Cuerpo y Bravo enderezan la interlocución pese a la desconfianza de Génova con el Gobierno
Los dos responsables económicos conversaron tras el amago de ruptura de los populares. Moncloa insiste en incluir al PP en el pacto, pero la dirección del PP marca distancias por temor a "cesiones" ocultas a Junts
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F153%2F8b5%2F9ef%2F1538b59efb8e7134021b6501ed9601a9.jpg)
La ausencia de una relación habitual, normalizada, entre el Gobierno y el PP, una de las señas de identidad de estos años de polarización, ha convertido en una montaña rusa la negociación de una respuesta unitaria ante la imposición unilateral de aranceles de la Administración norteamericana. Con no pocos vaivenes, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y vicesecretario económico del PP, Juan Bravo, lograron un consenso mínimo sobre el texto del primer real decreto ley, que el Consejo de Ministros aprobó este martes, con la incorporación de algunas de las propuestas de los populares.
Ese principio de acuerdo, aunque "insuficiente" para el PP, parece dar margen a nuevos pactos con el principal partido de la oposición todo el tiempo que dure esta crisis. Tanto la Moncloa como Génova aseguran que están abiertos al diálogo. Pero esta voluntad parece muy frágil. Unas declaraciones de Junts contaminaron todos los avances y llevaron al PP a amagar incluso con dinamitar la negociación con el Gobierno y desmarcarse por completo de su plan arancelario.
El partido de Puigdemont aseguró que el Ejecutivo le había prometido que el 25% de las ayudas comprometidas para paliar los efectos de la guerra comercial irían para Cataluña. El Ministerio precisó que la financiación se concede a las empresas, no a las comunidades, aunque obviamente, habrá algunas más afectadas que otras por el volumen de su tejido exportador. Pese a este punto de fricción, la comunicación entre Carlos Cuerpo y Juan Bravo se mantiene. Después de que la dirección popular hiciera patente su desconfianza y asegurase en un duro comunicado que el Gobierno les había "expulsado del marco negociador", los dos interlocutores económicos hablaron ayer por la tarde.
Desde Economía explican que la conversación fue "amena" y "constructiva", y que los puentes con el PP "para nada" están rotos. El propósito del Ejecutivo, explican, es ser "todo lo transparentes que podamos". La disposición adicional segunda, a la que alude Junts, estaba en el texto que vieron los populares y que recogía también sus aportaciones, aunque admiten que no se transmitió qué propuestas habían incluido de cada grupo parlamentario. Desde el PP ratifican la versión del Gobierno, y aseguran que las palabras del ministro tranquilizaron sus suspicacias respecto al anuncio del partido independentista.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffc2%2F3ae%2Fdb5%2Ffc23aedb5c5681d5c369aec8dc9c3210.jpg)
Fuentes del PP conocedoras de ese contacto aseguran que la mano sigue tendida, y fían la posibilidad de acuerdo a que el Ejecutivo acepte alguna de sus propuestas antes de que el decreto llegue al Congreso, cosa que no se producirá hasta el mes de mayo. "Hay tiempo", confían. El buen feeling entre Cuerpo y Bravo permite que los puentes entre Gobierno y PP sigan plenamente operativos. En las últimas 48 horas, Génova ha dado por encalladas las negociaciones hasta en dos ocasiones. Y las dos veces se han desenmarañado gracias a una llamada telefónica del ministro de Economía a su interlocutor en la dirección popular.
Pese al tono conciliador de los negociadores, lo cierto es que el anuncio de Junts disparó la desconfianza en Génova. En el entorno de Feijóo aseguran que irán con cautela a la espera de conocer "la letra pequeña" de lo planteado por la formación posconvergente, y que la "distancia" ha aumentado. "No apoyaremos un reparto pactado con Junts, ni la oportunidad de hacer negocio con la causa independentista", argumentan. El sentido del voto al decreto dependerá de la "voluntad" del Gobierno para introducir sus medidas, "sin cheques en blanco", pero también cuidarán que no haya ningún tipo de "acuerdo oculto" con el que "blanquear" a los de Puigdemont.
Desde Génova exigen que el Ejecutivo "rectifique" públicamente el anuncio de Junts, e inciden en que el criterio de reparto del primer paquete del Gobierno debe ser "finalista", sin atender exclusivamente al volumen de exportaciones, sino a otros criterios como la masa laboral o su situación financiera. Reiteran que su "prioridad" es proteger a las empresas del "cierre" y del "despido de trabajadores" a consecuencia de las nuevas tarifas impuestas por el presidente americano. Y, por lo tanto, advierten que se desmarcarán por completo si la Moncloa se ve tentada con "sobreayudar" a según qué compañías porque se encuentren en Cataluña. Este miércoles, durante la sesión de control en el Congreso, distintos portavoces populares llamaron al Gobierno a aclarar si iban a pactar con Junts "por la puerta de atrás".
En el Ejecutivo no se quiso dar más fuelle a la polémica para preservar la negociación. Ayer, en unas declaraciones en el Senado tras las quejas del PP, Carlos Cuerpo destacó que todos los grupos políticos "han contribuido a hacer que el real decreto ley mejorara". "Tenemos que seguir trabajando, estamos solo al principio de este proceso de mano tendida".
El ministro defendió que esta es la "primera capa" de una "red de seguridad" frente al impacto de los aranceles de Trump. El resultado ha sido "muy equilibrado" por eso, dijo, "esperamos que pueda ser aprobado mayoritariamente porque vamos a seguir necesitando a los grupos políticos". Según Cuerpo, está hablando estos días con Juan Bravo "con más frecuencia casi que con mi familia". El contacto es "continuo" y se entienden bien. Algo que también admiten en el PP, donde celebran la "buena predisposición" del ministro para "buscar consensos".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff3c%2F8a1%2Ff5d%2Ff3c8a1f5d269a3567281390934562fa6.jpg)
Pese a las buenas palabras de Carlos Cuerpo, en la Moncloa está causando mucha perplejidad la forma en que se está desarrollando esta intensa comunicación con el PP. La sensación es que conviven "dos almas" en el partido y que Bravo no tiene nada que ver con el estilo de dirigentes como Miguel Tellado. Aseguran que, en la noche del lunes, cuando Génova se descolgó por primera vez del Gobierno, hicieron una "jugada muy fea, preconstituyendo la idea de que no había acuerdo". Los reproches son recíprocos, y desde la dirección del PP separan también la "voluntad negociadora" de Cuerpo de la del resto del Ejecutivo, empezando por el propio Pedro Sánchez.
Fuentes del Gobierno resaltan que para el PP no va ser fácil hacer descarrilar estas negociaciones porque "estás con Vox o con Europa" y creen que en el mes de plazo hasta la convalidación del decreto anti-Trump todavía habrá tiempo "para enfadarse y desenfadarse". En cualquier caso, la convicción de la Moncloa es que saldrá adelante igual, con el apoyo de los socios parlamentarios, incluido Podemos, que se ha destacado con declaraciones muy críticas.
La ausencia de una relación habitual, normalizada, entre el Gobierno y el PP, una de las señas de identidad de estos años de polarización, ha convertido en una montaña rusa la negociación de una respuesta unitaria ante la imposición unilateral de aranceles de la Administración norteamericana. Con no pocos vaivenes, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y vicesecretario económico del PP, Juan Bravo, lograron un consenso mínimo sobre el texto del primer real decreto ley, que el Consejo de Ministros aprobó este martes, con la incorporación de algunas de las propuestas de los populares.