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Rubiales, sobre el beso a Hermoso: "Me equivoqué, metí la pata, pero de ahí a que sea delito…"
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"Ella sabe que me dijo 'vale'"

Rubiales, sobre el beso a Hermoso: "Me equivoqué, metí la pata, pero de ahí a que sea delito…"

Declara una hora en la Audiencia Nacional y defiende que la jugadora le dio su consentimiento, que fue "un gesto de cariño" y que también "se comía a besos" a futbolistas varones

Foto: Rubiales ante la prensa. (Reuters/Juan Medina)
Rubiales ante la prensa. (Reuters/Juan Medina)
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El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales ha declarado en el juicio en su contra por el beso a Jenni Hermoso y las coacciones posteriores a ella y su entorno. Considera que se equivocó, pero no que eso sea delito. En la Audiencia Nacional ha dicho que fue “un gesto de cariño” después de ganar el mundial. “Estoy totalmente seguro de que me dio su consentimiento”, ha manifestado al tiempo que lo ha enmarcado en el momento de euforia. “No se gana un mundial todos los días”, ha añadido. Preguntado acerca de si hubiese hecho lo mismo con un jugador varón, no lo ha descartado: “Yo me comía a besos a un montón de futbolistas”.

Me ha pasado con compañeros de fútbol. Cuando era jugador del Levante y ganamos en el Bernabéu nos pasó, cuando hay una situación de extraordinaria alegría... ¿Si hubiera sido un hombre también le hubiera dado un beso en la boca? Depende de si hubiese tenido mucha amistad. Con Jenni tenía mucha amistad”. En cualquier caso, matizó que con la selección masculina solo ganó una UEFA Nations League y eso “no es lo mismo que un mundial”.

Cuando Jenni Hermoso declaró en la primera sesión del juicio alegó que se había sentido poco respecta y remarcó que Rubiales era su jefe. Pero este martes el acusado ha negado esa relación jerárquica: “Las jugadoras no son trabajadoras, no hay relación laboral. Únicamente vienen convocadas y yo ejerzo la función institucional”.

Su declaración como acusado ha tenido menos momentos de tensión que otros testimonios durante el juicio. Como es habitual, el juez que preside el tribunal ha impedido algunas preguntas, pero las indicaciones a Rubiales han ido destinadas a que fuera más concreto. Ha permanecido una hora contestando preguntas.

Foto: Perito experto en la lectura de labios comparece en el juicio a Rubiales. (EC)

“Yo me equivoqué, metí la pata, a estas alturas es una obviedad, y lo reconocí, me comporté como si fuera uno más del grupo, tendría que haber estado en un papel más institucional, pero de ahí a que haya un delito…”, ha defendido Rubiales, sentado en la mesa donde han declarado todos los testigos y ataviado con un traje y corbata oscura. Preguntado acerca de si en todo este tiempo se ha disculpado con la jugadora, ha dicho que no: “Es que Hermoso sabe que yo le pregunté y que ella me dijo ‘vale’”.

A preguntas de su abogada, Olga Tubau, Rubiales ha dicho que “jamás” ese beso tuvo el objetivo de satisfacer un deseo sexual. Ha vuelto a repasar el momento exacto en el podio de las medallas de la final de Australia tras proclamarse campeonas. “Me puso una cara... había fallado un penalti, yo le dije ‘olvida el penalti’. Ella me apretó muy fuerte debajo de las axilas, me levantó y al caer le pregunté ‘puedo darte un besito’ y me dijo ‘vale’. Eso es lo que ocurrió”, ha descrito.

En ese punto, la fiscal le ha recordado que en versiones anteriores declaró que dijo “piquito” y no “besito”. El expresidente de la Federación ha contestado que son dos palabras que significan lo mismo. Para reforzar su versión de que fue ella quien le levantó en volandas a él y no al revés, ha hecho un análisis de su postura en el momento del abrazo con Jenni Hermoso: “Para que uno pegue un salto tiene que flexionar las rodillas. Es una ley física. Para impulsarse hay que hacer un pequeño gesto hacia abajo”.

El vestuario y el avión

El siguiente episodio de este caso traslada a los protagonistas hasta el vestuario, donde las jugadoras celebraban el título. Rubiales se acercó y pidió que saliera Hermoso. Este martes ha explicado que no la sacó para hablar del beso que en ese momento ya estaba generando polémica en España, sino del próximo viaje de las jugadoras a Ibiza para seguir festejando. “Jenni me dijo que si lo anunciaba sin ella delante, me mataba”, ha declarado. Sostiene que en el pasillo, fuera del vestuario, había más gente presente.

Lo siguiente es el avión. Las jugadoras que han declarado en este juicio dicen que en ese momento Jenni estaba muy afectada y que la vieron llorar. Alexia Putellas, Misa Rodríguez, Laia Codina e Irene Paredes describieron que la presionaron para que grabase un vídeo junto a Rubiales para frenar la ola de indignación que había generado el beso. Que Rubiales y su entorno estaba nervioso y que, tras la negativa de Hermoso en participar en el vídeo de descargo, hablaron también con la capitana, Ivana Andrés. Varias jugadoras desvelaron que esta jugadora también lloró al sentirse presionada y que tampoco colaboró.

Foto: Imagen de la declaración de Alexia Putellas. (EFE/Fernando Villar)

La versión que ha ofrecido Rubiales este martes ha sido opuesta. Ha relatado que su impresión es que “en el avión había un ambiente de total celebración” y que cuando fue a hablar con Hermoso para pedirle grabar un vídeo juntos ella le habló con buen tono, pero que declinó participar porque, según le dijo, ya había sido “muy clara”. Él cuenta que le dio las gracias, pero le explicó que “los que saben" dijeron que "una imagen los dos juntos acaba con esto”.

