Esta es la cofradía más antigua de Semana Santa en España: la fundó el Cid, el Greco fue cofrade (y no está en Andalucía)

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La Semana Santa en España es mucho más que una cita religiosa. Se trata de una de las tradiciones culturales más arraigadas del país, una manifestación de fe que cada año reúne a miles de personas en las calles para contemplar procesiones cargadas de historia, arte y simbolismo. El recogimiento, la música de los tambores y el olor a incienso convierten cada rincón en un escenario solemne que conmueve incluso a los no creyentes.

Durante siglos, esta celebración ha sido un pilar espiritual y comunitario en muchas ciudades españolas. La Semana Santa no solo emociona por lo que se ve, sino por lo que representa: una herencia viva que conecta generaciones. Andalucía es quizá la región que más visibilidad le ha dado con pasos espectaculares y grandes hermandades, pero otras comunidades también conservan un patrimonio cofrade de enorme valor.

Aunque parezca sorprendente, la cofradía más antigua de España no está en Sevilla ni en Málaga, sino en Toledo, una ciudad que, mucho antes de que nacieran los grandes desfiles procesionales del sur, ya contaba con una hermandad dedicada a obras de caridad y entierros cristianos. Se trata de la Ilustre, Real y Antigua Cofradía de la Santa Caridad, fundada nada menos que en el año 1085 por figuras tan históricas como el rey Alfonso VI, el Cid Campeador y el arzobispo Bernardo de Claraval. Casi mil años después, sigue saliendo a la calle cada Martes Santo.

Mil años de historia viva en Toledo

La Ilustre, Real y Antigua Cofradía de la Santa Caridad nació con un objetivo muy claro: dar sepultura digna a los muertos tras la conquista de Toledo a manos de Alfonso VI. El monarca, junto a Rodrigo Díaz de Vivar, gobernador de la ciudad, y un grupo de nobles, decidieron crear una hermandad que recogiera los cuerpos de los fallecidos en batalla, los ahogados en el Tajo o los ajusticiados. El arzobispo Bernardo de Claraval bendijo la iniciativa y les entregó una cruz verde como símbolo.

Desde su fundación, la cofradía fue adquiriendo funciones y privilegios, siempre ligadas a la caridad cristiana. Acompañaban entierros de reyes, prelados y presos, asistían a autos de fe y recolectaban limosnas para ayudar a los más necesitados. Durante siglos, también mantuvo bienes y fundaciones pías, hasta que las desamortizaciones le arrebataron parte de su patrimonio. Aun así, nunca dejó de existir, y hoy conserva su archivo histórico y su lugar en la vida religiosa de la ciudad.

Una de sus curiosidades más llamativas es que El Greco fue uno de sus cofrades. Así lo confirma su archivo, que conserva libros desde el siglo XVI, tras un incendio que arrasó con los documentos anteriores. Actualmente cuenta con más de 250 miembros y, aunque no es la hermandad más multitudinaria de la ciudad, sí es una de las más singulares y respetadas. Su sede se encuentra en la parroquia mozárabe de las Santas Justa y Rufina, donde también se guardan sus objetos y emblemas litúrgicos

Un Cristo medieval que habla de silencio

La imagen que preside esta procesión no es menos impresionante. El Cristo de la Misericordia y Soledad de los Pobres es una talla románica en madera policromada de finales del siglo XIII o principios del XIV. De autor anónimo, fue hallada en la antigua capilla del ‘Pradito de la Caridad’, el pequeño cementerio donde la cofradía daba sepultura a los más desfavorecidos.

La austeridad lo envuelve todo. Los cofrades visten de negro, con capucha y guantes verdes, portando faroles que este año se han renovado en un taller artesanal toledano. Solo un tambor, desafinado y discreto, marca el ritmo del paso. No hay música ni grandes multitudes, solo recogimiento y respeto, tal como ha sido desde hace siglos. Las andas de madera llevan inscrita la frase 'Deus Caritas Est' (Dios es Caridad), recordando la esencia que originó esta cofradía.

Procesión del Martes Santo: hora, recorrido y lugares clave

Este 2025, la procesión más antigua de Semana Santa volverá a recorrer las calles de Toledo el martes 15 de abril, a partir de las 21:30 horas, con salida desde la Iglesia de las Santas Justa y Rufina. La ruta pasará por puntos históricos, realizando responso en varios lugares que conservan el recuerdo de sus antiguos enterramientos. Es una procesión sobria, sin artificios, pero con un peso histórico y espiritual difícil de igualar.

Esta hermandad fue pionera en la asistencia social, la dignidad de los difuntos y el culto procesional. Mil años después, sigue caminando en silencio por las calles de Toledo

El recorrido será el siguiente: Santas Justa y Rufina, Plaza de la Ropería, Toledo Ohio, Comercio, Plaza de Zocodover (responso), Travesía de Santa Fe, Santa Fe, Cervantes, Bajada de Alcántara, Paseo del Carmen (responso), Puerta de Doce Cantos, Cervantes, Postigo de los Doce Cantos, Paseo de Cabestreros, Plaza de San Lucas, San Juan de la Penitencia (responso), Cuesta de San Justo, Plaza de San Justo, Sixto Ramón Parro, Chapinería (responso frente a la Catedral), Cuatro Calles, Comercio, Toledo Ohio y regreso a Santas Justa y Rufina.