Soberanía tecnológica, inversión sin complejos e impulso político para que Europa camine sola

Está en boca de todo el mundo: la defensa ha cobrado un papel protagonista en la agenda política, pero también en la económica. La modernización de la industria, la necesidad de inversión y la soberanía tecnológica son algunos de los retos a los que se enfrenta Europa para garantizar su autonomía estratégica. Las tensiones globales aumentan y los expertos están advirtiendo sobre la urgencia de reforzar la producción industrial y la cooperación en el Viejo Continente. En este contexto, los analistas creen que España se encuentra en una posición crucial, con proyectos críticos que pueden consolidar su papel en el mercado global, pero deberá afrontar sin tapujos la cuestión de la inversión.

Para hablar de todo ello, Córdoba repitió como ciudad anfitriona en la segunda edición del foro Desafíos de la Defensa. La jornada contó con la participación de una veintena de analistas, mandos militares, representantes de la industria, dirigentes y políticos, entre los que se encontraban Carolina España, consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía; y Javier Colomina, representante especial del secretario general de la OTAN para los Países Vecinos del Sur y subsecretario general adjunto de Asuntos Políticos y Política de Seguridad. El evento, que en esta ocasión llevaba por título Cara a cara con la industria, fue organizado por El Confidencial con el patrocinio del Ayuntamiento de Córdoba, la Junta de Andalucía, Indra, Telefónica, Grupo Oesía, GMV, Hisdesat, EM&E, así como con la colaboración de Hispasat y el apoyo de Indie.

En su discurso de apertura, Carolina España aseguró que “Andalucía se posiciona como un pilar clave en la industria de defensa en España, con un impacto económico de 2.500 millones de euros y 25.000 empleos, aportando el 1,3% del PIB regional”. Asimismo, señaló que “la región es líder en exportaciones del sector, con Sevilla como epicentro aeronáutico y proyectos estratégicos en Granada, Málaga, Córdoba y Cádiz”. En un momento de redefinición de la seguridad europea, “España debe consolidar un plan nacional alineado con la UE, asegurando inversiones y estabilidad jurídica”, defendió. Por esta razón, “hemos apostado por reducir trabas burocráticas y favorecer la inversión, consolidándonos como un entorno atractivo para el crecimiento de la industria de defensa”. Al Gobierno central la consejera lo instó a “adoptar un plan de inversión y una estrategia seria para el sector de la defensa”.

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Por su parte, Javier Colomina explicó que “la OTAN está reforzando su estrategia en un contexto global cada vez más inestable, con Rusia, China, Irán y Corea del Norte desafiando el orden internacional”. Pese a los vaivenes de los últimos tiempos, precisó que “la Alianza mantiene su compromiso de proteger sus territorios y ha adoptado un enfoque de seguridad de 360 grados, priorizando la cooperación con el sur”. Eso sí, apuntó que “la inversión en defensa debe crecer”, ya que “el 2% del PIB no es un techo, sino un mínimo”. En su opinión, “Europa y EEUU deben equilibrar la carga financiera”. El representante especial del secretario general de la OTAN también alertó sobre “la urgente necesidad de modernizar y acelerar la producción industrial de defensa en Europa” y puso un ejemplo: “Rusia fabrica en tres meses más munición que Europa y Estados Unidos en un año, lo que evidencia un preocupante cuello de botella industrial”, subrayó.

"La inversión en defensa debe crecer: el 2% del PIB no es un techo, sino un mínimo", Javier Colomina (OTAN)

Antes que ellos, el encargado de dar la bienvenida al público que asistió al Palacio de Orive de la capital cordobesa, y a todos los lectores que seguían el evento vía streaming, fue José Antonio Zarzalejos, presidente del Comité Editorial de El Confidencial. El veterano periodista constató que el contexto geopolítico no tiene precedentes desde la Segunda Guerra Mundial: “Europa enfrenta el reto de asegurar su defensa y autonomía estratégica, lo que exige una inversión sostenida y la concienciación de los ciudadanos sobre la importancia del sector”, expuso. “La defensa no solo protege las democracias —continuó—, sino que impulsa la economía mediante innovación e inversión. Es momento de priorizar la disuasión y garantizar presupuestos plurianuales para consolidar la seguridad del continente”.

A continuación, fue turno de escuchar a cuatro expertos y dirigentes de compañías de la industria de defensa. El primero de ellos fue José Vicente de los Mozos, CEO de Indra, quien protagonizó un panel titulado Crecer para competir: cómo España puede ser referente en Europa. El ejecutivo destacó que la compañía que representa “quiere ser el tractor de la industria española y contribuir a la soberanía tecnológica europea, con un plan de inversión de 10.000 millones hasta 2030”. Entre los sectores destacados por De los Mozos se encuentran el terrestre, el naval, el aeroespacial, la ciberseguridad y las comunicaciones: “España debe garantizar una estabilidad presupuestaria y fortalecer su industria frente a la dependencia de EEUU”, resaltó. Después enfatizó que “igualmente debemos hacer pedagogía en la sociedad, ya que invertir en defensa no solo es comprar armamento, sino que es garantizar la seguridad y la estabilidad económica”.