“Teníamos una crisis mediática de unas dimensiones muy grandes, habría sido una irresponsabilidad por nuestra parte no tratar de responder. En ese momento tengo que hacerle caso a la gente que sabe. Íbamos con tres políticos, uno de ellos me dijo que le mandase el vídeo. Los tres me dijeron que era una tontería, pero que cuanto antes saliéramos mejor. No quiso la jugadora”, ha concluido.

Rubiales se enfrenta a un posible año de cárcel por el delito de agresión sexual por el beso y a un año y medio de prisión adicional por las presiones a la jugadora para lograr de ella alguna declaración exculpatoria a su favor. Por este segundo delito también se sientan en el banquillo el entonces seleccionador femenino, Jorge Vilda, el director técnico de la selección masculina, Albert Luque, y el responsable de Marketing, Rubén Rivera. Los tres declararán este miércoles como acusados.

Foto: Continúa el juicio por el 'caso Rubiales'. (Europa Press)

Una vez Hermoso se negó a salir en un vídeo con Rubiales, Jorge Vilda fue a hablar con el hermano y un amigo de la jugadora para que la convencieran. Esto forma parte de las presuntas coacciones que se enjuician en este caso. El expresidente de la Federación se ha desvinculado de la actuación del entrenador: “Sé que habló porque me lo dijo. Yo no sabía ni que el hermano de Jenni estaba en el viaje. Me comentó que el hermano le dijo que iba a hablar con ella y que iba a tratar de convencerla. Yo creo que Vilda iba a ayudarla, sinceramente”.

Rubiales también ha negado haber tratado con Ivana Andrés de este tema o haber visto a Hermoso llorosa durante el vuelo. Más bien al contrario, ha recordado que al llegar, ella habló con el psicólogo de la Federación y le dijo que el beso “había sido una cuestión anecdótica entre dos amigos”. “Hasta que no pasaron unos días, no cambió de versión”, ha añadido.

El viaje a Ibiza

Lo siguiente fue el viaje a Ibiza. Según ha quedado reflejado por los testimonios del juicio, tanto Rubén Rivera como Luque estuvieron encima de Jenni Hermoso y su entorno para lograr su objetivo de ‘salvar’ a Rubiales de la ola de indignación que finalmente le llevó a dimitir de su cargo semanas después de estos hechos. El expresidente ha declarado en el juicio que él no pidió a sus directivos que hicieran nada. Ha explicado que Rubén Rivera estaba con las jugadoras porque era la persona que había negociado el viaje con el gobierno insular de Ibiza y Luque estaba en la isla porque veranea allí.

Durante esa estancia ya estaba en marcha la redacción de urgencia de un informe del departamento de Integridad que iba a valorar los hechos ocurridos en la final, tanto el beso como el gesto de Rubiales de llevarse su mano a los genitales en el palco de autoridades cuando celebró la victoria. El informe le acabó exonerando de cualquier responsabilidad y algunos de los testigos han declarado que les entrevistaron para ese documento, pero les entregaron para firmar un borrador con respuestas ya escritas de antemano.

A Hermoso la llamaron a Ibiza para participar en ese documento, pero declinó hacerlo. Rubiales sí lo hizo. Este martes ha contado que a él también le dieron las respuestas escritas, pero que las podía modificar. Negó haber ordenado esa forma de proceder o haber ejercido presiones. La jefa de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, fue una de las interrogadas para ese informe y definió su experiencia como “una encerrona”. La citaron en el despacho de Rubiales tres días después de la final, el 23 de agosto. Además de directivos, estaba un amigo personal y el padre del presidente, así como al seleccionador de fútbol masculino, Luis de la Fuente.

Foto: El exseleccionador femenino, Jorge Vilda, a la izquierda de la imagen. (Alejandro Martínez Vélez/Europa Press)

Rubiales ha explicado la presencia de sus allegados porque ese día era su cumpleaños y ha precisado que Luis de la Fuente estaba allí porque había ido a hablar con él de otras cuestiones relacionadas con la selección. Quería abordar con él el estado del césped del estadio en el que iba a jugar próximamente España y que iba a convocar al jugador del Villareal Alex Baena. “Creo que luego debutó”, ha apostillado el acusado.

Antes de que el juez cortase a la abogada de Rubiales, ambos han repasado la situación de tensión que se vivió en la selección femenina con el entrenador Jorge Vilda antes del Mundial. Hubo futbolistas que le pidieron que cesara al seleccionador y, en ese sentido, ha reconocido que Hermoso “ayudó mucho” a que la situación se calmase. Pero sí han tratado de restar validez al testimonio que prestó la portera de la Selección Misa Rodríguez insinuando que tiene una animadversión especial contra el que fuera su entrenador.

El motivo, según ha dicho Rubiales, es que Vilda relegó a la guardameta a la suplencia tras encajar una dura derrota contra Japón en el mundial. También deslizó que no entrenaba bien. “Ella salió con una furia tremenda, pega porrazos, hasta el final es que fue irreconducible”, ha revelado.

El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales ha declarado en el juicio en su contra por el beso a Jenni Hermoso y las coacciones posteriores a ella y su entorno. Considera que se equivocó, pero no que eso sea delito. En la Audiencia Nacional ha dicho que fue “un gesto de cariño” después de ganar el mundial. “Estoy totalmente seguro de que me dio su consentimiento”, ha manifestado al tiempo que lo ha enmarcado en el momento de euforia. “No se gana un mundial todos los días”, ha añadido. Preguntado acerca de si hubiese hecho lo mismo con un jugador varón, no lo ha descartado: “Yo me comía a besos a un montón de futbolistas”.

Luis Rubiales Real Federación Española de Fútbol Audiencia Nacional