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Patriots: cumbre en Madrid para cambiar la UE como Trump ha cambiado EEUU
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Patriots: cumbre en Madrid para cambiar la UE como Trump ha cambiado EEUU

Los partidos populares del continente están sometidos a una presión elevada por parte de sus derechas. La reunión de Madrid de Patriots for Europe es una pieza más para transformar la política europea

Foto: Víktor Orbán, Santiago Abascal y Marine Le Pen en su reunión en Madrid este viernes (Guillermo Sánchez/Patriotas)
Víktor Orbán, Santiago Abascal y Marine Le Pen en su reunión en Madrid este viernes (Guillermo Sánchez/Patriotas)
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"Hemos entrado en la era de la geopolítica hipercompetitiva e hipertransaccional", afirmaba Ursula von der Leyen, como constatación de lo que ha cambiado el mundo en poco tiempo. El shock que ha supuesto el inicio de mandato de Trump ha llevado a la Unión Europea a adoptar una posición discursiva alejada de viejos idealismos y más cercana a ese realismo que tanto denigró. Sin embargo, una cosa son las declaraciones y otra la realidad. La comprensión teórica y su concreción práctica a veces divergen, y en el caso de la UE, muy a menudo. Mientras las piezas se encajan de un modo u otro, a Europa le ocurre lo mismo que Mark Rutte, secretario general de la OTAN, afirmaba de Ucrania: no es que vaya perdiendo la guerra, es que el frente se está moviendo en la dirección equivocada. A Europa le han movido el frente y no sabe cómo encarar la situación.

El desafío que ha lanzado Trump no solo tiene que ver con el despliegue del poder estadounidense, o con la priorización del interés americano sobre regiones geográficas alejadas del viejo continente, sino con la capacidad de vincular a los países europeos más decididamente hacia su órbita. Hay un buen número de partidos presentes en el Europarlamento que se alinean, en buena medida, con la perspectiva de Trump.

Una cumbre que pretende cambiar la UE

Patriots for Europe es el grupo europeo más relevante en ese sentido. Hoy y mañana celebran su primera cumbre en Madrid, bajo la presidencia de Santiago Abascal. Orbán, Le Pen, Salvini o Wilders son algunos de los líderes que estarán presentes en una reunión con mucho peso político. Dentro de Patriots hay partidos de Estados con recelos históricos (como Rumanía y Hungría) y los hay con diferentes visiones sobre cómo desarrollar su país: Hungría y Países Bajos se ven beneficiados por las conexiones globales, mientras Francia hace mucho más énfasis en el asentamiento de las capacidades nacionales. Hay una notable diferencia entre ellos, además, dependiendo de si pertenecen a un Estado que aporta o recibe mayor cantidad de fondos comunitarios. Y todos comparten una visión soberanista, por lo que priorizan intereses nacionales que no siempre convergen. Pero todas esas divergencias son menos poderosas que el propósito común acerca de qué debe ser la UE y cómo relacionarse con ella.

Se trataría de extender la 'mayoría venezolana', que ya se ha puesto en marcha en pequeños ámbitos, hacia terrenos mucho más ambiciosos

El objetivo último de Patriots es cambiar el eje que ha dominado Europa en los últimos años. La alianza entre el Partido Popular Europeo, los socialistas y los liberales, que ha conformado el núcleo de la UE, debe ser sustituida por una muy distinta, la conformada por la derecha liberal y las derechas populistas y extremas. Se trataría de extender la 'mayoría venezolana', que ya se ha puesto en marcha en ámbitos muy concretos, hacia terrenos mucho más importantes. La inmigración o el pacto verde son ejemplos claros.

Los tres planos

Ese objetivo requiere trabajar en varios planos. El primero consiste en encajar los intereses de los distintos partidos que conforman Patriots, algo que no será demasiado complicado, según afirman en Vox: “Es un tema de velocidades, hay formaciones que quieren ir más rápido, otras van más lentas. El reto es encontrar la velocidad media con la que todo el mundo pueda sentirse cómodo”.

En segundo lugar, deben conseguir que los tres grupos a la derecha del PPE, el bloque compuesto por ECR, ESN y Patriots, consigan establecer acuerdos en los grandes temas. La llegada de Trump tenderá puentes para que suceda. Elon Musk ha dado un apoyo total a AfD, la formación alemana que lidera ESN, y tiene excelentes relaciones, como Trump, con Meloni, cuyo partido lidera ECR. El vínculo de Patriotas con la Heritage Foundation, la institución que puso en marcha el 'Proyecto 2025' y que presta apoyo a Trump, es grande. Las diferencias entre las tres formaciones pueden empequeñecerse gracias a esta múltiple ligazón con el trumpismo. El objetivo máximo, reunir a las tres formaciones en un solo grupo, cuenta con grandes complicaciones y no se percibe a corto plazo, pero son dificultades que quizá se puedan salvar en el futuro.

