El casino caribeño que se burla de Consumo gracias a la tribu de los Mohawk

¿Se acuerda de Simón y Silvia? Es la pareja que, en plena vorágine independentista de Cataluña, grabó un vídeo sobre hipotecas (a tipo fijo) en pleno subidón de cocaína. Sucedió en diciembre de 2017 y, como consecuencia, ambos perdieron sus empleos y se convirtieron en el meme de todo un país.

Han pasado ocho años, pero no se puede decir que la pareja haya remontado el vuelo. Cada vez que entregan un curriculum en una empresa, el departamento de recursos humanos les reconoce y ni siquiera accede a entrevistarlos. Así, han dedicado los últimos tiempos a hacer directos de varias horas en los que piden a sus seguidores donaciones para sus necesidades, que vienen siendo, por orden de importancia, tabaco, bebida energética y kebabs. Se definen como "mendigos digitales".

Nadie les quiere a su lado. Les han echado del piso en el que vivían, muchos meses les cortan la luz y el teléfono y plataformas como Youtube, Instagram, Twitch o Revolut eliminan sus cuentas por sistema. Tampoco se les puede culpar por quitárselos de encima: a menudo, Simón fuma base de cocaína ante la cámara, lanza impresoras por la ventana o profiere graves insultos contra minorías. A su lado solo permanece una comunidad de seguidores que les financia las drogas y un casino online, Locowin, que les paga un sueldo por promocionar el juego sin importarle cuántas líneas rojas se crucen en los directos.

Locowin es un casino con sede en la isla caribeña de Santa Lucía. Es propiedad del holding Starscream Limited, que a su vez opera decenas de casinos a través de su subsidiaria Stardust Global CCS Ltd, con sede en Chipre. No se conocen administradores ni accionistas, tan solo que su licencia de juego está emitida por la Kahnawake Gaming Commission, un organismo regulador gestionado por la tribu Mohawk de Quebec, Canadá. A finales de los años 80, como contrapartida al expolio y la masacre de las poblaciones indígenas de norteamérica, se concedió a diversas tribus la capacidad de construir y gestionar casinos para alcanzar su independencia económica.

Sin embargo, a nivel internacional, este tipo de licencias son consideradas de segundo nivel, ya que no aplican una normativa tan estricta como las autoridades de juego de Gibraltar, Malta o Reino Unido, reconocidas como las más garantistas del mundo. En el caso de la Kahnawake Gaming Commission, ha sido acusada en diversas ocasiones de opacidad en el proceso de otorgación de licencias, así como de dejación en la protección de consumidores y falta de supervisión financiera. "Es una licencia de mierda que se utiliza para operar a modo bucanero, saltándose toda la normativa internacional", explica a este periódico un alto cargo de una conocida empresa de juego española. "El que se quiera jugar ahí su dinero, que se prepare, porque a lo mejor no lo vuelve a ver. Y luego que proteste, si encuentra ante quien hacerlo".

El 80% de los apostadores valora Locowin con la peor de las calificaciones posibles

En efecto, las opiniones de los usuarios de Locowin no son buenas. Decenas de clientes denuncian que el casino les permite ingresar dinero y apostar con total libertad, para incrementar la seguridad hasta el absurdo a la hora de retirar fondos. "Un timo de casino, metí 20 euros, gané 250 y al intentar sacar el dinero te piden mucha documentación y luego al intentar entrar en tu cuenta no puedes por mucho que cambies de contraseña..." o "no recomiendo para nada este casino, ya que si envías un documento erróneo o cometes cualquier otro error, te quitan el dinero de la cuenta sin explicaciones", son algunos de los comentarios de apostadores españoles. De las casi 300 opiniones, el 80% valora Locowin con una estrella, la más baja de las calificaciones.

Locowin no tiene licencia otorgada por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) y, por tanto, no debería poder operar en España. Nuestro país, como el resto de vecinos europeos, no reconoce la licencia de Kahnawake Gaming Commission, lo que implica que los apostadores están completamente desprotegidos en el caso de una disputa con el casino, además de exponerse a otros problemas como la seguridad de sus datos personales o multas por apostar en casinos sin licencia.

Operar sin licencia le otorga una serie de ventajas a Locowin. La más importante, que se salta la ley de publicidad del juego impulsada por Consumo en 2020. Simón Pérez se levanta a las 12 de la mañana y se pone a jugar a las tragaperras, pidiendo a su joven audiencia que se den de alta en el casino y jueguen con él. Son tragaperras de nueva generación, con un aspecto parecido al del Candy Crush y muchos destellos y efectos sonoros. Hay cientos de modelos con distintas temáticas: piratas, películas de terror, mitología griega o caramelos, todas ellas diseñadas para las generaciones que ha crecido con los videojuegos.

Simón y Silvia son solo un grano de arena en el desierto. Streamers mucho más populares, como Zonagemelos, con cientos de miles de seguidores en las principales redes, son la cara visible de Locowin. Dedican horas diarias a apostar en el casino junto a su audiencia, con una edad promedio de menos de 30 años. En este caso, además de violar los horarios de publicidad del juego (entre las 22:00 y las 06:00), se expone el juego a menores y a través de influencers, dos máximas expresamente recogidas en el texto legal. Otros influencers que están a sueldo de Locowin son MarkiLokurasY (1,7 millones de seguidores) o el popular AuronPlay, con 16 millones de contactos.

Desde el ministerio que dirige Pablo Bustinduy confirman que están al tanto de la situación. Indican que en enero del año pasado sancionaron con 5 millones de euros a Starscream Limited, si bien no han conseguido que pague la multa al tener su residencia fuera de España. Además, han bloqueado sus dominios en nuestro país, de modo que solo se podría acceder mediante el uso de VPN. Por último, desde Consumo adelantan que la Subdirección General de Inspección del ministerio continúa investigando el caso, en tanto que la publicidad del juego ilegal supone una falta grave tipificada por ley.