El segundo de los responsables de compañías del sector en participar fue Luis Furnells, presidente de Grupo Oesía, quien lo hizo en un Q&A titulado Tecnología y soberanía nacional: Cómo llevar tecnología española a la cadena global. Bajo su perspectiva, la clave del éxito del conglomerado que preside es que “apuesta por la hiperespecialización en tecnología disruptiva para la defensa, con foco en seguridad cuántica, fotónica y comunicaciones avanzadas”. Así es como ha conseguido “exportar a 42 países y consolidar su papel dentro de un ecosistema de innovación en España”, aseguró. Furnells defendió que “la soberanía tecnológica es fundamental para la autonomía estratégica europea y se debe fomentar especialmente la inversión en I+D+i”. Solicitó, asimismo, “mayor apoyo institucional para captar talento y evitar la fuga de profesionales”.

Otra de las grandes empresas de la industria es Hispasat, cuyo accionista principal es precisamente Indra Sistemas. Su CEO, Miguel Ángel Panduro, fue entrevistado en el panel Referentes espaciales: cómo la carrera espacial es clave para la soberanía, donde reclamó que “dado que el sector espacial está en plena revolución, España debe posicionarse para garantizar su independencia en comunicaciones”. Destacó que “la dependencia europea de EEUU es preocupante” y “es imprescindible desarrollar alternativas propias”. Panduro advirtió que “los plazos son más críticos que los costes: la UE debe actuar ahora para evitar vulnerabilidades en su red de comunicaciones. La industria espacial española tiene una oportunidad histórica para consolidarse en un mercado global en expansión”, sentenció.

"Fabricar en España es la mejor opción porque la relación calidad-precio es insuperable", J. Escribano (EM&E Group)

El cuarto de los grandes espadas de la industria en intervenir fue Javier Escribano, presidente de EM&E Group, en un panel titulado Ingeniería y fabricación: integración vertical de capacidades para fomentar la autonomía estratégica. Para comenzar su intervención, resaltó “el dinamismo y talento de su equipo, liderando una compañía en 25 países, con una facturación de 355 millones de euros y un EBITDA de 130 millones en 2024”. Escribano confirmó que en su expansión internacional “siempre preferimos fabricar en España porque la relación calidad-precio es insuperable” y subrayó la importancia que “actualmente tiene el delivery, la propiedad intelectual y el desarrollo de productos propios”, así como “la colaboración con centros de formación para retener talento y potenciar la ingeniería española firmemente”.

La primera de las mesas redondas de la jornada se tituló Desafío estratégico y estuvo enfocada al análisis de los diferentes factores políticos, sociales, empresariales, tecnológicos, financieros y operativos. Los participantes en la misma fueron Esteban González Pons, vicepresidente del Parlamento Europeo; Félix Sanz Roldán, exdirector del CNI; y José Luis Gilpérez, CEO de Telefónica Ingeniería de Seguridad.

González Pons insistió en que “Europa se enfrenta a una encrucijada en materia de defensa”. Con EEUU reduciendo su apoyo, “la UE debe decidir cómo financiar su seguridad”. El europarlamentario criticó “la falta de voluntad política en España” y señaló que “la amenaza real proviene del sur, no únicamente del este”. En referencia a la posición del Gobierno central, cuestionó su estrategia y advirtió de que “realmente la UE no subvencionará el gasto en defensa”, así que será “necesario endeudarse”. También dedicó tiempo a analizar el Libro Blanco de la defensa para penalizar “su enfoque limitado y falta de planificación a largo plazo”. A la política española le exigió “mayor seriedad” y puso el ejemplo de otros países europeos donde ya se han alcanzado acuerdos en materia de defensa.

"El Libro Blanco de la defensa europeo tiene un enfoque limitado y adolece de falta de planificación a largo plazo", González Pons (UE)

Por su parte, el exdirector del CNI señaló que “la defensa europea sigue siendo una asignatura pendiente, pese a estar recogida en el propio Tratado de Maastricht”. Félix Sanz Roldán defendió que “la sociedad debe entender la necesidad de una defensa común, más allá de la amenaza rusa” y abogó por “una mayor pedagogía sobre seguridad desde la educación”. Asimismo, consideró que, hasta ahora, las Fuerzas Armadas españolas son “las que se han podido tener”, pero “no las que se deberían tener”. Por ello solicitó “diseñar un modelo estratégico claro antes de asignar más presupuesto”. Del mismo modo, reclamó “una mejor coordinación con la industria para garantizar que la inversión militar sea eficiente”.

