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Feijóo busca seducir al votante joven de derechas que ahora sostiene a Vox
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GRAN NICHO ELECTORAL

Feijóo busca seducir al votante joven de derechas que ahora sostiene a Vox

El auge de Santiago Abascal entre los electores de menor edad obliga al PP a encender las luces largas y activar nuevas propuestas: "Sus problemas no se solucionan con un viva España". La fundación del PP, Reformismo21, sirve de 'laboratorio de ideas'

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto con representantes de asociaciones juveniles (Jesús Hellín / Europa Press)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto con representantes de asociaciones juveniles (Jesús Hellín / Europa Press)
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Los jóvenes ya no votan como sus padres. La caducidad de la política tradicional, la altísima fragmentación partidista y el binomio inseparable de las nuevas generaciones con las redes sociales convierte la captación del voto joven en el gran reto para el bipartidismo. Y si hay una formación que despunta en la franja de menor edad, es Vox. Las continuas crisis internas no parecen haber arruinado la luna de miel demoscópica en la que vive el partido de Santiago Abascal. La tendencia de los votantes menores de 25 años consolida la resistencia de Vox en España, y obliga al PP a encender las luces largas.

En Génova asumen que el "agujero" en el voto joven de la izquierda lo ha capitalizado mayoritariamente Vox. El yermo panorama electoral y la convicción de que Sánchez intentará agotar la legislatura permiten al PP analizar el fenómeno e intentar tejer una estrategia a largo plazo para seducir al menos a una parte de esos votantes que ven a Vox como opción predilecta. En el primer partido de la oposición ha calado la tesis de que toda opción de llegar al Gobierno pasa por un matrimonio de conveniencia con el partido de Santiago Abascal. Celebran la "fortaleza" del bloque de derechas pero, llegado el momento, la proporción de escaños será clave.

La máxima ambición de Feijóo es crecer a costa del PSOE. Pero la segunda prioridad es reducir al máximo la influencia del partido ultraconservador en un hipotético Gobierno. Y es consciente de que el voto joven puede ser decisivo. En la dirección del PP achacan las últimas tendencias demoscópicas a que los electores de menor edad son más "emocionales" y "buscan un discurso mucho más incendiario" que el que se puede presuponer del primer partido de la oposición. Pero no renunciarán a dar esa batalla.

Los datos no dibujan un panorama sencillo para ese propósito. Aunque el PP sigue a la cabeza en intención de voto, la última encuesta de 40dB para El País y Cadena Ser situó a Vox en su cota más alta desde las últimas elecciones generales (14,2%) y le consagró como líder en la franja de voto de los más jóvenes (27,4%). El último barómetro del CIS también avaló esa inclinación. Los jóvenes de entre 18 y 24 años prefieren, por goleada, a Abascal como presidente (19,7%) frente a Feijóo (7,5%). El 11% de los encuestados de esta edad no sabe quién es el líder del PP, un porcentaje que desciende hasta un ínfimo 0,8% en el caso del presidente de Vox.

Foto: Manifestación convocada por Vox. (EP/Matias Chiofalo)

Pero, ¿cómo puede revertir Feijóo esta situación? "Nuestro punto fuerte son las propuestas. Vox tiene discurso, pero no programa. Y las cosas no se solucionan solo con un 'viva España' o un 'abajo Sánchez'. También hay que gestionar", reflexionan en la cúpula popular. En plena guerra abierta entre PP y Vox, en la dirección del partido consideran que la naturaleza de Vox está en ser un "partido de oposición". Y lo ejemplifican con la decisión unilateral que tomó Abascal en junio del año pasado, cuando ordenó salir de todos los ejecutivos autonómicos en los que gobernaban en coalición.

