Sánchez se escuda en los Reyes para borrarse del funeral del Papa: "Con ellos está bien"
Moncloa alega que es Felipe VI el que debe encabezar la comitiva "en representación del Estado". Montero, Díaz y Bolaños suplirán al jefe del Ejecutivo, acompañados por Feijóo. El ministro de Presidencia pidió poder asistir
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Pedro Sánchez no seguirá el ejemplo de los líderes internacionales que se desplazarán a la Plaza de San Pedro para dar el último adiós al Papa Francisco el próximo sábado. El presidente del Gobierno se escuda en la presencia de los Reyes, que encabezarán la comitiva española, para borrarse de una ceremonia de dimensión diplomática mundial, a la que sí acudirán dirigentes como Donald Trump, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni o Volodímir Zelenski. "El jefe del Estado es el Rey, y le corresponde a él ir en representación del Estado. No puede ser otra manera. Y le acompaña una delegación", justifican fuentes de Moncloa.
Desde el Ejecutivo quitan hierro a la decisión de Sánchez e inciden en que "no es lo normal" en actos "de cierta pompa" que Felipe VI y el presidente del Gobierno "acudan juntos". El antecedente más cercano rebate esa teoría. En 2005, José Luis Rodríguez Zapatero llamó al entonces monarca, Juan Carlos I, para que encabezara la delegación española en la despedida de Juan Pablo II junto a la reina Sofía. Pero el expresidente socialista sí asistió a las exequias, acompañado de Mariano Rajoy —que en aquella época lideraba la oposición— y el entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
"Yendo los Reyes, dos vicepresidentas y un ministro, la delegación oficial está bien", defienden en Moncloa, donde tratan de mantener a raya la polémica y no desmerecer a los acompañantes de Felipe VI y Letizia. María Jesús Montero, vicepresidenta primera, encabezará la representación del Ejecutivo. Según ha podido saber El Confidencial, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, solicitó personalmente asistir por su cercanía al pontífice. Es, de hecho, el miembro del Gobierno que más veces se vio con Francisco, con cinco encuentros. También se ofreció a Yolanda Díaz la posibilidad de acudir a la ceremonia como cuota del socio de la coalición gubernamental. Ella aceptó "encantada".
En la multitud de llamadas que se produjeron este martes para organizar la visita al Vaticano, el Gobierno quiso tener un inusual gesto de distensión con el PP. La institucionalidad ganó por un momento a la trifulca política habitual y, como hizo Zapatero con Rajoy, el Ejecutivo invitó a Alberto Núñez Feijóo a unirse a la delegación. El contacto no se produjo entre los respectivos gabinetes, sino que fue Félix Bolaños el que telefoneó directamente a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, para hacer la gestión.
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Más allá del ruido público y de las batallas domésticas, los dos dirigentes mantienen una buena relación personal. La conversación se produjo alrededor de las 11:30 de la mañana y transcurrió con normalidad y cordialidad. Tras intercambiar varias llamadas, se derivó a la Casa del Rey para cerrar los últimos detalles logísticos de la comitiva.
Génova tardó horas en despejar la incógnita de la asistencia de Feijóo al funeral del Papa Francisco, en parte para no desviar la atención mediática de su respuesta al millonario plan de Defensa, anunciado por Sánchez en la Moncloa este martes. La confirmación llegó alrededor de las cinco de la tarde, a través de un escueto comunicado. El líder del PP había sido invitado y no iba a rechazar esa oportunidad.
En el entorno del gallego aseguran, no obstante, que Bolaños no informó a Gamarra de la intención de Sánchez de ausentarse de la ceremonia. Los populares conocieron la noticia después. Pero esa circunstancia no cambia un ápice la decisión de Feijóo. Desde el pasado lunes, Génova mostró su predisposición a acudir al Vaticano. "Nos gustaría estar presentes", afirmaban, aunque no sin ciertos recelos. La relación con el Gobierno es prácticamente inexistente, y este ya había excluido a Feijóo de otros actos institucionales.
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Este miércoles, Alberto Núñez Feijóo ha censurado la decisión del presidente del Gobierno. "Supongo que tendrá poderosas razones para no ir al funeral", apuntó a la salida de un desayuno informativo en Madrid. "Necesitaremos una explicación, porque los primeros mandatarios del mundo están ahí. Si no tiene nada en agenda, me parece una descortesía muy difícil de explicar", apuntó. Moncloa recalca que la ausencia de Sánchez no implica desdén institucional alguno al Vaticano, y que tampoco responde al carácter litúrgico de la ceremonia. Recuerdan que el Ejecutivo ha tenido "palabras preciosas" para despedir al Papa e inciden en que se han declarado "tres días de luto", cuando con Juan Pablo II sólo se decretó uno.
Con todo, hay que recordar que el jefe del Ejecutivo no participó en el primer funeral por las víctimas del covid en la Catedral de la Almudena en julio de 2020, un acto religioso organizado por la Conferencia Episcopal al que acudieron los Reyes. Sánchez sí asistió, días después, al homenaje civil, en el que también estuvieron los monarcas. La imagen volvió a repetirse más recientemente. El líder socialista tampoco acudió al funeral por las víctimas de la DANA, impulsado por el Arzobispado de Valencia.
En 2022, sin embargo, Sánchez sí se desplazó a Roma para asistir al funeral de Estado del expresidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, que se celebró en la Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires. Previamente sólo había asistido a otro sepelio como jefe del Ejecutivo, el de la cantante de ópera Montserrat Caballé, que tuvo lugar en el Tanatorio de Les Corts de Barcelona.
Pedro Sánchez no seguirá el ejemplo de los líderes internacionales que se desplazarán a la Plaza de San Pedro para dar el último adiós al Papa Francisco el próximo sábado. El presidente del Gobierno se escuda en la presencia de los Reyes, que encabezarán la comitiva española, para borrarse de una ceremonia de dimensión diplomática mundial, a la que sí acudirán dirigentes como Donald Trump, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni o Volodímir Zelenski. "El jefe del Estado es el Rey, y le corresponde a él ir en representación del Estado. No puede ser otra manera. Y le acompaña una delegación", justifican fuentes de Moncloa.