Pensiones: los directivos de la Seguridad Social, a la huelga tras pasar Elma Saiz la pelota a Óscar López

La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, desconocida en un amplio espectro de la sociedad, ha salido estos días a la palestra pública para defender el pacto con Junts para delegar a Cataluña las competencias en materia de migración y control de fronteras. Saiz y su equipo han tenido prisa en alcanzar un acuerdo con el partido con Carles Puigdemont que dé estabilidad a la legislatura de Pedro Sánchez. Una premura que, sin embargo, no han tenido para atender las demandas de los directivos de la Seguridad Social, que llevan casi dos años advirtiendo de la necesidad de reformar la organización para que el sistema de pensiones no colapse.

Los directivos provinciales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) han decidido mantener la huelga convocada para los días 10 y 13 de marzo ante la falta de respuesta del Ministerio de Elma Saiz a sus principales demandas: la puesta en marcha de una Agencia de la Seguridad Social, el refuerzo urgente de la plantilla y la mejora en la retribución de mandos directivos. Estos trabajadores públicos, que maneja el 37% de los Presupuestos Generales del Estado, advierte de que la "situación es crítica" y peligra la gestión de prestaciones sociales.

La decisión de mantener la huelga tiene lugar tras la infructuosa reunión mantenida el 26 de febrero con el secretario de Estado de la Seguridad Social, Borja Suárez. Fuentes presentes en el encuentro manifiestan a El Confidencial que la reunión que el Ministerio asumió los problemas que tiene la estructura del INSS, pero no ofreció ningún compromiso firme para cambiar las cosas.

"Manifestaron que el tema excede los foros del Ministerio, pero que sí podían activar la palanca de poner en marcha la Agencia de la Seguridad Social, algo que llevamos escuchando más de 20 años. Ellos querían que desconvocásemos la huelga, pero no íbamos a hacerlo sin hechos ni compromisos firmes", aseveran. La posición del secretario de Estado, según estas fuentes, fue la de derivar el grueso de sus demandas al Ministerio de Función Pública de Óscar López, pese a que existen diversas demandas que sí dependen de la cartera de Saiz.

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Entre las medidas que propusieron se encuentran la creación de cargos especiales para atender el ingreso mínimo vital. La llegada de esta prestación ha supuesto "un golpe en la línea de flotación" del INSS dada la complejidad de su tramitación. Como consecuencia, para el ingreso mínimo vital "hay miles de expedientes pendientes de resolver". Suárez comunicó que este punto también se trasladaría a Función Pública.

Casi dos años para sentarse a negociar

En mayo de 2023, este colectivo envió el primer comunicado al entonces ministro del ramo, José Luis Escrivá. Desde entonces, los intentos de mantener una conversación con el personal del Ministerio han sido constantes, pero Saiz ha ignorado las advertencias sobre la falta de personal y el colapso que empieza a percibirse en la concesión de prestaciones como la de incapacidad temporal.

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La Secretaría de Estado de la Seguridad Social accedió a hablar con este personal solo tras la convocatoria de la huelga en el INSS. "Ha sido la única manera de que nos escuchen", señala un directivo provincial. El colectivo anuncia nuevas medidas de presión tras los paros del 10 y el 13 de marzo.

"Desmedida producción normativa"

Los directivos provinciales definen el INSS como "una organización del siglo pasado para afrontar los importantes retos del momento actual". Advierten de que hacen frente a "unos retos colosales derivados de una desmedida producción normativa y la creación de nuevas prestaciones sociales de una relevancia sin precedentes como el ingreso mínimo vital; la gestión del complemento de maternidad y de la brecha de género".

También les ha supuesto un incremento de la carga laboral "los cambios en el modelo de la jubilación y el comienzo de las jubilaciones masivas de la generación del baby boom; el desenfreno en el control de las incapacidades laborales; los cambios en el modelo de la gestión hacia la descentralización y la especialización y los cambios en el modelo de atención al ciudadano, entre otros".

Para afrontar esta avalancha de trabajo, el INSS cuenta con "una estructura del siglo pasado, obsoleta y anticuada y con unas plantillas envejecidas y mermadas". Las jubilaciones no se están cubriendo, y la incorporación de nuevos efectivos, hasta ahora, mayoritariamente interinos, "carecen de formación en Seguridad Social".