El líder del PP ha comenzado a cuidar ese flanco electoral. Lo ha hecho con un rosario de medidas para poner coto a una de las grandes problemáticas de los jóvenes: el acceso al mercado inmobiliario y los precios imposibles del alquiler. El viernes dedicó un acto específico dirigido a este colectivo, a los que habló de 'tú a tú' tras un encuentro en Madrid. "No han sido ellos quienes han venido a escuchar al boomer de la sala, sino que soy yo el que ha venido a escuchar sus inquietudes", apuntó. Trató de reivindicarse como antídoto de la "falta de política" dirigida a los jóvenes, y se negó a "dar por perdida" a esa generación.

Foto: Jóvenes se concentran en las inmediaciones de Matadero, Madrid. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
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En el partido son conscientes de que hay una parte del electorado de Vox, también en este sector de la población, al que no podrán acceder. Pero aspiran a convencer al menos al votante joven "menos visceral" con propuestas que den solución a sus preocupaciones cotidianas, sin descuidar el perfil de "partido de amplio espectro" que pretende representar el PP. "España debe aspirar a ser un país que le garantice viviendas a los jóvenes y pensiones a los mayores. Y si hay que escoger, es que este país habrá fracasado y debemos rebelarnos contra eso", ilustró el propio Feijóo el pasado viernes.

Más allá de la vivienda, Feijóo pretende poner el foco en los próximos meses en otras problemáticas concretas que afectan a los jóvenes para calar en este electorado de cara a una futura apertura de urnas. Desde Génova llevan meses incorporando herramientas de escucha y sondeos demoscópicos a su trabajo diario para identificar los nichos sobre los que centrar su programa, que se vehiculiza a través de su think tank, Reformismo21.

La camarilla de la fundación adscrita al PP de Feijóo y capitaneada por Pablo Vázquez sigue creciendo, y ha incorporado en los últimos meses una serie de perfiles anónimos y sin vinculación política. Cuenta también con un equipo joven dedicado a "evaluar los problemas de la generación que rehúsa de los parámetros del régimen del 78", y que ejerce como una suerte de laboratorio de ideas para complementar el esqueleto programático del primer partido de la oposición.

Foto: Feijóo y Abascal en el Congreso. (EFE/ Borja Sánchez-Trillo)

La salud mental, el impacto de las nuevas tecnologías —con el desafío de la Inteligencia Artificial— o la conciliación son algunas de las grandes temáticas en las que el PP profundizará en los próximos meses para ampliar su propuesta dirigida a los jóvenes. Feijóo tiene ante sí otro delicado debate, el de la reducción de la jornada laboral, con la que el Gobierno pretende someter al partido conservador a otro test de estrés por el amplio respaldo social de la medida, sobre todo entre los jóvenes. Por el momento, Génova prefiere aparcar esta cuestión y no entrar en la "agenda" del Ejecutivo. Pero ya avanzan que, sin el respaldo de la patronal, el voto a favor es imposible.

Otro de los grandes desafíos del partido de Feijóo, según admiten en su equipo, es la adaptación a los nuevos formatos digitales, un terreno en el que Vox y otras fuerzas emergentes como Se Acabó La Fiesta (SALF) le llevan ventaja. Hace casi un año, Génova apostó de forma decidida por las fórmulas no convencionales y se lanzó a la jungla digital. Aumentaron las publicaciones en plataformas como TikTok y Feijóo visitó, por primera vez, un pódcast. Fuentes de la dirección confirman que uno de los retos pendientes es mantener y ampliar su presencia en redes sociales, el hábitat que catapulta a sus competidores directos en la derecha.

Los jóvenes ya no votan como sus padres. La caducidad de la política tradicional, la altísima fragmentación partidista y el binomio inseparable de las nuevas generaciones con las redes sociales convierte la captación del voto joven en el gran reto para el bipartidismo. Y si hay una formación que despunta en la franja de menor edad, es Vox. Las continuas crisis internas no parecen haber arruinado la luna de miel demoscópica en la que vive el partido de Santiago Abascal. La tendencia de los votantes menores de 25 años consolida la resistencia de Vox en España, y obliga al PP a encender las luces largas.

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