el nivel 2 del plan de emergencia para constituir el Cecopi y poder movilizar recursos extraordinarios. Además, El president de la Generalitat, Carlos Mazón, anunció sobre las 19:00 en su cuenta de X que había reclamado al Gobierno central un refuerzo de seguridad en la región para "garantizar el orden público". El regreso de la electricidad a las tres provincias de la región se produjo de forma escalada: primero, sobre las 16:30, algunos puntos de Valencia recuperaban el suministro; una hora más tarde, lo hacían en Castellón y a las 18:30 llegaba a los primeros municipios de Alicante.
Galicia, jornada caótica
En Galicia, la confusión y la preocupación han reinado en las calles durante las horas que ha durado el apagón. La Xunta decretó el nivel 2 de emergencias a las 18:00 y activó su Cecopi para hacer frente a la emergencia. Aunque en el aeropuerto de Santiago de Compostela, Coruña y Vigo los vuelos llegaron con relativa normalidad, los comercios y negocios vivieron un día caótico e inédito. Muchos propietarios han tenido que hacer guardia en las puertas de sus establecimientos para evitar los robos. “Mi verja es eléctrica. ¿Qué hago? No funcionan las alarmas y no puedo dejar el género aquí', contó a este medio una farmacéutica de A Coruña.
Los primeros puntos en recuperar el suministro en Galicia han sido algunos municipios de las provincias de Lugo y Ourense, que cerca de las 16:00 tenían de nuevo electricidad. En los hospitales de la comunidad la asistencia básica y urgente se pudo garantizar gracias a generadores, y en los colegios el transporte escolar y el servicio de comedor se desarrolló con normalidad.
Castilla y León, caos ferroviario
Incertidumbre sin incidentes de orden público en Castilla y León por un apagón que, como en el resto del país, afectó a las comunicaciones, el suministro de agua y el transporte. Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de la Junta, declaró a última hora de la mañana el nivel dos de emergencia para afrontar la situación, que se prolongó durante más de seis horas, entre las 12:30 y las 18:30 horas, para una mayoría de la población, aunque algunas zonas siguen afectadas a la hora de cierre de esta edición.
El corte de luz obligó a suspender el pleno que se estaba celebrando el Ayuntamiento de Valladolid, que hubo de ser aplazado hasta el día siguiente. Además, se interrumpieron las comunicaciones y se dejaron varados, en tierra de nadie, durante varias horas, a algunos trenes que habían iniciado su recorrido. En concreto, en la localidad de Toro se detuvo por el corte de suministro un AVE que venía de Madrid y con destino a Galicia en el que viajaban 480 personas más el personal del tren. Los pasajeros fueron evacuados a Zamora capital o Medina del Campo para que pudieran continuar. Asimismo, en el municipio salmantino de Gomecello quedó detenido en Alvia con destino a Barcelona con 150 personas a bordo. Y en Zamora el trayecto de otro tren se interrumpió en el municipio de Valdefinjas.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F7ad%2Fc09%2Fdee%2F7adc09dee1e1243330049a564544b12f.jpg)
El corte de suministro eléctrico dejó sin actividad a la mayoría de establecimientos y comercios, así como a funcionarios y oficinas, y afectó también a hospitales y residencias de ancianos que se vieron obligados a recurrir a sus generadores de emergencia. Asimismo, dejó atrapados en ascensores a muchos cientos de personas que han tenido que ser rescatadas. Solo en Valladolid capital, la Policía Local ha realizado más de 50 actuaciones en ascensores y el cuerpo de bomberos otras 60 más. Tanto unos como otros ayudaron a subir hasta su domicilio a personas con problemas de movilidad. O se ocuparon de trasladar a personas con problemas respiratorios de zonas rurales de Castilla y León.
El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, agradeció la colaboración y prudencia de los ciudadanos, que evitó incidentes significativos en el tráfico urbano pese a estar con los semáforos inactivos. “No puedo menos que dar las gracias por este comportamiento tan lleno de sentido y de responsabilidad en unas horas inciertas que han mostrado nuestra debilidad”. El alcalde se ha permitido una reflexión de cara al futuro porque “no podemos estar tan en manos de estas tecnologías”, como las redes sociales o internet. El servicio de Protección Civil de la Junta de Castilla y León recibió 1.350 llamadas de emergencia provocadas por la caída del suministro y gestiona 465 incidentes en toda la Comunidad.
Cataluña, cívica ante el desconcierto
Los barceloneses reaccionaron de manera cívica a la situación de caos que se ha provocado con el gran apagón. Fue esa actitud calmada la que permitió que la jornada se cerrase con cierta normalidad, aunque la gran perjudicada fue la movilidad: se tuvo que clausurar el metro, los autobuses quedaron desbordados y los tranvías varados allí donde les pilló el corte de luz. Muchos habitantes de la capital catalana tuvieron que volver a casa caminando, ante unos autobuses abarrotados.
La Generalitat creó un comité de crisis encabezado por el presidente catalán, Salvador Illa, que estuvo reunido durante toda la tarde y se pusieron en marcha los diversos servicios de contingencia, entre otros doblar el servicios de Mossos. Fuera de Barcelona la principal afectación también fue para la movilidad: Renfe Cercanías y Ferrocarriles de la Generalitat suspendieron el servicio. En la estación de Sants, desde las 20:00 se aglomeraban los pasajeros que no podían coger sus trenes para volver a casa. A última hora de la tarde, Renfe decidió dejar abierta la estación para aquellos pasajeros con billete de alta velocidad, para que pudiesen pasar la noche en la estación.
El comercio ha sido de las actividades económicas más perjudicadas en una de las zonas de España donde más se tardó en recuperar la luz. No podían cobrar, tampoco podían mantener fríos los alimentos. En la calle Aragón, un concesionario de Yamaha puso a dos dependientes en la puerta, aunque habían cerrado, porque los cierres automáticos no bajaban y tampoco podían cerrar el establecimiento.
A las dos de la tarde del lunes 28 de abril en la Alameda de Hércules de Sevilla apenas se notaba que hubiera un apagón en toda la ciudad. La mayoría de terrazas estaban desplegadas y decenas de visitantes —o eso se intuía de su vestimenta— apuraban las cervezas aprovechando el sol propio de esta época del año. "Mientras funcionen los tiradores...", decía una sevillana en una mesa alta en la puerta de un bar, restando importancia a la situación que ha provocado el caos en toda la ciudad, igual que en el resto de la Península. Más allá de las terrazas, la incertidumbre se extendió por todo el país. El transporte ferroviario fue lo primero que dejó de funcionar dejando a cientos de personas incomunicadas, y el tráfico de vehículos se convirtió en un auténtico caos ante la falta de semáforos. Además, las dudas sobre el funcionamiento se los servicios básicos como los hospitales generaron un clima de desconcierto que creció por todo el territorio.