Los menores yihadistas de Elche cayeron tras hablar de fabricar el explosivo "madre de Satán"
La Policía detectó una conversación en la que aspiraban a hacerse con triperóxido de triacetona (TATP) y tras los registros les encontraron anotaciones sobre "matar cristianos"
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Los cuatro menores detenidos en Elche en diciembre admiraban a los yihadistas más sanguinarios, consumían como si fuera un videojuego material violento de Al Qaeda e ISIS y dejaron por escrito manuscritos en los que se hablaba directamente de “matar cristianos”. Estaban dispuestos a dar un paso definitivo en su radicalismo, pero lo impidió la policía al arrestarlos. Los investigados verbalizaron su deseo de confeccionar el explosivo conocido como “madre de Satán”, el mismo que tenía la célula yihadista de jóvenes que atentó en Barcelona y Cambrils en 2017.
Según informan a El Confidencial fuentes de la lucha antiterrorista, dos de los cuatro menores detenidos mantuvieron una conversación el 28 de noviembre de 2024 en la que hablaron del explosivo triperóxido de triacetona (TATP). Conocido como “la madre de Satán” por su efecto devastador, este es un tipo de material empleado habitualmente por los grupos terroristas de corte yihadista. Según las pesquisas de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional, en la conversación se habló del interés de hacerse con los materiales necesarios para confeccionar el explosivo.
Los foros de internet gestionados por radicales proyihadistas difunden habitualmente instrucciones sobre cómo hacer TATP y rinden tributo a los terroristas que atentaron antes con este explosivo. La propaganda oficial de estas organizaciones terroristas también acostumbran a ofrecer manuales con los que animar a cualquier aspirante a yihadista a llevar a cabo acciones en sus países.
Para hacer "madre de Satán" no es necesario una infraestructura muy sofisticada, pero es altamente sensible. Era el explosivo que estaban fabricando los yihadistas de Ripoll bajo las órdenes del imán Es Satty en la casa de Alcanar en el verano de 2017. El plan inicial era usar el explosivo para un gran atentado en algún edificio emblemático de Barcelona como la Sagrada Familia, pero una explosión accidental frustró sus planes y optaron por un atropello masivo en La Rambla que dejó multitud de víctimas.
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Según adelantó este periódico, la Policía Nacional arrestó a los cuatro menores de Elche a mediados de diciembre, apenas unas semanas después de la conversación sobre el explosivo que activó las alertas de los especialistas en la lucha antiterrorista. Desde hace años, las fuerzas de seguridad apuestan por intervenciones preventivas como esta antes de que sea demasiado tarde, aun a riesgo de cosechar condenas más bajas en los tribunales. Las fuentes consultadas indican que existió temor a que esta célula autoadoctrinada atacase la Basílica de Santa María, en la localidad alicantina.
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Los menores están acusados de un delito de autoadoctrinamiento terrorista. Dejaron rastro de su evolución en alguno de sus perfiles de Tik Tok y Facebook. Subían material de propaganda de organizaciones terroristas. Cuando los agentes procedieron al registro de sus casas, entre las pertenencias de uno de ellos hallaron un collage elaborado a mano con recortes sobre John the Jihadi, carismático miembro de la organización terrorista DAESH de origen británico, conocido por protagonizar cruentos vídeos de decapitaciones. También había manuscritos en un cuaderno con referencias yihadistas llamando a matar a infieles y cristianos.
La Policía Nacional intervino las comunicaciones de esta incipiente célula terrorista integrada por menores de edad y pudo detectar cómo hablaban de sus planes con un fuerte calado radical. El abogado de la defensa de uno de los detenidos trató de restar peso a estas comunicaciones y en su recurso alegó que “no son más que conversaciones entre adolescentes”.
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También enmarcó en la normalidad el tipo de vídeos de contenido violento yihadista que consumían los detenidos. Argumentó que “el visionado de imágenes es normal teniendo en cuenta el contenido de los videojuegos que existen en el mercado”. En los últimos años, simpatizantes de grupos yihadistas han desarrollado perfiles y juegos online con simbología terrorista como el que ilustra esta información. Los expertos en la lucha contra este fenómeno advierten que representa otra forma de captación.
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Uno de los detenidos en Elche también alegó disfrutar de una vida ordenada junto a sus padres para convencer al Juzgado de que le dejase salir en libertad al no haber riesgo de fuga. Su caso acredita que no hay perfiles únicos entre los menores investigados por terrorismo yihadista, ya que presentó como aval buenas notas en el instituto. Los cuatro fueron trasladados desde Elche hasta Madrid, concretamente al centro de menores Teresa de Calcuta, donde ingresaron a petición de la Fiscalía.
Los cuatro menores detenidos en Elche en diciembre admiraban a los yihadistas más sanguinarios, consumían como si fuera un videojuego material violento de Al Qaeda e ISIS y dejaron por escrito manuscritos en los que se hablaba directamente de “matar cristianos”. Estaban dispuestos a dar un paso definitivo en su radicalismo, pero lo impidió la policía al arrestarlos. Los investigados verbalizaron su deseo de confeccionar el explosivo conocido como “madre de Satán”, el mismo que tenía la célula yihadista de jóvenes que atentó en Barcelona y Cambrils en 2017.