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El pacto con Vox en Valencia da gasolina a Sánchez para resucitar a los ultras como arma electoral
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El pacto con Vox en Valencia da gasolina a Sánchez para resucitar a los ultras como arma electoral

En Ferraz y en Moncloa están convencidos de que el miedo a un Gobierno del PP con Abascal volverá a movilizar a su electorado. Creen que les ayuda la situación internacional y decisiones como el acuerdo de Mazón

Foto: El líder del PSOE, Pedro Sánchez, con la presidenta del Congreso, Francina Armengol, en el congreso del PSOE de Baleares. (EFE/Cati Cladera)
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, con la presidenta del Congreso, Francina Armengol, en el congreso del PSOE de Baleares. (EFE/Cati Cladera)

España vivirá en 2027 la madre de todas las batallas electorales, la prueba de fuego del PSOE para la recuperación de poder territorial y otras tensísimas elecciones generales, si Pedro Sánchez logra su propósito de aguantar toda la legislatura. En la Moncloa y en Ferraz están convencidos de que serán una reedición del 23-J: O Sánchez y sus alianzas con fuerzas progresistas e independentistas o un gobierno de Alberto Núñez Feijóo con Santiago Abascal de número dos.

El refuerzo mundial de los partidos de extrema derecha, el controvertido segundo mandato de Donald Trump con Elon Musk de lugarteniente y figuras tan disruptivas como Javier Milei no han hecho más que reforzar a los socialistas en la idea de que el miedo a los ultras volverá a funcionar como arma electoral. En los últimos meses, los argumentos para cargar contra el PP a propósito de Vox habían perdido lustre con su salida de los gobiernos que compartían. Sin las ocurrencias de los consejeros de la ultraderecha, la solidez del discurso del PSOE contra la suma de la derecha y la ultraderecha se agrietaba.

Pero el acuerdo que se está fraguando en la Comunidad Valenciana para poder aprobar los presupuestos, que ha llevado a Carlos Mazón a criticar abiertamente el Pacto Verde Europeo, impulsado por Ursula von der Leyen, y a mantener que no admitirá los repartos de la inmigración ilegal que "promociona el Ejecutivo", ha permitido a Pedro Sánchez volver a dotar de contenido su mensaje. Menos de una semana ha tardado el presidente en resucitar el mantra del temor a Vox para poner en guardia el electorado de izquierdas.

Este domingo, en la clausura del congreso del socialismo balear, Sánchez defendió que en 2027 se dirimirá en las urnas "si hay una mayoría progresista o una mayoría negacionista, a favor de los derechos o de la motosierra, del progreso y de la ciencia o del negacionismo, a favor de más de Europa o de menos de Europa”. Y acusó a Feijóo de querer ampliar el pacto firmado entre Mazón y Vox “a toda España”, en referencia a la posición de Génova de que se abría la puerta a más acuerdos presupuestarios en las autonomías donde el respaldo parlamentario de Abascal resulta fundamental.

Foto: Santiago Abascal en el Congreso. (EP/ Eduardo Parra)

Sus palabras remiten a las semanas previas al 23-J cuando, tras las elecciones autonómicas y municipales, el dirigente valenciano rompió la estrategia de pactos de la dirección nacional y contribuyó a que el PSOE pudiera advertir a sus votantes de la futura influencia de Vox en un gobierno del PP. Sánchez logró un millón de votos más que en 2019.

En el PSOE se muestran muy seguros de esta estrategia y piensan que "se equivocan" quienes creen que no será determinante en las próximas generales. "El primero de todos, Feijóo", subrayan. "Nadie quiere ultras en sus gobiernos. Y si no que le pregunten a Elon Musk cómo van las ventas y las acciones de Tesla", afirman fuentes socialistas. A pesar del ascenso de la ultraderecha en toda Europa, en Ferraz esperan que la sociedad española no respalde a un Ejecutivo con ministros de Vox. Y más todavía desde que Abascal acudió a la toma de posesión de Trump y el presidente americano se ha estrenado con aranceles a la UE y una posición prorrusa en la guerra de Ucrania.

Foto: El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. (EFE/Biel Alino)

"España es un país muy europeísta, de los que más en la UE. Podemos tener un partido residual en el 13% de votos (Vox), pero nadie va a soportar que el PP se mezcle con ellos", sostienen. "La gente se volverá a movilizar", pronostican en el PSOE. En la cúpula socialista conceden más peso a esta circunstancia que al desgaste de la figura del presidente o a las investigaciones judiciales que afectan a miembros de su familia o al exsecretario de Organización y exministro, José Luis Ábalos. Aunque avisan de que no se confían. "Lo vamos a pelear y nunca es sencillo", reconocen.

Pero opinan que Feijóo ya leyó mal a la sociedad española una vez y le puede volver a pasar. "Con la que tiene encima en Valencia y Mazón vuelve a pactar sin decirle nada, por mucho que digan que lo sabían y hagan de la necesidad virtud", señalan.

La dirección nacional del PP salió al auxilio de su debilitado barón valenciano para advertir de que estaba al tanto de las conversaciones del PPCV con Vox y asegurar que eran "consecuentes con nuestra forma de pensar y las posiciones que venimos defendiendo". La esperanza es que haya un efecto dominó en el resto de comunidades que requieren el voto del partido de ultraderecha para sus presupuestos y gozar así de más estabilidad. Pero Vox aseguró este lunes que los acuerdos están "complicados" en Aragón y Murcia y los ve imposibles en Extremadura, Castilla y León y Baleares.

El propio Feijóo censuró ayer a Abascal ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP porque, dijo, le critica a él "mucho más que al propio Sánchez”. A pesar de este tira y afloja entre el PP y Vox, el jefe del Ejecutivo ya ha acuñado el intento de Mazón de sobrevivir a costa de echarse en brazos de la ultraderecha (que rentabiliza todos los diputados que pierden los populares valencianos por la gestión que hizo la Generalitat de la dana) como el "pacto del Ventorro", por el lugar en que el jefe de Consell estuvo de comida con la periodista Maribel Vilaplana el día de la tragedia.

España vivirá en 2027 la madre de todas las batallas electorales, la prueba de fuego del PSOE para la recuperación de poder territorial y otras tensísimas elecciones generales, si Pedro Sánchez logra su propósito de aguantar toda la legislatura. En la Moncloa y en Ferraz están convencidos de que serán una reedición del 23-J: O Sánchez y sus alianzas con fuerzas progresistas e independentistas o un gobierno de Alberto Núñez Feijóo con Santiago Abascal de número dos.

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