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Escepticismo ante el plan de defensa de Sánchez: "Está construido sobre un vacío estratégico"
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Escepticismo ante el plan de defensa de Sánchez: "Está construido sobre un vacío estratégico"

España va a poner el turbo para cumplir con sus responsabilidades aliadas y llegar, antes de que acabe el año, al 2% del PIB de inversión. En el sector, el plan de Sánchez es recibido con escepticismo

Foto: Maniobra anfibia en Barbate del Dynamic Mariner-Flotex 25. (Europa Press/Francisco J. Olmo)
Maniobra anfibia en Barbate del Dynamic Mariner-Flotex 25. (Europa Press/Francisco J. Olmo)
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España va a poner el turbo para cumplir con sus responsabilidades aliadas y llegar, antes de que acabe el año, al 2% del PIB de inversión en capacidades militares que pide la OTAN. Para ello, el presidente Pedro Sánchez se comprometió este martes a destinar 10.471 millones de euros adicionales para este ejercicio y mantener el ritmo para sostener, como mínimo, ese umbral de gasto hasta 2029. "Sin subir impuestos, sin tocar el Estado del Bienestar y sin incurrir en un mayor déficit", aseguró el mandatario socialista. Sin embargo, el plan ha sido recibido con cierta sorpresa y escepticismo en el ecosistema de la defensa nacional.

Bajo el malabarismo retórico Plan para Desarrollo e Impulso de la Tecnología y la Industria de la Seguridad y la Defensa, el Gobierno ha establecido cinco pilares para "modernizar las capacidades de seguridad y disuasión" del país. El gasto en personal (salarios, entrenamiento y reclutamiento) se llevará el 35% del total. La ciberseguridad y comunicaciones de grado militar, un 31%. Un 17% irá a servicios de emergencias militares y un 3% a reforzar las misiones en el exterior. El 19% restante estará destinado a comprar instrumentos de defensa y disuasión (circunloquio para sistemas de armas). Esto es, unos 2.000 millones de euros. ¿Y cuál es el objetivo del plan?

"No lo sabemos. Es un plan sin objetivos concretos. El presidente dice que estamos en un cambio de era. Lo lógico, por tanto, es que esto fuera resultado de una reflexión política y social. Un momento para pensar, como país, cuál es nuestro papel en el mundo, cómo queremos influir y de qué manera", explica Javier Jordán, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Granada y director del pódcast Global Strategy @GStrategy_es.

"Pero el plan de Sánchez está construido sobre un vacío estratégico. Es una colección de lugares comunes sobre Europa y la Alianza. Creo que las prisas se deben a que llega la cumbre de la OTAN de La Haya (24-26 de junio) y no quería llegar sin una propuesta. Pero es una muestra la falta de consenso político y de cultura estratégica de nuestras elites políticas", agrega el analista especializado en estudios estratégicos y política de defensa.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/J.P. Gandul)

Esta ausencia de objetivos operativos concretos que respondan a una estrategia-país se nota en la heterogénea composición del plan. Una serie de partidas dispersas —la mayoría existentes— agrupadas ahora bajo un nuevo epígrafe, que no vienen a modificar sustancialmente el poder militar español.

"El 20% para adquisición de nuevos materiales es el nivel mínimo que exige la OTAN y, de eso, solo 5% es para material convencional. Es un monto mínimo que no aporta la potencia de fuego que nos falta, desde artillería a defensa antiaérea", explica el teniente general retirado Juan Montenegro, exrepresentante de España en los comités militares de la OTAN y de la Unión Europea, y exjefe de la UME (Unidad Militar de Emergencias). "Además, hay que tener en cuenta que no solo es comprar, luego hay que operar y mantener. Un arreón como este, sin plan ni presupuestos a largo plazo y un gran acuerdo político, no vale de mucho".

¿Y cómo se paga?

El Gobierno asegura que su compromiso, con o sin Presupuestos Generales, es firme; y que, a partir de este ejercicio, el mínimo destinado al sector será el 2% del PIB, lo que supone a niveles actuales unos 33.123 millones de euros anuales. Para el presente año, se utilizarán un remanente de 1.300 millones de euros de fondos europeos Next Generation (asignados al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia pospandemia), así como reasignando partidas presupuestarias sin ejecutar de 2023 y ahorros de 2024.

En Moncloa confían en que las buenas perspectivas económicas del país permitirá tener la holgura presupuestaria necesaria para llegar a esta meta de inversión hasta 2029. Incluso sin nuevos presupuestos y sin los fondos europeos, los socialistas consideran que tiene margen de maniobra para cumplir con el gasto (mientras se mantenga el viento de cola económico, reconocen). Si el PIB sube mucho y deben aumentar el gasto proporcionalmente, el Gobierno podría verse obligado a acudir al Congreso para que le autoricen nuevas partidas fuera de presupuesto, explican fuentes socialistas.

