El nuevo 'Caravaggio'... es falso: el Museo del Prado acorrala a una marchante de Madrid por estafa
La pinacoteca concluye que un lienzo atribuido por una intermediaria al genio italiano del barroco pertenece en realidad a un autor anónimo y que el valor de la obra, 'Ecce Homo con dos sayones', es 12 veces inferior que el precio por el que lo vendió
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Una marchante de arte convenció a unos empresarios para que pagaran 275.000 euros por uno de los hallazgos de la década, un lienzo de Caravaggio que había permanecido oculto cuatro siglos. Sólo hay cinco obras del gigante italiano del barroco en España y la última fue comprada por 36 millones de euros. El Museo del Prado ha concluido ahora que el supuesto nuevo Caravaggio es, en realidad, una pintura anónima de “factura no especialmente refinada” que no vale más de 22.000 euros.
El dictamen de la pinacoteca, al que ha tenido acceso El Confidencial, acaba de llegar al Juzgado de Instrucción número 50 de Madrid, que investiga a la intermediaria Herennia Trillo por los presuntos delitos de estafa y organización criminal por la venta de este óleo en febrero de 2023 a los denunciantes del presunto engaño. Sólo 12 meses antes, Trillo había adquirido la pintura, ‘Ecce Homo con dos sayones’, 36x29 cm., en una casa de subastas de la capital por 16.939 euros después de que nadie pujara por ella.
La Sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil lidera las pesquisas. Según sus averiguaciones, la marchante habría usado como gancho a una supuesta experta en Caravaggio de la Galería Uffizi de Florencia, Sara Muñoz, y a la pareja de ésta, José Luis León, propietario de los restaurantes Rafalete de Córdoba. También contó con la ayuda de un galerista de la calle Villanueva de Madrid, David Badía, que supuestamente emitió facturas falsas para que Trillo camuflara el dinero que recibió de sus víctimas.
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El instructor del caso pidió en julio de 2024 al Museo del Prado que analizar el supuesto Caravaggio. El informe de la institución es demoledor. Por un lado, el jefe de la Colección de Pintura Italiana y Francesa del Barroco, David García Cueto, descarta que el lienzo sea obra de los pintores españoles Juan de Valdés Leal (1622-1690) o Francisco Ribalta (1565-1628), como aseguran “dos pegatinas con texto en inglés” que aparecen en el reverso del cuadro, “testimonio de su tránsito por el mercado internacional del arte durante el siglo XX”.
Según el especialista del Prado, esas “atribuciones no tienen consistencia, por no encajar con los lenguajes pictóricos de Valdés Leal ni de Ribalta, tal y como se ha podido constatar en los intercambios con el jefe de la colección de pintura española del Barroco de este Museo, el Dr. Javier Portús Pérez”. “La procedencia de la obra ha de ubicarse más bien en el contexto italiano de la primera mitad del siglo XVII”, prosigue el informe.
Ese periodo sería compatible con la mano de Caravaggio que esgrimió la principal investigada. La valoración del Prado ya fue decisiva para confirmar el hallazgo de un Caravaggio que salió a subasta en Madrid en 2021 con una atribución errónea a un discípulo o seguidor de José de Ribera. Un examen exhaustivo del Museo permitió vincular el óleo, otro Ecce Homo, con el pincel del genio de Milán.
Sin embargo, el especialista del Prado descarta que Caravaggio tenga algo que ver con la obra investigada. Explica que un experto en pintura italiana de la primera mitad del XVII, el profesor de la Universidad de Nápoles Giuseppe Porzio, le confirmó que la obra “presenta notables analogías con las derivaciones emilianas [de la región de Emilia-Romaña] de los prototipos de Annibale Carracci (1560-1609)”, considerado el mayor rival de Caravaggio y representante de una opción artística opuesta.
El dictamen del Museo del Prado termina afirmando que la obra pertenece a un autor “anónimo emiliano de la primera mitad del siglo XVII”. “En cuanto a su valoración, dada su condición de anónimo y su factura no especialmente refinada, puede establecerse un precio de mercado de unos 18.000-22.000 euros para la misma”, acaba. Trillo lo traspasó por un importe 12 veces superior con la promesa de que era un Caravaggio y apelando a la supuesta urgencia de la operación porque había otros inversores interesados en una oportunidad única.
En apenas 48 horas, las presuntas víctimas enviaron los 275.000 euros a las cuentas de la marchante, aunque esta se quedó la obra en depósito. Semanas después, Trillo se negó a que un perito independiente analizara el lienzo y empezó a admitir que el ‘Ecce Homo con dos sayones’ podía no pertenecer al maestro italiano. Contó a los compradores que había un experto en Florencia que se lo atribuía al francés Valentin de Bolougne, un discípulo de Caravaggio, y que su cotización no bajaba en ningún caso de los 500.000 euros.
Los empresarios exigieron a la intermediaria que les entregara el cuadro, pero Trillo se negó. Finalmente, interpusieron una querella por estafa. En junio de 2024, la UCO entró en la vivienda de la presunta estafadora y encontró el cuadro “envuelto en papel burbuja sin cerrar y papel de envolver marrón, en una bolsa de tela”. Los investigadores descubrieron que Trillo pretendía enviárselo a sí misma a una dirección de Neuchâtel (Suiza).
El pasado noviembre declaró en calidad de investigada en el Juzgado de Instrucción número 50 de Madrid y negó que hubiera engañado a sus clientes. Pero el informe del Museo del Prado la deja al borde del banquillo.
Una marchante de arte convenció a unos empresarios para que pagaran 275.000 euros por uno de los hallazgos de la década, un lienzo de Caravaggio que había permanecido oculto cuatro siglos. Sólo hay cinco obras del gigante italiano del barroco en España y la última fue comprada por 36 millones de euros. El Museo del Prado ha concluido ahora que el supuesto nuevo Caravaggio es, en realidad, una pintura anónima de “factura no especialmente refinada” que no vale más de 22.000 euros.