Marruecos permite la primera exportación a través de la aduana de Ceuta
Tras permanecer cuatro semanas cerrada la de Melilla se reactivó para enviar al país vecino una furgoneta con electrodomésticos mientras que la de la Ceuta se abrió por primera vez
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A la tercera fue la vencida. Tras dos intentos fallidos una furgoneta con productos de exportación cruzó, por primera vez, en la tarde de este martes de Ceuta a Marruecos tras esperar cuatro horas y media en la frontera. Es la primera vez que desde esta ciudad autónoma, que nunca tuvo aduana, entran legalmente mercancías en el país vecino.
Paralelamente, en Melilla, una camioneta también logró superar los trámites aduaneros, la segunda en 27 días. Esta ciudad autónoma sí contó con una aduana comercial durante siglo y medio hasta que las autoridades marroquíes la cerraron de un plumazo en agosto de 2018.
Tras esta exportación desde Melilla, el 15 de enero, la delegada del Gobierno en la ciudad, Sabrina Moh, declaró que la aduana estaba abierta, pero durante cuatro semanas no hubo ningún otro envío. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, achacó una vez más a “razones técnicas” el retraso, pero no entró en detalles. Hasta 2018 no había problemas técnicos para exportar desde Melilla.
Está por ver si, a partir de ahora, habrá expediciones comerciales con regularidad, todos los días laborables aunque con muchas restricciones en cuanto a productos, cantidades y frecuencia, tal y como las autoridades locales indicaron discretamente a algunos empresarios de Melilla.
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Si, hasta la fecha, se han producido en total tres envíos de Ceuta y Melilla a Marruecos no se ha registrado ninguno en sentido contrario. En teoría desde el país vecino se puede exportar a España áridos, frutas, verduras y pescado. Las furgonetas que crucen desde España pueden transportar electrodomésticos, electrónica y productos de limpieza. El chocolate Maruja, que se fabrica en Ceuta, está excluido. A estas restricciones se añaden otras cuantas más. No podrán pasar camiones sino camionetas y una sola al día en un horario muy determinado.
La aduana que se acaba de inaugurar no guarda relación alguna con la que los Estados miembros de la Unión Europea tienen abiertas con países terceros. Tampoco es comparable a la que hubo en Melilla hasta hace siete años. Las limitaciones han sido impuestas por las autoridades de Marruecos a lo largo de casi tres años de negociaciones políticas con España.
“De ser así esto no es aduana, ni transparencia, ni respeto mutuo, ni nada de nada”
Enrique Alcoba, presidente de los empresarios de Melilla, arremetió contra la manera de “sacar las cosas así a escondidas”. Él, oficialmente, no ha sido informado por la delegada del Gobierno sobre la reactivación de la aduana pese a ser el primer interesado. Se preguntó si las autoridades de ambos países “seguirían en la linea de sacar una furgonetita una vez al mes”. “De ser así esto no es aduana, ni transparencia, ni respeto mutuo, ni nada de nada”, concluyó aparentemente enojado.
El presidente Pedro Sánchez anunció, el 7 de abril de 2022 en Rabat, una hoja de ruta para la relación de España con Marruecos que incluía las aduanas terrestres. Su ministro Albares llegó a dar fechas para su apertura como, por ejemplo, enero de 2023, justo antes de la cumbre de Rabat entre los gobiernos español y marroquí.
Si los negociadores marroquíes han arrastrado los pies durante tanto tiempo es, probablemente, porque consideran que el pequeño paso que se disponían a dar podía ser interpretado como un reconocimiento de la soberanía española sobre ambas ciudades que Marruecos reivindica.
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La principal aspiración de los ceutíes y melillenses con relación a Marruecos no son las aduanas sino la instauración de un régimen de viajeros que el país vecino sí aplica en sus aeropuertos y que también estuvo en vigor en sus fronteras terrestres con España antes de la pandemia.
Este régimen consiste en poder llevar consigo regalos para sus familiares en Marruecos o, en el caso de los turistas, souvenirs por importes que no excedan los 100 o, como mucho, 200 euros. A día de hoy hasta una botella de agua mineral cerrada puede ser requisada en la frontera por los aduaneros marroquíes excepto en verano, durante la Operación Paso del Estrecho. Entonces sí permiten a los inmigrantes marroquíes en Europa, que regresan de vacaciones, transportar regalos para sus familiares.
A la tercera fue la vencida. Tras dos intentos fallidos una furgoneta con productos de exportación cruzó, por primera vez, en la tarde de este martes de Ceuta a Marruecos tras esperar cuatro horas y media en la frontera. Es la primera vez que desde esta ciudad autónoma, que nunca tuvo aduana, entran legalmente mercancías en el país vecino.