Recuerdan la visita que hizo el papa Francisco a Mallorca: mucho antes de ser sumo pontífice

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La muerte del papa Francisco este lunes en el Vaticano ha conmovido a millones de personas en todo el mundo. Con 88 años, el primer sumo pontífice latinoamericano de la historia ha fallecido en la residencia de la Casa Santa Marta, dejando un legado marcado por la cercanía, el compromiso social y la renovación de la Iglesia. En el recuerdo de muchos ha aflorado un capítulo poco conocido de su vida: la visita que realizó a Mallorca en 1983, cuando tenía 46 años, ya había sido provincial de los jesuitas en Argentina y ejercía como rector del Colegio Máximo de San Miguel.

Aquel viaje tuvo un carácter profundamente espiritual. Jorge Mario Bergoglio acudió a la isla atraído por la figura de san Alonso Rodríguez, el santo portero del colegio de Montesión, venerado por su humildad y entrega. Durante su estancia, visitó la capilla donde reposan sus restos, se reunió con la comunidad jesuita y recibió como obsequio una imagen del santo. Años más tarde, ya desde Buenos Aires, escribió a los religiosos mallorquines para agradecerles la acogida y explicar que la imagen le había servido de inspiración para una capilla que estaba construyendo en el barrio de San Miguel.

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Una relación que mantuvo en el tiempo

Décadas después, siendo ya papa, Francisco aún mantenía correspondencia con los jesuitas de Mallorca, recordando con afecto su paso por Montesión. En octubre de 2024, con motivo de la festividad de san Alonso Rodríguez, les envió una carta de felicitación en la que reiteró su aprecio por la isla y su comunidad religiosa. En ella también manifestó su deseo de regresar algún día, aunque las circunstancias nunca permitieron que se concretara una visita oficial.

Este lunes, la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, ha rememorado públicamente ese episodio, tras conocerse la noticia del fallecimiento. En una publicación en la red social X / Twitter, ha escrito que "recordó con cariño su visita a Montesión, en las Illes Balears, para venerar la imagen de San Alonso Rodríguez". Prohens había sido recibida en audiencia en el Vaticano hace apenas unos meses, en diciembre del año pasado: en aquel encuentro, según relata la presidenta, el papa le habló de la importancia de los valores del humanismo cristiano y del tiempo en familia, además de invitarla a rezar con él la oración del Buen Humor de santo Tomás Moro.

"Así le recordaré siempre: con buen humor a pesar de su frágil salud", ha añadido Prohens. Su testimonio ha sido uno de los más personales de cuantos se han difundido desde las instituciones españolas, no solo por aludir a un encuentro relativamente reciente, sino porque rememora un vínculo real y directo entre el papa Francisco y Mallorca, construido mucho antes de que su nombre resonara en la Plaza de San Pedro como sucesor de Benedicto XVI.

La isla, que nunca ha sido visitada oficialmente por ningún papa, sí conserva, sin embargo, esta conexión singular con quien durante más de una década lideró la Iglesia católica. El paso de Bergoglio por Montesión, su interés por la figura de san Alonso y su recuerdo años después son prueba de una espiritualidad que trascendió cargos y fronteras.