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PSOE y Sumar buscan una solución a la crisis del SMI y taponar la herida en la izquierda
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Tributación del IRPF

PSOE y Sumar buscan una solución a la crisis del SMI y taponar la herida en la izquierda

PSOE y Sumar se dan tregua para no confundir más a la opinión pública. Aseguran que las diferencias se van a limar y que al final los de Yolanda Díaz retirarán su proposición de ley contra Hacienda

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Pasada la bronca ha llegado el momento de reflexionar. Los dos socios del Gobierno de coalición, PSOE y Sumar, han ido al choque como nunca pero tienen interiorizado que deben firmar la paz. Pedro Sánchez negó ayer públicamente la crisis y Yolanda Díaz, en ausencia de María Jesús Montero, conversó en el Congreso con el presidente y el ministro de Justicia, Félix Bolaños. La imagen de división incomoda a todos aunque la confianza de haber salido antes de otros tantos problemas, vuelve a actuar de disolvente. Nadie se mueve de sus posiciones pero se han dado una tregua. "Al final nos arreglaremos", aseguran.

En la Moncloa inquieta cómo digieren los trabajadores que cobran el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) la decisión de que a partir de ahora tendrán que tributar. Su cálculo es que afectará a menos del 20% pero la tesis es que esta bolsa de contribuyentes no se puede mantener permanentemente fuera del IRPF y menos después de la subida de 50 euros aprobada esta semana. Sumar, discrepa, y plantea fórmulas para que ni se les retenga ni deban abonar en ningún caso el impuesto de la renta.

La negativa del Ministerio de Hacienda a modificar esta vez el mínimo exento de tributación para ajustarlo al SMI, ha propiciado una crisis inesperada, que podía haberse resuelto con discreción en los despachos de la Moncloa. Este asunto generaba mucha fricción y la voluntad de ambos bloques era pactar las diferencias. Pero la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, enfureció, después de que Hacienda confirmara este martes que quienes cobran el SMI pagarán impuestos y dejara así sin foco el aumento aprobado por el Gobierno.

Un error de comunicación generó un conflicto político entre los socios y el acuerdo que no se alcanzó antes, se deberá sellar ahora. Los socialistas advierten de que este debate de no pagar impuestos es muy peligroso para la izquierda". "No nos va bien". Las heridas en la coalición son múltiples y profundas. La distancia entre el bloque socialista y Díaz es cada vez mayor, con la única excepción del presidente del Gobierno, más proclive a sanar las rozaduras. "Hay estupor con el comportamiento de Yolanda Díaz", aseguran fuentes del PSOE. Sobre todo, tras la presentación de una proposición de ley en el Congreso para tumbar la decisión de Hacienda.

Foto: Imagen: CSA/Printstock.

En Sumar culpan de todo a María Jesús Montero, que ayer se ausentó de la sesión de control por fiebre alta. "Si ella recula, se retira la proposición de ley", apuntan fuentes de este grupo parlamentario. "El PSOE tiene que aprender que no gobierna en solitario", avisan.

Frente a las peticiones de sus socios, los socialistas esgrimen que no pueden volver a tocar el mínimo exento de abonar IRPF, fijado en 15.876 euros anuales (el SMI de 2024) porque eso exime del pago de impuestos sobre esta cantidad a todos los contribuyentes. Con el aumento ahora del SMI, se han alcanzado los 16.576 y, por tanto, alrededor de un 20% de trabajadores podrían tener que tributar, según las estimaciones de Hacienda. Básicamente, quienes están libres de cargas familiares.

El beneficio para el Estado con esta medida no procede de estas aportaciones sino del ingreso global de todos los que abonan IRPF porque no se aplican nuevas rebajas. Según fuentes del Gobierno, supone unos 2.000 millones que pueden compensar la pérdida del impuesto a las energéticas, al diésel o del impuesto a la banca cedido a las comunidades. En este contexto, la solución que se maneja para contentar a Sumar es ajustar la reducción por rendimientos del trabajo para aislar a quienes cobran SMI, en lugar de tocar el mínimo exento y beneficiar así a todos, al margen de su sueldo.

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, este martes en la Moncloa. (EFE/Mariscal)

En el PSOE admiten que todo esto es muy difícil de explicar pero que la base del sistema es la progresividad. "Que cada uno aporte en la medida que pueda", explican, forma parte de nuestra identidad. "No le podemos dar armas a los que dicen que el dinero está mejor en el bolsillo de los españoles", sostienen, en lo que supone un reproche claro a Sumar.

Los de Yolanda Díaz tratan de blindar al cuerpo electoral de rentas bajas, en un intento de reflotar su utilidad política en el Gobierno y no quedar subsumidos por el PSOE . La vicepresidenta ha usado la misma táctica con la reducción de la jornada laboral. Pero la necesidad de ingresos de Hacienda, que debe cumplir los compromisos con Bruselas, ha hecho casi impepinable el choque. A la espera de que se arbitre una salida, los dos socios se han recetado calma.

Pasada la bronca ha llegado el momento de reflexionar. Los dos socios del Gobierno de coalición, PSOE y Sumar, han ido al choque como nunca pero tienen interiorizado que deben firmar la paz. Pedro Sánchez negó ayer públicamente la crisis y Yolanda Díaz, en ausencia de María Jesús Montero, conversó en el Congreso con el presidente y el ministro de Justicia, Félix Bolaños. La imagen de división incomoda a todos aunque la confianza de haber salido antes de otros tantos problemas, vuelve a actuar de disolvente. Nadie se mueve de sus posiciones pero se han dado una tregua. "Al final nos arreglaremos", aseguran.

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