Para José Luis Gilpérez, “la tecnología juega un papel crucial en la defensa moderna”, razón por la que pidió “una mayor consolidación en Europa para no fragmentar esfuerzos”. Criticó la falta de innovación en el uso de tecnología dual y reclamó un mayor compromiso en este ámbito. En sus palabras, la compañía que representa “está preparada para aportar soluciones como el 5G, la IA o la computación cuántica a las Fuerzas Armadas”, aunque subrayó “la necesidad de una estrategia más clara”. Concluyó su intervención insistiendo que “la industria debe sentir la urgencia de la modernización y la defensa debe estar alineada con el desarrollo tecnológico para ser eficaz y competitiva”.

España ante el reto de la soberanía estratégica

Tras la pausa para el café, la jornada se reanudó con más aportaciones del entorno industrial sobre el futuro de la defensa. Así, Miguel Ángel García Primo, director general de Hisdesat, expuso sus ideas en una entrevista titulada La defensa en el espacio: cómo operan nuestros satélites estratégicos. Bajo su perspectiva, el espacio es un dominio clave en la seguridad y defensa: “España cuenta con algunos de los satélites de comunicaciones seguras más avanzados de Europa, pero carece de sistemas de alerta temprana contra misiles”, alertó. Además, destacó que “la soberanía tecnológica no se logra de la noche a la mañana y requiere inversión sostenida en I+D+i”. En la misma línea, consideró que “la colaboración público-privada es un elemento crucial para fortalecer capacidades estratégicas”.

Tras él fue turno de escuchar a Jesús Serrano, director general de GMV, en otro Q&A titulado Especializarse para estar en la élite: cómo competir para crecer en la cadena de valor. Su análisis comenzó destacando la evolución de la compañía, que “ha pasado de ser una pequeña startup a una multinacional con más de 3.500 empleados y una facturación que superará los 500 millones en 2025”. Serrano también resaltó “la necesidad de avanzar hacia una verdadera defensa europea”, puesto que “la fragmentación actual limita la competitividad”. “Mientras EEUU tiene un único modelo de carro de combate —prosiguió—, Europa cuenta con 19 diferentes”. En su opinión, “la clave para el futuro es la especialización, la innovación y la soberanía tecnológica”.

A continuación, el protagonista fue Jordi Esteve, socio de Strategy& de PwC España, en el panel titulado Defensa en el Consejo de Administración. Cómo las empresas se preparan para lo que viene. El experto dejó algunos datos para poner en evidencia la fuerza de este sector: “La industria de defensa en España genera más de 120.000 empleos en España y factura anualmente 8.000 millones de euros —10.000 millones, incluyendo a toda la cadena de valor—, con un impacto fiscal significativo”. Además, Esteve enfatizó que se trata de un sector “de alto valor añadido, con salarios un 80% superiores a la media industrial”. Sin embargo, “el reto radica en la previsibilidad y coordinación de la inversión, para evitar que los fondos europeos terminen en terceros países”, señaló.

"La industria de defensa española factura 10.000 millones de euros anuales y da trabajo a 120.000 personas", Jordi Esteve (PwC)

La cuarta entrevista de la tanda fue la de Raúl Blanco, director ejecutivo de SAPA, titulada En la defensa desde el siglo XVI: cómo innovar desde la base: cadenas y ruedas. Este panel se inició repasando la historia de SAPA, con varios siglos a sus espaldas, una empresa que “ha evolucionado hasta convertirse en un referente en movilidad para vehículos blindados”, aseguró. Actualmente, la firma trabaja en la modernización de carros de diferentes vehículos en Estados Unidos y España. El directivo confirmó “la importancia de la tecnología en la consolidación de la industria española dentro del sector de defensa europeo”. Explicó cómo “la inversión en I+D+i permitirá avanzar hacia la movilidad eléctrica y autónoma”. Para el corto plazo, advirtió que “el desafío es competir en grandes proyectos europeos”, mientras que en el medio es “lograr una masa crítica que garantice continuidad y desarrollo”, subrayó.

La segunda mesa redonda del foro se tituló Desafío geopolítico y estuvo participada por Javier Jiménez Ugarte, embajador y director de proyecto de ISDE Law & Business School; Alberto Bueno, experto en geopolítica de la Universidad de Granada y de la Universidad de Leipzig; Jesús Pérez Triana, director de OSINTSahel y analista de defensa; y Juan Pablo García-Berdoy, exembajador y representante permanente de España ante la UE.