El tipo de UE que salga de este momento de tensión y crisis depende, en gran medida, de los partidos populares europeos

El tercer estrato es la clave del asunto: convencer al PPE de que Europa sería mejor con una alianza de las derechas que con la actual coalición. El tipo de Unión Europea que salga de este momento de tensión y crisis depende, en gran medida, de los populares. Hasta las elecciones al Europarlamento, esa alianza era rechazada de continuo. Desde entonces, con el crecimiento de los tres grupos de la derecha, y especialmente con la elección de Trump, parece más probable.

Hay que recordar que, en un número significativo de países, los partidos de la derecha populista y extrema son la primera o segunda fuerza política. La derecha liberal tradicional solo conserva músculo real en Alemania y España. Los Republicanos franceses están divididos entre quienes pretenden seguir a Le Pen y quienes se sitúan del lado de la derecha previa a Trump, lo que les ha partido de facto. Forza Italia puede tener algún peso en el PPE, pero es Meloni quien dirige el país. El margen de acción de la CDU tras las elecciones de este mes dependerá también de la capacidad de crecimiento de AfD. Este mapa marca una debilidad mayor de los populares a la hora de rechazar las alianzas con los partidos del bloque de las derechas a nivel europeo.

El bilateralismo

En este contexto complicado, aparecen nuevos desafíos para la derecha liberal. Hasta hace unos meses, el alineamiento de esas fuerzas con los EEUU de Biden en Ucrania era máximo, pero si Trump decide retirar la ayuda a Ucrania, será más complicado que respalden de manera decidida a la nueva administración estadounidense, algo que sí pueden hacer el resto de derechas. China será otro punto de enfrentamiento entre las derechas, en la medida en que la misma Von der Leyen ha asegurado que quizá haya que tener mejores relaciones con Pekín si EEUU inicia una guerra comercial.

Trump tiene la intención de negociar país a país en lugar de hacerlo en bloque con Bruselas

Frente a estas dudas de la derecha liberal, Patriots tiene bastante claro su alineamiento con la administración estadounidense en asuntos muy diferentes. Destaca uno de ellos: Trump tiene la intención de no negociar en bloque con Bruselas y, en su lugar, establecer relaciones país a país. Desde Vox, como desde Patriots, entienden que esta es la mejor fórmula: “Hay que confiar en el bilateralismo, porque el multilateralismo no es otra cosa que élites que cooptan las entidades supranacionales. Aquellas instituciones que estaban previstas para ayudar a tomar decisiones a los Estados, y que eran, por tanto, burócratas, son quienes toman las decisiones de verdad. Y es hora de acabar con eso”. El bilateralismo, por tanto, es el camino por el que apuestan.

Hay otro elemento relevante, el apoyo de Trump a Netanyahu. Tradicionalmente, la UE mantenía una posición de defensa del derecho internacional, promovía la negociación para que se creasen dos Estados, Israel y Palestina coexistirían como naciones independientes, soberanas y criticaba la expansión de los asentamientos. Desde el 7 de octubre, varias naciones, como la alemana y la francesa, han dado marcha atrás en esa postura y se han acercado más a Israel. Pero el anuncio de Trump sobre Gaza está claramente en contra de lo que la UE había defendido. Patriots es el grupo más proisraelí y proNetanyahu del Europarlamento, incluso más que ECR, el grupo aliado del Likud. Ese alineamiento con Trump será complicado que se dé con tanta intensidad en el conjunto del PPE.

Por un camino o por otro, por el de los acontecimientos internos y el de las divisiones internas, las derechas europeas, con Patriots a la cabeza, están metiendo presión al PPE y a sus partidos asociados. Algo que también tiene derivada en el terreno nacional.

"Hemos entrado en la era de la geopolítica hipercompetitiva e hipertransaccional", afirmaba Ursula von der Leyen, como constatación de lo que ha cambiado el mundo en poco tiempo. El shock que ha supuesto el inicio de mandato de Trump ha llevado a la Unión Europea a adoptar una posición discursiva alejada de viejos idealismos y más cercana a ese realismo que tanto denigró. Sin embargo, una cosa son las declaraciones y otra la realidad. La comprensión teórica y su concreción práctica a veces divergen, y en el caso de la UE, muy a menudo. Mientras las piezas se encajan de un modo u otro, a Europa le ocurre lo mismo que Mark Rutte, secretario general de la OTAN, afirmaba de Ucrania: no es que vaya perdiendo la guerra, es que el frente se está moviendo en la dirección equivocada. A Europa le han movido el frente y no sabe cómo encarar la situación.

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