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Sánchez sorteará el Congreso porque es un "gasto OTAN" y Feijóo se abre a ir a los tribunales
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Nueva política de Defensa

Sánchez sorteará el Congreso porque es un "gasto OTAN" y Feijóo se abre a ir a los tribunales

El Gobierno insiste en que son compromisos ya adquiridos y aplaza hasta la cumbre de la Alianza Atlántica de la Haya concretar más. El PP se prepara para dar la batalla contra las "fórmulas espurias" del Ejecutivo para esquivar las Cortes

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), junto al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), junto al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Eduardo Parra)
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La ronda de contactos que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo ayer con los portavoces de los grupos parlamentarios por el aumento del gasto militar no despejó las dudas sobre la contribución española a la nueva política de defensa de la UE. No hubo más información que lo ya conocido: el Ejecutivo pretende elevar la inversión para que suponga un 2% del PIB antes del 2029.

El divorcio de Donald Trump con el continente y el miedo de las repúblicas bálticas a una invasión rusa ha acelerado en Europa un proceso de transformación para hacerse cargo de su propia seguridad. El camino para alcanzar esta autonomía es todavía muy difuso. Bruselas ha puesto encima de la mesa distintos instrumentos de financiación. Desde flexibilizar las reglas fiscales para que el gasto en defensa no compute como déficit, facilitar el uso de fondos estructurales, movilizar dinero del Banco de Inversiones, o conceder 150.000 millones en préstamos para compras conjuntas hasta atraer también inversión privada.

La UE ayudará pero será cada país el que tome sus propias decisiones sobre el gasto, qué sé primará o qué se sacrificará. Y la decisión de Pedro Sánchez es hacerlo en solitario. El presidente no contempla que haya una votación en el Congreso sobre este cambio de paradigma. Esa fue la sensación que dejó en el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a quien ni si quiera solicitó su apoyo, y también en el resto de portavoces. Con todos ellos compartió unos escasos 30 minutos de charla.

En una comparecencia posterior en la Moncloa, esta impresión se confirmó. Sánchez no entró en detalles, pero sí subrayó que "lo que tenga que pasar por el Parlamento pasará, y otras cosas que tiene en que ver con la gestión, las acelerará el Gobierno. Lo que sí se someterá a debate —él mismo lo deslizó sin citarlo explícitamente— es una posible participación de las Fuerzas Armadas para garantizar una futura paz en Ucrania. El jefe del Ejecutivo recordó que fue José Luis Rodríguez Zapatero quien obligó a que medie una participación del Congreso, después de que José María Aznar involucrara a España en la guerra de Irak. El resto, no.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE / J.P. Gandul)

Desde el Gobierno se esgrime que el incremento de gasto en defensa es un compromiso adquirido con la OTAN, que ahora asume como propio la UE, y, por tanto, no es materia de debate parlamentario. Ese “paraguas” de la Alianza Atlántica, sostienen, les permitirá sortear a la Cámara. El aumento de la inversión para alcanzar el 2% lo aceptó Mariano Rajoy en una cumbre en Gales en 2014, pero no tomó cuerpo hasta 2022 en la cumbre de Madrid. Y aunque se había prometido llegar a cumplirlo en 2029, la nueva situación geopolítica internacional y la necesidad de plantar cara a Rusia en Ucrania ha hecho que Sánchez garantice a Bruselas que se dará más prisa.

En la Moncloa explican que no se pueden hacer cálculos aún por varias razones. Primero porque no se sabe todavía cuánta financiación se recibirá de Europa. Y segundo porque la idea del Gobierno es que haya más gasto susceptible de saltarse las reglas fiscales y no incurrir en déficit, más allá del puramente militar. España quiere que el concepto sea seguridad, en lugar de defensa, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, está revisando todas las partidas presupuestarias para hacer una primera aproximación, que incluya gastos como la protección de la frontera sur o el combate contra los ciberataques rusos.

Feijóo se prepara para dar la batalla

Lo cierto es que quedan aún meses de negociación con los socios europeos para que todo se asiente. La previsión del Gobierno es que la discusión se alargue hasta la cumbre de la OTAN en La Haya, el próximo mes de junio, donde también se confirmará exactamente cuál es el presupuesto en defensa de España según las métricas de la OTAN. El del año 2023 fue del 1,28%, pero el de 2024 aún no se conoce. "Hay tiempo", señalan en Moncloa. Por eso, las reuniones con los grupos sirvieron de poco y provocaron frustración y enfado. Sánchez pudo comprobar personalmente las reticencias de sus socios de izquierda a subir el gasto militar y la petición de que no soslaye ni el debate ni la votación en el Congreso.

Esta mecánica no sólo nubla la posibilidad de trazar, en el futuro, un pacto de Estado en Defensa, si no que provoca un enfrentamiento directo con el PP. La indignación de Feijóo y del resto del partido es mayúscula. La primera fueza de la oposición, la mayor del Parlamento, se prepara para dar la batalla por lo que considera un "asalto" político sin precedentes. Fuentes de la dirección tampoco descartan recurrir las "fórmulas espurias" con las que Sánchez aborde la inversión militar sin el concurso de las Cortes para tratar de forzarle a rectificar.

Se trata de un debate prematuro por la falta de información del Gobierno. Pero para el PP el consenso del Congreso es una línea roja inquebrantable, y esperan llamar la atención de Europa por las implicaciones de una maniobra que, a su juicio, pondría en riesgo la propia estabilidad democrática. Durante su entrevista en la Moncloa, Feijóo exigió a Sánchez que no arriesgue con el "enjuague presupuestario" de un gasto que afectará a los próximos ejecutivos, gobierne quien gobierne. "Yo no voy a apoyar nada que no venga al Congreso", le advirtió.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto al portavoz parlamentario de los populares

Más tarde, el líder del PP exhibió en rueda de prensa un malestar profundo por esta situación, que mencionó hasta en cinco ocasiones. "El contexto que afrontamos trasciende a esta legislatura, a su Gobierno y a él", avisó. Y subrayó que legislar al margen de "los representantes de la soberanía nacional", más aún cuando se trata de cuestiones de Estado como la seguridad o la defensa, es un sendero "peligroso" que "conduce a la autocracia".

Feijóo dejó ayer una rendija abierta al entendimiento con Sánchez. De hecho, según fuentes del partido, él está dispuesto a tender la mano si existe un diálogo "serio" y "limpio". Se abre a volver a reunirse con el jefe del Ejecutivo siempre y cuándo se cumplan éstos parámetros. Insisten, no obstante, que si Sánchez persiste en su intención de soslayar las Cortes, no habrá opción alguna de entendimiento.

En su comparecencia, Sánchez respondió al líder de la oposición con la alusión a la guerra "ilegal" e "injusta" de Irak y las menciones de The Economist a la calidad democrática de España. Pero calificó como "cordial" su entrevista con Feijóo e incluso apuntó a que pueda ser "la primera de otras muchas reuniones". El Gobierno se aferra a que, hasta ahora, ni la ayuda a Ucrania ni el incremento de la inversión ha pasado por la Cámara. Todo se ha hecho con planes especiales de defensa, que no computan en el techo de gasto, o transferencias del Fondo de Contingencia (para cuestiones inaplazables) de los presupuestos. Ahora se podría también recurrir a la vía del endeudamiento.

La ronda de contactos que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo ayer con los portavoces de los grupos parlamentarios por el aumento del gasto militar no despejó las dudas sobre la contribución española a la nueva política de defensa de la UE. No hubo más información que lo ya conocido: el Ejecutivo pretende elevar la inversión para que suponga un 2% del PIB antes del 2029.

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