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Los notarios son los nuevos curas: el colapso de los registros llena los despachos de bodas
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Los notarios son los nuevos curas: el colapso de los registros llena los despachos de bodas

Con los matrimonios religiosos en mínimos, el registro civil se ha convertido en el lugar preferido por los españoles para casarse, pero su alta ocupación empuja a las parejas a pensar en estos intermediarios

Foto: Una pareja que celebra su boda fuera del ayuntamiento. (Getty/Alishia Abodunde)
Una pareja que celebra su boda fuera del ayuntamiento. (Getty/Alishia Abodunde)
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Cuando María vio aquel capítulo de La Revuelta, respiró algo más aliviada. Era 30 de enero y en uno de los debates que protagonizan los personajes del programa estrella de La 1, Grison, una de sus voces clave, contó que llevaba semanas intentando encontrar hueco en el registro civil para casarse con su pareja, pero que ni siquiera le cogían el teléfono. "Al menos sentí que no estaba sola", cuenta esta madrileña. Ella, junto a su novio Sergio, lleva en un proceso similar casi 6 meses y aún sigue sin tener fecha para su matrimonio.

Aunque se viese sola en el proceso, lo cierto es que María es solo una española más entre miles que lidian cada año con la burocracia para poder darse el 'sí, quiero'. En las últimas décadas, con los matrimonios religiosos bajo mínimos y sin tocar suelo, la opción del oficio civil se ha disparado. Pero esa salida, que en principio podría parecer mucho más sencilla que la eclesiástica, se ha convertido en un quebradero de cabeza para muchos por el colapso de la administración. En los últimos meses hay noticias de problemas en Ourense, Algeciras, Castellón, Xàtiva, Santiago... Parejas consultadas por este periódico hablan de esperas de varios meses e incluso años para poder oficiar la boda, y apuntan a la región de Madrid y al Registro Civil Único de la capital como el entorno más complicado.

"Llevo casi 6 meses con los trámites iniciados, pero la realidad es que a día de hoy estoy con las manos atadas, ni siquiera puedo dar a mi familia y amigos el día de mi boda", se lamenta María. Su solución está en manos del registro civil de un pueblo al norte de Madrid y tiene pensado casarse para finales de este 2025, si le dan fecha. "Si lo llego a saber, me caso por la Iglesia. De momento no me doy por vencida porque me niego a que después de tanto esperar me vaya a quedar sin una respuesta, pero entiendo a los que optan por irse por la opción eclesiástica o acudir a un notario y pagar lo que sea sabiendo que vas a tener fecha pronto", añade.

Es imposible cuantificar el impacto del colapso administrativo en estas uniones, pero, como menciona María, mirar a las cifras que ofrecen las notarías puede ser un buen indicador. Con las uniones en máximos, cada vez es más complicado organizar una boda, hay auténticas peleas para reservar espacios y servicios. Además, los productos de estos mismos proveedores no han parado de encarecerse y suben con cada semana menos de plazo. De ahí que la opción de hacerlo todo ante notario aparezca para muchos como la mejor o la única opción para tener una fecha cerrada y con tiempo.

Según datos de Consejo General del Notariado, las bodas oficiadas por sus colegiados casi se han triplicado entre 2018 y 2023. Han pasado de ser unas 8.000 a superar las 22.000 y todo apunta a que, según los datos ofrecidos por el consejo a El Confidencial, en 2024 se superó esa cifra. Su tirón es tal que fueron las únicas uniones que crecieron en 2023 (subieron un 16% mientras que bajaron un 12% las religiosas y casi un 5% las otras celebraciones civiles). Están ya cerca de superar a los matrimonios religiosos (en 2023 estas fueron 30.000) y suponen el 15% de todas las uniones civiles.

"Ha sido un crecimiento sostenido en el tiempo que muestra la importancia de que exista esta alternativa", cuenta María Teresa Barea, portavoz del Consejo General del Notariado. "Con los años y el boca oreja, cada vez más gente apuesta por esta solución y creemos que es muy interesante y aligera la presión sobre la administración pública. Ofrecemos, a cambio de precio reglado, una opción que de forma general es más rápida y permite a muchos tener una fecha reservada si es que quieren o necesitan que sea en un momento concreto del año", añade.

