El PPE obvia la crisis con Carlos Mazón y mantiene en Valencia su congreso en abril
La delegación de los populares europeos inicia los preparativos con el Ayuntamiento de Valencia pese al delicado clima político y social en la Comunidad Valenciana y la incertidumbre sobre el futuro del presidente de la Generalitat
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"Estamos jugando con fuego". Así define un eurodiputado la elección de Valencia como sede del próximo congreso del Partido Popular Europeo (PPE) por el delicado clima político y social a cuenta de la gestión de la DANA y la debilidad del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Pese a que hay sectores reticentes en el grupo parlamentario europeo, la crisis no ha trastocado los planes y el cónclave se celebrará el 29 y 30 de abril en la ciudad del Turia.
La decisión de celebrar el congreso en España, y más concretamente en Valencia, se tomó en julio del año pasado, unos meses antes de las devastadoras inundaciones que dejaron 224 fallecidos. El PP sacó pecho de una decisión que vinculó al "éxito" de la delegación española en las elecciones europeas, en las que duplicó su representación con 22 eurodiputados. Pero la ubicación puede suponer un problema para Alberto Núñez Feijóo en plena crisis interna sobre la continuidad del presidente de la Generalitat, aunque, en función de cómo evolucionen los acontecimientos, también puede servir de escaparate para exhibir un apoyo de la cúpula nacional a Mazón.
Los preparativos ya están en marcha. La delegación europea está en contacto con el Ayuntamiento de Valencia, que dirige la popular María José Catalá, para coordinar el evento. La dirigente tendrá un papel protagonista en el cónclave por su condición de anfitriona, y ya se ha dejado querer en las cuitas europeas de la mano del responsable internacional del PP, Esteban González Pons. Las afinidades políticas se miran con lupa, sobre todo en tiempos de crisis, y el dirigente valenciano nunca ha sido muy cercano a Carlos Mazón, cuyo futuro sigue en el aire.
El congreso de los populares europeos, en el que el alemán Manfred Weber prevé revalidar su cargo, reunirá a los principales líderes conservadores comunitarios y, salvo sorpresa mayor, contará con la presencia de Alberto Núñez Feijóo. En condiciones normales, la asistencia del presidente de la Generalitat se daría también por descontada. Pero ni el partido ni el propio Mazón son ajenos al malestar de la sociedad valenciana, y algunas fuentes de los populares europeos temen que la cumbre se vea empañada por posibles protestas, con el consiguiente daño para la imagen del PP español en Europa, que llevó la batalla contra Ribera como "responsable" de las inundaciones hasta las últimas consecuencias.
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Las manifestaciones y los abucheos en los actos públicos del presidente de la Generalitat han sido una constante en los últimos meses. A principios de año, Génova emprendió una suerte de pacificación interna y comenzó a exhibir signos de respaldo claro a Mazón, cuyo futuro se ha ligado al "éxito" de la reconstrucción. Feijóo se desplazó a Valencia para visitar los pueblos afectados por la DANA, pero no compartió el trayecto con el líder valenciano. Al día siguiente sí arropó al barón autonómico, pero en un acto de partido a puerta cerrada.
No obstante, las informaciones de la última semana y los constantes giros en la versión de Mazón sobre las horas críticas del 29 de octubre han desatado una nueva tormenta en las filas del partido, con importantes sectores que exigen a Feijóo que acelere el relevo del presidente autonómico por temor a que su desgaste se extienda a las siglas y al propio líder nacional. Por el momento, en Génova optan por la prudencia y aguantan la presión. El líder del PP no prevé acelerar la salida del dirigente, pero a la interna se asume que sus posibilidades de remontada son prácticamente nulas, y que la decisión llegará antes o después.
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A día de hoy, nadie en el PP puede garantizar cuál será el desenlace de la crisis. La llave la tiene Alberto Núñez Feijóo y, de momento, prefiere guardarla en el bolsillo. Pero todas las miradas se dirigen de forma inequívoca a María José Catalá para resolver un hipotético relevo. Sus opciones de tomar las riendas de la Generalitat pasan de forma inequívoca por Vox, y sus votos no están garantizados. Génova también podría encontrarse con la posible resistencia interna del propio Mazón, que ya ha avanzado públicamente que no dimitirá de su cargo.
Este será el laberinto político con el que Feijóo llegará al cónclave del PPE en abril, salvo que logre antes una transición tranquila que mantenga a raya las posibles guerras internas en el PP valenciano. La escalada de tensión en torno a la figura del presidente valenciano se ha producido, además, en pleno arranque de las Fallas de Valencia. En el aire planea el riesgo de abucheos e insultos, y ni Génova ni la Generalitat despejan la incógnita de la agenda de Feijóo y Mazón, ni si coincidirán en el balcón del Ayuntamiento junto a Catalá como en años anteriores.
"Estamos jugando con fuego". Así define un eurodiputado la elección de Valencia como sede del próximo congreso del Partido Popular Europeo (PPE) por el delicado clima político y social a cuenta de la gestión de la DANA y la debilidad del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Pese a que hay sectores reticentes en el grupo parlamentario europeo, la crisis no ha trastocado los planes y el cónclave se celebrará el 29 y 30 de abril en la ciudad del Turia.