El primero de ellos afirmó que “la geoestrategia global atraviesa un momento de transformación acelerada, similar a la revolución digital de hace años”. En este contexto, “España ha demostrado capacidad de previsión en defensa, con estrategias sólidas desde 2002 que ya identificaban amenazas como la guerra de la información”. Sin embargo, “la digitalización y las fake news han superado cualquier pronóstico y deberían ser una de las mayores preocupaciones”, señaló. Jiménez Ugarte alertó respecto a que “hasta el momento Europa ha entendido la globalización desde su propia perspectiva, pero debe ampliar su mirada para adaptarse a la nueva realidad internacional antes de quedar rezagada”.

Alberto Bueno se centró en describir cómo “el mundo vive una era de incertidumbre y volatilidad que impacta tanto a la sociedad como a las élites políticas, generando inestabilidad y redefiniendo la defensa”. El analista destacó que “nos encontramos en la antesala de una revolución en este ámbito, impulsada por la innovación y por la recuperación de sectores estratégicos antes descuidados”. También constató que “existe una ola autoritaria que está revirtiendo los avances democráticos de las últimas décadas, amenazando la legitimidad de los estados”. Respecto a España, sentenció que “debe priorizar sus áreas de interés, enfocándose en el flanco sur y este antes que en el Indo-Pacífico, donde sí debe establecer relaciones con socios estratégicos”.

"Debemos reorientar la política de seguridad hacia el Sahel para garantizar la estabilidad del flanco sur", J. Pérez Triana (analista)

En su turno, Jesús Pérez Triana analizó “el impacto mediático de Trump, que genera una distorsión en la percepción de la política internacional”, aunque lo relevante es tener en cuenta el concepto de “alianzas líquidas”. Para entenderlo, explicó que “la relación con EEUU podría volverse más inestable, obligando a Europa a diversificar sus asociaciones estratégicas”. Al mismo tiempo, destacó “la necesidad de una estrategia europea propia en Asia-Pacífico, dado que actualmente los acuerdos se negocian de forma individual por cada estado miembro de la UE”. También instó a “reorientar la política de seguridad hacia el Sahel, donde la retirada de Francia y la poca eficacia rusa han dejado un vacío que Europa debe gestionar con un enfoque renovado para garantizar su estabilidad”.

El último en participar en la mesa fue Juan Pablo García-Berdoy, quien habló de “el fin del dividendo de la paz financiado por EEUU”, lo que “obliga a Europa a asumir su propia seguridad”. García-Berdoy subrayó que “aunque los estados están aumentando el gasto en defensa, éste no se está comunitarizando, lo que hace imprescindible un mayor impulso nacional”. Desde su punto de vista, “la clave para una verdadera Europa de la defensa radica en combinar el esfuerzo financiero estatal con mecanismos de apoyo europeos”. Igualmente destacó que “el crecimiento de esta industria pasa por fortalecer el valor tecnológico y estratégico de sus empresas, que sin apoyo público tendrán dificultades para competir en un escenario global cada vez más exigente”.

El cierre institucional corrió a cargo del almirante Aniceto Rosique, responsable de la Dirección General de Armamento y Material, quien resaltó inicialmente que “la defensa nacional atraviesa un momento de transformación impulsado por la revolución tecnológica y la geopolítica global”. El almirante enfatizó “la necesidad de colaboración entre el Ministerio de Defensa, las empresas y la sociedad para garantizar la soberanía tecnológica” y remarcó “el papel de la industria española en proyectos de desarrollo de algunos submarinos o blindados punteros”, subrayando que “la corresponsabilidad es esencial para equilibrar costes, plazos y requisitos operativos”. Además, corroboró “la importancia de la cooperación europea”, aunque advirtió respecto a “la falta de lealtad de algunos países”. Recordó que “la defensa no es un gasto, sino una inversión con alto retorno económico”.

Finalmente, el encargado de despedirse fue José María Bellido Roche, alcalde de Córdoba. El primer edil posicionó la ciudad califal “como un actor relevante en la industria de defensa, gracias principalmente a la base logística del Ejército de Tierra”, un proyecto estratégico que “ya comienza a ser una realidad visible y operativa”. Bellido se detuvo a elogiar “la colaboración institucional como un factor decisivo para su éxito”, destacando “el esfuerzo conjunto del Gobierno de España, la Junta de Andalucía y el ayuntamiento”, y recordó que el consistorio cordobés “ha aportado 125 millones de euros a la base”. Esta, con finalización prevista para 2027, "se convertirá en un centro neurálgico para la logística, mantenimiento e innovación militar, atrayendo a la industria de defensa y reforzando el ecosistema tecnológico andaluz”, concluyó el regidor.