En dos aviones y con Feijóo, único líder de la oposición invitado: el viaje oficial al funeral del Papa

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El fallecimiento del Papa Francisco ha forzado a Gobierno y PP a protagonizar una estampa sin precedentes. La bronca permanente que impera en la política nacional hace casi imposible un acercamiento entre los dos grandes partidos. Pero el funeral del pontífice constituye una excepción. Se trata de una ceremonia de dimensión mundial en la que el Ejecutivo sí tuvo la cortesía institucional de invitar al jefe de la oposición, en coordinación con la Casa Real. Feijóo aceptó sin pensárselo. El presidente del Partido Popular, según ha podido comprobar este medio, es el único "capo dell'oposizione" (jefe de la oposición) invitado y con asiento en el histórico funeral. No obstante, la ausencia de Pedro Sánchez enturbió ese aparente gesto de distensión. La Moncloa le resta importancia porque acude el jefe del Estado, pero para Génova constituye "un error diplomático de primer nivel".

Los Reyes, Felipe VI y Letizia, encabezan la delegación española, que viajará en dos aviones. Uno está reservado para los monarcas, y el otro para los representantes institucionales. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, suplirá la falta del presidente del Gobierno junto a Yolanda Díaz, como cuota del socio de coalición. Y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, de quien depende la comunicación con las confesiones religiosas, y que cultivó una relación cercana con Francisco, al que visitó en cinco ocasiones. Díaz también mantuvo estos años una buena interlocución con él. Con ellos volará Alberto Núñez Feijóo, según informa el PP. Por protocolo, ninguno llevará asesores.

La presencia de Feijóo en la flota del Ala 45 del Ejército del Aire es también llamativa porque, a pesar de que Gobierno y oposición coinciden en muchos actos, no suele existir interacción. Esta es una de las consecuencias directas del clima de polarización que vive España. En la celebración del Día de la Constitución el pasado mes de diciembre en el Congreso, Sánchez y el líder de la oposición ni se saludaron. Y en los plenos, ambos hacen por no coincidir. No se llaman nunca y se han reunido en contadas ocasiones.

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Feijóo tampoco mantiene un trato normalizado con los ministros. Lo que pueda hablar con ellos en algunos actos protocolarios, pero ni Montero ni Bolaños atesoran largas conversaciones con él. Podría decirse que en las distancias cortas, apenas se conocen. Y esto es lo que convierte este desplazamiento en singular. Es una oportunidad de intensificar el trato personal con dos ministros muy cercanos a Sánchez.

El dirigente popular no tiene ese problema con Díaz, a quien sí conoce cuando él era presidente de Galicia y ella se dedicaba a la política autonómica. Desde su aterrizaje en Madrid, la ahora vicepresidenta segunda ha ejercido de embajadora de Feijóo ante la Moncloa para advertir al equipo del presidente de que no le subestimaran y confiaran en el halo moderado que le precedía, sobre todo antes del cara a cara que protagonizó con Sánchez en la campaña electoral del 23-J.

Lo normal es que los cuatro puedan mantener en el vuelo una conversación distendida, sin los dardos dialécticos que se dedican habitualmente en las sesiones parlamentarias. No debería resultar tan extraño. En el funeral de Juan Pablo II los entonces Reyes, Juan Carlos y Sofía, viajaron en compañía de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy, que en aquel momento era jefe de la oposición. Los cuatro en el mismo avión.

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Para Feijóo la visita al Vaticano es el primer viaje oficial junto al Gobierno desde que preside el PP. El actual mandatario popular ya protagonizó algún desplazamiento institucional con miembros del Ejecutivo durante su etapa en el Insalud y en la presidencia de Correos. En 2013, ya como presidente de la Xunta, se desplazó a Bruselas junto al entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, los secretarios generales de UGT y CCOO y los presidentes de Asturias y País Vasco para negociar ayudas en el sector naval. Pero el viaje a Roma tiene una envergadura especial para el jefe de la oposición.

En Génova le dan máxima relevancia, aunque no creen que el trayecto sirva para destensar la relación con el Ejecutivo. De hecho, las críticas han ido a más en los últimos días por la ausencia "injustificada" de Pedro Sánchez. Félix Bolaños no trasladó a Cuca Gamarra la decisión del presidente del Gobierno en el intercambio de llamadas que mantuvieron el pasado miércoles para organizar el desplazamiento. Los populares conocieron la noticia más tarde, pero no trastocó sus planes.

Tras el funeral, que tendrá lugar en la Plaza de San Pedro y en el que se darán cita grandes líderes internacionales como Trump, Macron o Zelenski, Feijóo y el resto de la comitiva volverán a España. El líder del PP combinará esa agenda institucional "de primer nivel" con su presencia en la final de la Copa del Rey en Sevilla, a la que también asistirá Felipe VI. El dirigente ya tenía previsto asistir a la grada del Estadio de la Cartuja junto a su familia, aunque finalmente seguirá el encuentro desde el palco de autoridades. Feijóo culminará un fin de semana especialmente ajetreado desplazándose a Jerez para asistir al Gran Premio de España de motociclismo.