'Boom' de opositores famosos, de tronistas a músicos: "Te facilita tener tiempo libre"

Es posible que haya oído la canción: "Pido perdón por no ser mejor que nadie / Pido perdón, no hace falta que me hables". Perdona (ahora sí que sí) fue escrita hace unos cuantos años por un (apenas) veinteañero de Murcia conocido como Marcelo Criminal, pero se popularizó por ser la primera grabación de Amaia tras su salida de Operación Triunfo, en colaboración con Carolina Durante. Un tema que hoy acumula 30 millones de escuchas en Spotify y 6,5 visualizaciones en YouTube que le han permitido a Marcelo vivir de la música (humildemente).

Entre concierto y concierto y canción y canción, el compositor se dedica a preparar sus oposiciones para profesor de secundaria. “Ahora mismo vivo de esto, pero no sé hasta qué punto es sostenible a largo plazo, pero este es el año de oposiciones para secundaria, así que a ver si puedo el año que viene tener plaza y compatibilizar con los conciertos”, explica a El Confidencial. El suyo es un caso mucho más frecuente de lo que parece. El del músico (o escritor, o actor, o cineasta) que alterna su labor artística con la seguridad del funcionariado. Mejor eso que poner copas.

Lo interesante de la historia de Marcelo es que, al contrario de lo que suele figurar en el imaginario colectivo, opositar no es una alternativa después de haberlo intentado sin conseguirlo. “No sé si estoy a favor de pensar en estos términos, pero es una idea que he tenido desde que empecé la carrera de Filología Hispánica, no me parece menos vocacional que la música”, explica. “Se podría argumentar que me autoengaño, pero no constituye un plan B o un fracaso, sino un trabajo que me apetece”.

Hay muchos nombres más o menos conocidos por el gran público que hoy se encuentran preparando las oposiciones o incluso ya han obtenido plaza, aunque muchos de ellos no han trascendido porque se trata una decisión que muchas veces se oculta. Desde celebridades televisivas a misses pasando por artistas, cada vez más gente se siente atraída por el sector público, tanto por sus condiciones como por su vocación. Sobre todo, en un momento en el que después de los años de la crisis, en los que las convocatorias de exámenes se paralizaron, la oferta pública se han disparado ante el gran relevo generacional.

“Cada vez más gente se plantea opositar como una opción laboral seria: es estable y con buenas condiciones”, explica Jacobo Fariña, responsable de comunicación de OpositaTest. “No nos sorprende que personas conocidas se lo hayan planteado en algún momento, teniendo en cuenta que uno de cada dos españoles ha opositado, oposita o está opositando, según datos de nuestro estudio El peso del opositor. Al final, opositar está dejando de ser el plan B para convertirse en el plan A de muchos, tanto jóvenes como no tan jóvenes”.

Las dos España: o profesor, o policía

El nombre que suele aparecer con más frecuencia a la hora de hablar de funcionarios famosos es el de Rafa Mora, que saltó a la fama por Hombres, Mujeres y Viceversa y que hace unos años decidió dar un vuelco a su carrera centrándose en las oposiciones de policía local. El pasado mes de octubre, sacó su plaza en Pozuelo de Alarcón con una nota final de 8,04. El primero de su promoción. Un trabajo que, no obstante, sigue compatibilizando con otras apariciones públicas.

Él mismo explicaba en el pódcast Tengo un plan que buscaba una vida más tranquila y familiar, pero que llamativamente habían sido sus ahorros y la rentabilidad sacada a algunas inversiones inmobiliarias lo que le había permitido dedicar tiempo al estudio. “Actualmente, tengo cinco pisos más un apartamento que no tengo alquilado porque es para el disfrute de mi familia”, explicaba. Si decidió opositar es porque ya había sido policía portuario en Valencia.

El de la celebridad televisiva, participante de reality o modelo que decide probar suerte en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado es un perfil mucho más habitual de lo que parece. Otro ejemplo célebre es Asraf Beno, modelo, pareja de Isa Pantoja y que, como confirman desde Opositatest, se prepara con ellos las oposiciones. “Quiero centrarme en estudiar, que voy a opositar para Policía Nacional”, explicaba en una publicación en redes sociales. “También quiero centrarme en el gimnasio, hace muchísimo que no voy”.

Hay vasos comunicantes entre el mundo de la belleza, el deporte o la televisión y las profesiones más físicas. Noemí Sartal, Miss Grand Galicia en su última edición, recibió el galardón mientras se preparaba las oposiciones para policía nacional. “Soy modelo, azafata y quiero ser policía, pero lo que más me representa es ser miss”, explicaba a El Diario de Pontevedra. Otro nombre para la lista es el de la campeona de Muay Thai Paula Silva, que este febrero se enfrentó a la argentina Camila Filippini por el cinturón ISKA Intercontinental el mismo día que se presentaba a las oposiciones para ser Mosso D’Esquadra.

