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Moncloa y Génova enfrían un pacto en defensa pese a la presión internacional
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REUNIÓN EL JUEVES

Moncloa y Génova enfrían un pacto en defensa pese a la presión internacional

Ni en el Gobierno ni en el PP creen que el encuentro entre Sánchez y Feijóo pueda servir para acercar posiciones. El Ejecutivo valora fórmulas para elevar el gasto militar sin pasar por el Congreso

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Alberto Ortega)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Alberto Ortega)
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El consenso de los Veintisiete para avanzar en el rearme de la Unión Europea presiona a los dos grandes partidos a acercar posturas. O, al menos, a intentarlo. PSOE y PP comparten con pocos matices la apuesta estratégica de aumentar la inversión militar ante la pinza entre Donald Trump y Vladímir Putin. Pero las batallas domésticas siguen pesando más que la oportunidad de trazar grandes consensos. Pese al inédito contexto internacional, ni en Moncloa ni en Génova ven por el momento la posibilidad de erigir un pacto de Estado en defensa y, salvo sorpresa, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo acabarán la reunión de este jueves —el primer contacto en más de 15 meses— con las espadas en alto.

Moncloa concede la importancia justa a la cita y la prueba es que ni siquiera otorga a Feijóo la distinción de líder de la oposición. La relación personal entre el presidente del Gobierno y el dirigente popular está totalmente rota y no se vislumbra ningún amago de reconciliación. En las últimas horas el propio jefe del Ejecutivo ha ido al cuerpo a cuerpo con Feijóo para reprocharle que le preocupe más "la soledad de la ultraderecha", en referencia a sus críticas por la decisión de Moncloa de no convocar a Vox a la ronda de este jueves con todos los portavoces parlamentarios, que "la seguridad de Europa".

Este argumento se repitió este lunes desde Ferraz, donde la portavoz de la dirección del PSOE, Ester Peña, apuntó a la inconveniencia de que Feijóo gobernara ahora con Santiago Abascal de vicepresidente, por su sintonía con Trump. Estas declaraciones apuntan a que el Ejecutivo plantea la entrevista con Feijóo como un trámite más.

Los socialistas consideran que la inestabilidad mundial que ha abierto el nuevo mandato del presidente americano favorece al Gobierno y deja sin discurso al PP. Primero porque sitúa este asunto en primer plano, por delante de los temas nacionales, y segundo porque demuestra las "flaquezas" de Feijóo. "El desconocimiento que demuestra en política internacional hace de él un candidato fallido". Ni "sabe", opinan, "ni parece tener interés". "Frente a un presidente que se encuentra en su elemento natural en las cumbres europeas y mundiales, a Feijóo lo vemos incómodo y solitario en las de su propio partido a nivel europeo", esgrimen en Ferraz.

Foto: El comisario europeo de Economía y Productividad, Valdis Dombrovskis, junto al ministro español de Economía, Carlos Cuerpo. (EFE EPA/Olivier Hoslet)

La competición, por tanto, prosigue, a pesar de la encrucijada en la que se encuentre Europa. Nada augura ni una mínima aproximación. Y así lo corroboran también en Génova. Feijóo tenía claro que atendería la llamada de Pedro Sánchez por "sentido de Estado". Pero las críticas han sido una constante desde que el presidente del Gobierno formalizó esa ronda de contactos con los grupos parlamentarios. En primer lugar le reprochó la tardanza en convocarle. También que "diluya" al primer partido de la oposición en un "desfile" de líderes de otros partidos minoritarios aún sabiendo que el apoyo del PP será esencial para aprobar cualquier compromiso comunitario que requiera del visto bueno del Congreso de los Diputados.