Esa idea de aligerar la presión en la administración fue la que propició que estos profesionales pudiesen oficiar bodas, entre otros actos jurídicos voluntarios. Fue la ley de Jurisdicción Voluntaria aprobada en 2015 la que permitió abrir esta alternativa no solo para bodas, sino también para otros actos voluntarios como divorcios, temas de herencias o subastas. Desde entonces, el peso de estos intermediarios en el mundo de las bodas no ha hecho más que crecer. En 2021 ganaron aún más fuerza al recibir el permiso para poder elaborar todo el expediente matrimonial. Desde entonces han pasado de elaborar 5.000 expedientes a casi 20.000. "Con el boca a boca nuestras cifras no han parado de crecer y la verdad que para nosotros también es una gran alegría poder tener un papel en este tipo de actos tan especiales", añade Barea.

Una alternativa o una obligación

Todo apunta a que la apuesta por abrir una vía alternativa para las uniones fue un éxito, pero el problema viene con las experiencias de parejas que señalan que el camino notarial es en muchos casos el único efectivo a día de hoy. En un sector que se ha vuelto tan complejo como el de las bodas, contar con tiempo para organizar la celebración es ya un aspecto tan clave que la opción del registro puede imposibilitar el proyecto.

placeholder Boda civil en el Ayuntamiento de Madrid. Foto: EFE.
Boda civil en el Ayuntamiento de Madrid. Foto: EFE.

Según el Informe Global de Bodas 2023 del portal especializado Bodas.net, en España las parejas intentaron en 2022 tener, de media, al menos 12 meses para organizar esta celebración. El mismo portal señala que en 2024 formalizar tu expediente en el registro civil puede tardar entre 30 y 75 días. Después, debes reservar la fecha del enlace en el juzgado o el ayuntamiento, otro proceso que se puede alargar debido a la poca disponibilidad. En total calculan unos 5 meses de trámites, más o menos. Las notarías ofrecen hacer todo el papeleo y poder casarte, si es un caso sin complicaciones, en dos semanas.

"Como los dos estamos empadronados en Madrid, pronto nos dimos cuenta de que ir por el registro único era tarea imposible si queríamos casarnos pronto. Así que tuvimos que optar por el notario, no nos quedó más remedio", cuenta Leticia, treintañera y zamorana de origen, que celebró su boda en 2024. La pedida llegó en verano de 2023 y su boda se celebró en el verano de 2024. "Sé que en otros municipios los problemas son menores, pero en nuestro caso era imposible encontrar siquiera fecha para iniciar el expediente. Fuimos al notario, pagamos cerca de 900 euros más las tasas y pudimos hacer todo en tiempo", añade.

La obligación de tener que realizar todo el expediente en el lugar de empadronamiento de uno de los cónyuges también juega a favor del notariado. Mientras, por censo tienes asignado un registro al que debes acudir y encontrar un hueco disponible, el colegio de notarios te ofrece, el mismo día en el que acudes a preguntar, el nombre del notario que te toca por empadronamiento. Una vez formalizado el expediente puedes elegir la opción que quieras para oficiar la boda.

placeholder Puertas del registro civil único de Madrid. Foto: EFE.
Puertas del registro civil único de Madrid. Foto: EFE.

En el lado contrario, el precio es uno de los grandes hándicaps de la opción del notario, aunque desde el consejo no ven tanto problema en eso. "Estamos hablando de un evento que cuesta decenas de miles de euros y los costes del notario varían, pero al estar entre los actos sin cuantía, el coste baja mucho. No es algo que destaque por encima de otros servicios que se contratan para este instante", señala Barea. "Y más sabiendo que el tiempo juega un papel clave en todo este proceso".

María, de momento, sigue enmarañada en un proceso que, por ahora, no tiene fin. Solicitó cita en el Registro el 16 de septiembre, le dieron un hueco para principios de noviembre y en diciembre completaron el expediente. "Llevo dos meses pendiente de la autorización de un juez, no puedo hacer nada más sin eso. Llamo todos los días a ver si saben algo, pero aquí sigo sin respuesta", termina.

Cuando María vio aquel capítulo de La Revuelta, respiró algo más aliviada. Era 30 de enero y en uno de los debates que protagonizan los personajes del programa estrella de La 1, Grison, una de sus voces clave, contó que llevaba semanas intentando encontrar hueco en el registro civil para casarse con su pareja, pero que ni siquiera le cogían el teléfono. "Al menos sentí que no estaba sola", cuenta esta madrileña. Ella, junto a su novio Sergio, lleva en un proceso similar casi 6 meses y aún sigue sin tener fecha para su matrimonio.

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