Foto: Espada artesana de Toledo. (EFE/Ismael Herrero)

Pero en el sector, también hay dudas al respecto a la sostenibilidad del plan a largo plazo. En 2024, España fue el país de la OTAN que menos invirtió en defensa de los 32 socios de la OTAN, con un 1,26% del PIB. Según las cuentas de Defensa, este nivel estaría actualmente en el 1,4% (con los presupuestos generales prorrogados por segundo ejercicio consecutivo). A la espera de los detalles, a muchos analistas no le convence la viabilidad de mantener esta expansión del gasto sin respaldo de sus socios políticos ni de la oposición a golpe de fondos extraordinarios y reasignación de partidas, algunas ya existentes, como la de las misiones en el exterior o la renovación de satélites estratégicos.

"Parece más un maquillaje contable para quedar bien a con la OTAN y Europa que un plan de defensa sólido a largo plazo. No le veo mucha credibilidad militar. Es un poco ridículo hablar de disuasión dándole dinero a la UME, a partidas civiles, a salarios y utilizando fondos remanentes de los Next Generation (de la pandemia) para financiar ciberseguridad y comunicaciones", considera Iván Esteve, analista de la industria de defensa.

Los expertos en defensa y asuntos militares llevan tiempo advirtiendo de que no se trata solo de la cantidad de montos disponibles, sino la eficiencia y ejecución de esos fondos. En 2024, el Ministerio de Defensa dejó sin ejecutar 1.051 millones de euros; un monto que asciende a 1.648 millones si se suman las modificaciones presupuestarias al presupuesto inicial (prorrogado de 2023). Es decir, el Gobierno asignó 15.582 millones de gasto al Ministerio de Defensa en 2024, pero logró gastar 13.935 (la menor ejecución presupuestaria en defensa desde 2015.

Foto: Exhibición militar organizada por la Armada Española y la OTAN en la Playa del Retín, en Barbate (Cádiz). (Europa Press/J. Olmo)

"Viendo la eficiencia en el gasto actual, 10.000 millones de golpe pueden ser más un castigo que una solución. No hay un plan, no hay una ley de financiación, no hay proyecto. Es sumar partidas para que den un número, el 2%. Da igual si son necesarias o prioritarias. Francamente, estamos gastando regular en el mejor de los casos el presupuesto actual", comenta una fuente conocedora de las licitaciones de defensa.

¿Y la tropa?

Pese a que la mayor partida del plan va destinada a "mejorar las condiciones laborales de la tropa y la marinería, así como la preparación y el equipamiento de las Fuerzas Armadas", algunas asociaciones de militares tampoco ven el plan con buenos ojos. Consideran que el grueso de estos fondos se destinarán a reclutar nuevo personal (unos 7.000 efectivos más hasta 2029), en vez de mejorar las condiciones de los actuales efectivos y reformar la carrera militar.

Este 2025, el Gobierno aprobó una subida de retribuciones para los militares que supone un incremento del gasto anual de 400 millones de euros. Con esto, el Gobierno considera que ha cumplido, pese a que la cifra está muy lejos de las aspiraciones de los soldados.

Foto: Soldados españoles, de maniobras en Letonia. (EFE)

"De los aproximadamente 3.700 millones de euros asignados a este fin (condiciones laborales), cabría esperar que en alguno de sus puntos se atendieran las históricas demandas de los militares de unas condiciones retributivas y profesionales dignas, priorizando sus reivindicaciones por encima del gasto en armamento y material. Sin embargo, las declaraciones del presidente han supuesto un nuevo revés para estas expectativas, ya que dio por concluido el aumento de las retribuciones", aseguró el cabo Marco Antonio Gómez, de la Asociación de Tropa y Marinería, que han convocado a una protesta el sábado 26 frente al Ministerio de Defensa.

También hay dudas entre algunos mandos militares, que piden no ser identificados por no estar autorizados para declarar. El principal pero en algunos cuarteles es que consideran que el plan está más orientado a la industria que a las Fuerzas Armadas, que llevan años pidiendo un amplio acuerdo político para programar la defensa más allá de los ciclos políticos del momento.

"Detrás de este plan hay una estrategia lógica industrial de reforzar a nuestras empresas, especialmente a Indra como campeón nacional, y otras empresas clave con participación estatal como Navantia, Airbus o Telefónica. Y eso lo entendemos. Pero deberían haberse tomado en cuenta otras cosas. Y las prioridades industriales y las operativas no siempre coinciden", concede un alto mando.

España va a poner el turbo para cumplir con sus responsabilidades aliadas y llegar, antes de que acabe el año, al 2% del PIB de inversión en capacidades militares que pide la OTAN. Para ello, el presidente Pedro Sánchez se comprometió este martes a destinar 10.471 millones de euros adicionales para este ejercicio y mantener el ritmo para sostener, como mínimo, ese umbral de gasto hasta 2029. "Sin subir impuestos, sin tocar el Estado del Bienestar y sin incurrir en un mayor déficit", aseguró el mandatario socialista. Sin embargo, el plan ha sido recibido con cierta sorpresa y escepticismo en el ecosistema de la defensa nacional.

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