Para Génova, el "ninguneo" con el que Sánchez ha esbozado el primer contacto con Feijóo desde hace más de un año ciega, de entrada, cualquier posibilidad de acuerdo en el corto plazo. La Moncloa tampoco ha respondido al requerimiento del PP, que exigió un "un informe por escrito y detallado" sobre los temas a tratar en la reunión, con el objetivo de preparar su postura y lograr que el encuentro fuera "fructífero". Los populares no entienden que, pese a la gravedad del momento, la cita cuente con un tiempo tasado de unos 30 minutos por representante. "Conmigo tendrá que hablar largo y tendido", advirtió Feijóo hace unos días.

En el equipo del líder gallego evitan aclarar el guion que llevará el jefe de la oposición a la Moncloa, o si aprovechará el encuentro para introducir otros asuntos, como el debate de la inmigración tras la última cesión competencial a Cataluña. Pero minimizan las expectativas de la entrevista, y no creen que vaya a servir para acercar posturas pese a la presión internacional. "Tenemos la sensación de que no busca una reunión productiva, sino una foto para Instagram y una excusa para Bruselas", se quejan. Desde el Ejecutivo se confirma que Sánchez no planteará otros temas, al margen del rearme de la UE.

Feijóo no cierra la puerta a apoyar al Gobierno en una hipotética votación sobre el aumento de la inversión en Defensa u otras cuestiones, como la posible participación de España en una misión militar en Ucrania. Los compromisos adquiridos con la familia conservadora europea, cuyos planteamientos sigue a pies juntillas, se lo impiden. Hace unos días, el líder del PP suscribió una declaración del PPE que urge a los países miembro elevar la inversión en defensa a través de sus presupuestos nacionales. Pero también tiene claro que no se lo pondrá fácil a Sánchez, y que hará valer sus votos en caso de que el jefe del Ejecutivo los necesite. "No le vamos a preconceder un sí al presidente del Gobierno", advierten.

Foto: Consejo Europeo sobre defensa del 6 de marzo. (Moncloa/Fernando Calvo)
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Génova quiere exprimir el desgaste que puede arrastrar Sánchez por su debilidad parlamentaria en esta materia. El aumento del gasto militar para alcanzar el 2% antes de 2029 tensiona a los socios de izquierda. Tanto a Sumar como al resto de aliados. Pero este compromiso ya se había adquirido con la OTAN, con Unidas Podemos dentro del Gobierno. Ahora la UE lo asume como propio e insta a acelerarlo. El Ejecutivo es favorable a llegar antes al objetivo pero no ofrece ninguna señal de que vaya a necesitar al PP. Hasta ahora el incremento se ha hecho a través de créditos extraordinarios o de planes especiales de Defensa, que habitualmente recogen las inversiones militares, y que no computan en el techo de gasto. Estas fórmulas han permitido al Gobierno no enfrentarse a ninguna votación en el Congreso.

Moncloa está a la espera de que la UE concrete la ayuda a los estados, con un nuevo instrumento de créditos comunes de 150.000 millones de euros, a los que se añadiría la flexibilización de las reglas comunitarias de déficit y deuda. El Ejecutivo aspira también a que la UE incluya transferencias a fondo perdido en su plan de rearme. Todas estas vías de inyección de liquidez abren opciones alternativas de gasto para el Gobierno, ajenas al mecanismo de los presupuestos que en estos momentos el PSOE ni siquiera tiene garantías de poder aprobarlos. Otro tema distinto será que, si se firma la paz en Ucrania, España envie un contigente español. En este caso, la autorización del Congreso para mandar tropas es un imperativo legal.

El consenso de los Veintisiete para avanzar en el rearme de la Unión Europea presiona a los dos grandes partidos a acercar posturas. O, al menos, a intentarlo. PSOE y PP comparten con pocos matices la apuesta estratégica de aumentar la inversión militar ante la pinza entre Donald Trump y Vladímir Putin. Pero las batallas domésticas siguen pesando más que la oportunidad de trazar grandes consensos. Pese al inédito contexto internacional, ni en Moncloa ni en Génova ven por el momento la posibilidad de erigir un pacto de Estado en defensa y, salvo sorpresa, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo acabarán la reunión de este jueves —el primer contacto en más de 15 meses— con las espadas en alto.

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