Guardias civiles de Intxaurrondo denuncian el abandono del cuartel y el riesgo de desprendimientos

Estado de abandono con riesgo de desprendimientos de cornisas, partes del edificio, ventanas y fachadas. Esta es la situación en la que se encuentra el histórico cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, lugar marcado durante décadas por la lucha contra el terrorismo de ETA. Guardias destinados en ese acuartelamiento de la Comandancia de Guipúzcoa han trasladado sus quejas por la situación en la que se encuentran las instalaciones.

La Asociación Profesional Justicia Guardia Civil (JUCIL) se ha hecho cargo de este malestar trasladado por sus compañeros y ha exigido a la Dirección General que tome cartas en el asunto. Denuncia que hasta la fecha no se tiene conocimiento de la existencia de un informe que evalúe el riesgo de un posible derrumbe de alguno de los edificios del acuartelamiento. Añade que tampoco se han llevado a cabo las acciones necesarias para subsanar estas deficiencias, que llevan ya tiempo siendo observadas.

En el cuartel de Intxaurrondo residen en la actualidad ochenta familias de guardias civiles y, según los testimonios recabados, la situación de deterioro de los edificios es conocida desde hace años. Culpan del abandono a la Dirección General de la Guardia Civil y a la propia Comandancia de Guipúzcoa. JUCIL cita la legislación en materia de protección de riesgos laborales que obliga a garantizar la seguridad y la salud en los lugares de trabajo, de manera que de su utilización no se deriven riesgos para los trabajadores.

Trasladan su sensación de que el edificio no se ha sometido al mantenimiento periódico, tal y como refleja la normativa de prevención de riesgos laborales, por lo que aparece el riesgo de desprendimiento. Creen que esta situación se puede evitar llevando a cabo un mantenimiento adecuado del edificio.

JUCIL ha solicitado en un escrito presentado este lunes copia de los tres últimos informes del Servicio de Acuartelamientos que declaran el estado de los distintos edificios y las partes afectadas. También documentación de las solicitudes realizadas por la Comandancia de San Sebastián para la reparación de las instalaciones en los últimos cinco años, tanto a la Dirección General de la Guardia Civil, como en su caso a la Secretaría de Estado para la Seguridad. Además, solicitan documentos relativos a la última Inspección Técnica de Edificios (ITE) pasada, o en su defecto, de la solicitud de hacerlo, como indica la norma, al Ayuntamiento de San Sebastián.

La asociación profesional pide que se les informe sobre si la oficina de prevención de riesgos laborales ha incluido en la evaluación de riesgos el riesgo de desprendimiento y caída de objetos sobre los trabajadores. Pero lo pronto solicitan que se adopten con urgencia medidas para reparar inmediatamente las deficiencias detectadas, con el fin de no producir ninguna lesión en los ciudadanos o guardias civiles que transiten por las zonas con riesgo de desprendimiento. El escrito de JUCIL va acompañado de múltiples fotos sobre el estado del cuartel.

El cuartel de Intxaurrondo es la sede de la Comandancia de la Guardia Civil en Guipúzcoa y debe su nombre al barrio donostiarra en el que está ubicado. Durante los peores años del terrorismo se convirtió en el corazón de la lucha contra ETA. Múltiples operaciones contra los entramados de la organización se gestaron en ese cuartel. No en vano, un centenar de agentes destinados allí fueron asesinados en atentados.

Intxaurrondo fue también objeto de denuncias de torturas. En el año 2000, la Audiencia Nacional condenó a 75 años de prisión al que fue su responsable, el general Enrique Rodríguez Galindo, por su participación en el terrorismo de estado de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Se le condenó por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala por lo que fue expulsado de la Guardia Civil.