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La batalla del gasto en defensa (con los Presupuestos de fondo)
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La batalla del gasto en defensa (con los Presupuestos de fondo)

La comparecencia de Pedro Sánchez para informar sobre la nueva situación geopolítica aportará peleas tácticas y pocas estratégicas, y más cuando el presidente sigue negociando para aprobar los Presupuestos

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Eduardo Parra)
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La necesaria comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso para informar sobre el nuevo escenario geopolítico de la Unión Europea y sobre su presencia en el Consejo Europeo tiene lugar en un escenario en el que la realidad y la apariencia divergen. Aparecerán en el hemiciclo diferencias serias y palabras pronunciadas en voz alta, pero conviene fijarse más en la sustancia y menos en el ruido, porque gran parte de las desavenencias tendrán lugar como elementos puramente tácticos.

Por mucho que los términos que se utilicen suenen grandilocuentes, las diferencias acerca del gasto militar entre la gran mayoría de los partidos que conforman el hemiciclo son escasas. Existe una comprensión evidente en ellos del momento europeo y de sus exigencias, de modo que muy pocos o ninguno se opondrían a incrementar el gasto en defensa si estuvieran gobernando. El de hoy es un pleno diferente, porque ya se ha acabado de constatar que la globalización está rota y la UE está dando los primeros pasos en un nuevo camino. No serán ni el PSOE ni el PP los que pongan palos en las ruedas, pero tampoco Sumar, PNV, o Junts.

Afianzar posiciones

Otra cosa es que cada cual intente utilizar la comparecencia para reforzar su marco ideológico/electoral. El PSOE la plantea, según ha señalado su portavoz, Patxi López, como una ocasión para que los partidos “se retraten. O se está con la democracia o con la tiranía. O se defienden los derechos humanos y el derecho internacional o se justifica la agresión del más fuerte con el más débil”. Los socialistas tratarán de jugar las bazas de la urgencia y de la necesidad para señalar a quienes se oponen al gasto como aliados, voluntarios o involuntarios, de Putin y de las derechas reaccionarias. Ese eje democracia/autoritarismo en el que está situado la política española saldrá a relucir una vez más.

El factor perturbador (y solo hasta cierto punto) es Podemos y su oposición a la OTAN, a la guerra y al alineamiento europeo con Washington

Vox tampoco puede rechazar el gasto, aunque sí el propósito. Puede indicar que debería reforzarse el ejército español para hacer frente a futuras amenazas en el norte de África, puede rechazar que el gasto armamentístico sirva para reforzar Ucrania, o puede oponerse a la construcción de un ejército europeo. Pero no va a negarse al incremento del gasto militar y tampoco a que el mismo revierta en la OTAN, tal y como ha exigido Trump, aunque abogue por un acuerdo de paz entre Moscú y Kiev.

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Eduardo Sanz) Opinión

El factor perturbador, y solo hasta cierto punto, es Podemos y su oposición a la OTAN, a la guerra y al alineamiento europeo con Washington. Los de Belarra e Iglesias han visto el camino abierto para recuperar a esa izquierda tradicional que se siente huérfana con Sumar, y la quieren convertir en un nicho propio que permita articular fuerzas alrededor de ellos. Al jugar la baza del no a la guerra, tensionan al electorado de Sumar y arrastran a ERC y a Bildu hacia posturas menos complacientes. Sin embargo, tampoco existe una intención rupturista en este sentido entre los socios de la coalición. Insistirán en que el gasto en defensa no puede hacerse recortando gasto social y elementos similares para fijar una posición que mantenga el pulso respecto de Podemos, pero no van a mostrar grandes divergencias con el gobierno sobre este asunto.

Las cuestiones de fondo

Más allá de los elementos tácticos, es probable que los aspectos importantes referidos al gasto militar no merezcan mucha discusión en el Congreso. La inversión del 2% en defensa se va a producir, por un camino u otro, pero todavía no se ha determinado para qué, y los partidos españoles carecen no ya de una posición común, sino de una definida. Hay una partida a gran escala jugándose, en la que España y Europa tienen que determinar su lugar. En primera instancia, habrá que ver si este gasto es el paso previo de una mayor integración de la UE, también en el plano económico, o se trata de la única iniciativa común, lo que conllevaría a un inevitable alineamiento con Washington de manera subordinada.

El Partido Popular ha criticado a Sánchez a causa del gasto en defensa, pero ha puesto el acento en las formas y no en el fondo

Tendrá que aclararse, además, cuál es el plan de futuro europeo. Reducir la dependencia de EEUU en defensa es imposible a corto plazo, pero es factible a medio si se reconstruyen las capacidades europeas en el sector, lo que llevaría años. Si Europa va a optar por la autonomía, como está prometiendo ahora, o si va a seguir bajo el paraguas estadounidense, como parece probable, es un problema no resuelto. Y, en tercer lugar, sea cual sea la opción, habrá que ver cómo se reparte la tarta y cómo están posicionadas las empresas españolas del sector para poder recoger algunos frutos de esas inversiones. Son cuestiones de futuro que probablemente no serán debatidas en el Congreso.

La lucha por los Presupuestos

Donde sí es probable que se ponga el acento es en la necesidad de los Presupuestos. El Partido Popular ha criticado en diferentes ocasiones a Sánchez a causa del gasto en defensa, pero siempre ha puesto el acento en las formas y no en un fondo difícilmente refutable. Una de sus principales objeciones ha sido la de ausencia de Presupuestos, el vehículo en el que debería insertarse el aumento al 2% del PIB comprometido por los gobiernos españoles. Ayer, fuentes de Génova aseguraban que estaban estudiando la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional (TC) la negativa del Ejecutivo a presentar las cuentas. “Es un mandato constitucional claro”, afirmaban.

Y es probable que los Presupuestos salgan a relucir en el debate porque el Gobierno no ha renunciado a ellos, continúa negociando. Por más que insistan en que los actuales pueden prorrogarse sin demasiado perjuicio, el momento nacional y el internacional exigen un nuevo planteamiento. Los movimientos en las últimas semanas, con cesiones sin aparente contrapartida, como las de inmigración a Junts, apuntan a que las negociaciones por los Presupuestos no están abandonadas ni rotas, sino que transcurren por diferentes planos. Sánchez quiere Presupuestos e intentará que sus socios estampen la firma.

La necesaria comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso para informar sobre el nuevo escenario geopolítico de la Unión Europea y sobre su presencia en el Consejo Europeo tiene lugar en un escenario en el que la realidad y la apariencia divergen. Aparecerán en el hemiciclo diferencias serias y palabras pronunciadas en voz alta, pero conviene fijarse más en la sustancia y menos en el ruido, porque gran parte de las desavenencias tendrán lugar como elementos puramente tácticos.

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