Sectores del PP piden a Feijóo cambios en la dirección antes de verano: "Hace falta un revulsivo"

Alberto Núñez Feijóo no va a adelantar el congreso nacional del PP. Hace tiempo que Génova zanjó el debate interno sobre la idoneidad de actualizar los estatutos del partido antes de abril de 2026, cuando se cumplirá el cuarto aniversario del ascenso del político gallego a la planta noble. No obstante, existe cierto clamor interno que aboga por un "estímulo" orgánico en el ecuador de la legislatura, que llegará en julio de este año. Aunque con Sánchez "todo puede pasar", hoy por hoy no se contempla un adelanto electoral. El horizonte sigue siendo 2027. Y hay sectores en el partido, tanto a nivel nacional como autonómico, que ven necesario acometer "ajustes" en la cúpula para abrir una nueva etapa.

Las fuentes consultadas coinciden en que un buen momento para emprender un "refuerzo organizativo" en la ejecutiva nacional sería antes de verano. El objetivo, dicen, es llegar a septiembre con la maquinaria del partido completamente engrasada para afrontar el nuevo ciclo electoral que se abrirá con las elecciones autonómicas en Castilla y León y Andalucía en el primer semestre de 2026. "Hay que apostar por caras nuevas, pero es difícil predecir los movimientos de Feijóo", apunta un dirigente nacional. "Hace falta un revulsivo. Puede optar por hacer algunos cambios orgánicos, sin necesidad de exponerse a un congreso", agrega otro cargo de la confianza del gallego.

La chispa que ha encendido la mecha del debate interno ha sido el "intercambio de cromos" en Europa entre Dolors Montserrat y Esteban González Pons. La política catalana era la "apuesta personal" de Manfred Weber para ungirla como su número dos al frente de la titánica estructura del Partido Popular Europeo. El político alemán renovará su mandato en el congreso que se celebrará en Valencia los próximos 29 y 30 de abril. En él, Montserrat se pondrá oficialmente al frente de la secretaría general del PPE, recuperando el peso que la delegación española tuvo en la familia conservadora comunitaria durante más de dos décadas hasta el 'parón' de 2022.

El ascenso de la eurodiputada también conlleva cambios para González Pons. Salvo sorpresa, el político valenciano asumirá ahora la jefatura y portavocía del PP español en el Parlamento Europeo, cargo que hasta ahora ostentaba Montserrat. En el PP hay cargos que ven "imposible" que el dirigente pueda compatibilizar esa nueva responsabilidad con sus deberes al frente de la vicesecretaría de Institucional en Génova. Se trata de un área que engloba competencias de gran relevancia para la estructura nacional, desde justicia a defensa e interior, sin olvidar las relaciones internacionales.

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En amplias capas de la formación se da por descontado que, o bien Pons delega su puesto en Génova, o bien Feijóo activa un "refuerzo" para que la vicesecretaría no se quede coja. Hace tiempo que en el partido se señalaba una excesiva acumulación de cargos del eurodiputado, que permanentemente tenía "un pie en Bruselas y otro en Madrid". En septiembre del año pasado, Feijóo ascendió a Ildefonso Castro, secretario de Estado de Exteriores con Mariano Rajoy, al frente de la política exterior del PP y dentro de la vicesecretaría que sigue ostentando González Pons, un nombre que, según fuentes de la cúpula, "propuso" el propio dirigente valenciano.

Con el nuevo mapa comunitario y la asunción de la portavocía europea, "Esteban va a tener mucho menos tiempo". Y para muchos resulta indispensable remodelar su área en Génova inmediatamente después del congreso valenciano. Fuentes de la cúpula inciden en que no forma parte de la naturaleza política de Feijóo "pasar a nadie por el cuchillo", menos con un dirigente que es "de su total confianza". Cualquier posible reorganización interna será "acordada". De acometerse ese cambio —el líder del PP mantiene un hermetismo total—, Pons seguiría teniendo asiento en el comité de dirección, igual que lo ha tenido Montserrat en su etapa de portavoz comunitaria.

Dirigentes de peso en el partido señalan desde hace tiempo la especial ausencia de un referente jurídico claro en la estructura nacional desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo a Génova, como lo fueron en su día perfiles diferenciados como Enrique López o Rafael Catalá. Ese debate se disparó especialmente tras el "error monumental" de no percatarse de una reforma encubierta del Gobierno pactada con Bildu que permitía acortar penas de prisión a decenas de presos etarras.

En cualquier caso, distintas fuentes de los conservadores apuntan a que la circunstancia europea abre una oportunidad a Feijóo para ir más allá de un cambio quirúrgico y acometer una remodelación orgánica más amplia. "Cada cierto tiempo hay que ir incorporando a nuevos perfiles y, quizá, redefinir responsabilidades", apuntan desde una baronía. "Los cambios, si están bien medidos, pueden ser muy positivos", anima otro dirigente autonómico. No es necesario que modificaciones de estas características se sometan a un congreso ordinario. Bastaría con que el Comité Ejecutivo Nacional los refrende.

Hoy por hoy, nadie duda en el partido del liderazgo de Feijóo ni de su capacidad de llevar al PP de nuevo a la Moncloa pese al traspié de las últimas elecciones generales. Los populares siguen encabezando todos los sondeos, pero algunas voces advierten que, aunque "la evolución es buena", lo cierto es que "no hemos conseguido distanciarnos del PSOE todo lo preciso", pese a las polémicas que acumula el Ejecutivo, desde los múltiples frentes judiciales por presunta "corrupción" hasta el desgaste de los acuerdos con el independentismo.

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La última vez que Feijóo remodeló la cúpula del PP fue a finales de 2023. Incorporó a cinco mujeres en el puente de mando, y elevó a Borja Sémper como portavoz nacional para que sirviera de contrapeso 'moderado' a su nuevo hombre fuerte en el Congreso, Miguel Tellado, al que todas las voces consultadas sitúan en el centro de la toma de decisiones. En los últimos meses han ganado peso perfiles como el de la vicesecretaria de Sanidad y Educación, Ester Muñoz, ungida como nuevo "azote" del Gobierno junto al portavoz gallego. En el partido instan desde hace tiempo a redefinir los roles de la cúpula con mayor claridad para evitar "fallos discursivos".