"Si ejerces la docencia, el contratador que ofrece mejores condiciones es el Estado"

Se trata de profesiones donde la exigencia física es elevada y que, por lo tanto, atraen a aquellos deportistas que, tras su retirada o al no poder profesionalizarse, encuentran su vocación como policías o bomberos. Tradicionalmente, la salida natural para muchos deportistas célebres era el emprendimiento, a menudo en la hostelería nocturna. El caso de Mora, que también tiene participaciones en la cadena de restaurantes City Poké, va en esa misma línea.

Independencia para poder seguir en el indie

El perfil más habitual, no obstante, es el de la persona de letras con intereses artísticos que lo compatibiliza con la docencia, una relación lógica desde los tiempos de Miguel de Unamuno, opositor a la cátedra de Psicología, Lógica y Ética del Instituto de Bilbao en 1888 hasta Antonio Machado, opositor para profesor de francés. Hoy ocurre con el indie. Como recuerda Santiago Fernández, miembro de Autoescuela y colaborador de Humo Records, en este sello independiente “hay un montón de gente que tiene grupos y trabaja como profesor en Secundaria”. Desde La URSS (filosofía) o Futuro Terror y Rata Negra (dibujo). O él mismo, opositor como salida natural de sus estudios en Filología Inglesa.

Porque eso es lo que se persigue con la oposición: la independencia que resulta tan difícil de encontrar en el sector privado. Sobre todo, en la docencia. “El funcionariado en general ofrece unas condiciones de trabajo que facilitan el tiempo libre, sobre todo las de profesores, así que son profesiones que atraen a mucha gente que tiene inquietudes más allá del ámbito laboral”, explica Marcelo Criminal. “Nadie se mete a profesor para hacerse rico o escalar socialmente, sino que valora el control sobre el propio tiempo”. Fernández coincide: “Al final, si te gusta ejercer la docencia, el empleador que mejores condiciones te da es el Estado, de eso no cabe duda dentro del sector”.

La gran paradoja se encuentra en que para poder dedicarse a sus pasiones artísticas, muchos necesitan la certeza y la independencia que proporcionan la plaza fija. Al menos, como explica Fernández, “una certeza de calendario”. Lo que viene muy bien si quieres salir de gira en verano, como ocurre con tantos grupos actuales de la escena independiente, que es donde hacen el verdadero agosto. “Son trabajos que te ofrecen la posibilidad de tener la tarde para ti”, añade Marcelo. “Hay otros trabajos donde sales a las siete de la tarde y no tienes tiempo para nada”.

Gran parte del mundo cultural sobrevive en red por sus redes familiares. Para Fernández, la seguridad del funcionariado es una forma de compensar esa ventaja de cuna. “Hay gente que viene con las espaldas cubiertas de serie, y esto es una forma de tenerlas cubiertas tú también”, explica. “A veces tengo la sensación de que para la mayor parte de músicos profesionales, esa profesionalidad pende de un hilo, si les va mal un disco o una gira a lo mejor tienen que dejar la música y buscarse un trabajo: no puedo culpar a nadie por ello, pero a veces eso les hace ser más conservadores”. Irónicamente, ser funcionario le permitiría ser más libre que si se debiese a su público.

El factor oculto: la centralización

Hay otra clave para estos opositores inesperados que está relacionada con la estructura productiva de cada región de España. Marcelo vive en Murcia y Fernández en Asturias, dos regiones donde la escena cultural no está lo suficientemente desarrollada como para proporcionar trabajo a todos, algo que sí ocurriría en Madrid o Barcelona. Como reconoce el propio Marcelo, si hubiese vivido en esas ciudades seguramente estaría trabajando en algo relacionado con la industria musical.

Se trata de regiones donde el sector público ha tenido siempre mucho peso

Pero dedicarse a la docencia y su futuro como posible funcionario le permiten sobrevivir fuera de los grandes polos de atracción laborales. “Desde el primer momento tuve claro de que no me apetecía vivir en Madrid, que no solo tiene facilidades como que es donde hay más industria de ocio, sino porque también es más fácil dar conciertos por toda España porque está en el centro y eso no podemos cambiarlo”, explica. “Al final, hacen falta profesores, enfermeros o administrativos en todos los puntos de España”.

Se trata, además, de regiones donde el sector público ha tenido tradicionalmente mucho peso, y sigue teniéndolo. Asturias, por ejemplo, es una de las comunidades donde más empleo público se ha creado entre 2019 y 2023: un 62% del total. “Asturias es un lugar donde el trabajo ha estado muy mediado por el Estado e industrias como la minería o la siderurgia dependían del Estado hasta las reconversiones industriales”, recuerda. “En Asturias así: hay funcionarios y jubilados”.

Muchos de los ídolos de la escena independiente de las últimas décadas han estado más cercanos a la figura del profesor que a la estrella del rock. “Uno de mis ídolos absolutos es Robert Pollard de Guided By Voices y es profesor de literatura inglesa”, recuerda Marcelo. “La gente que se ha dedicado a la música por completo es estadísticamente muy pequeña”. Fernández recuerda que, cuando empezó en la música, se dio cuenta de que muchos de los músicos que admiraba tenían trabajos “más prosaicos” de lo que pensaba. “Muchos de ellos relacionados con haber opositado”, concluye.