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"Ni renovación, ni ideología, ni moderación": Génova ratifica su divorcio con el 'nuevo' PNV
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TRAS EL RELEVO DE ORTUZAR

"Ni renovación, ni ideología, ni moderación": Génova ratifica su divorcio con el 'nuevo' PNV

Dirigentes del PP creen que el ascenso de Aitor Esteban enturbiará aún más su complicada relación con el partido vasco. La dirección nacional desoye a los sectores del PP que piden recomponer puentes: "Nuestro futuro no puede pasar por ellos"

Foto: La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, junto al portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, en una fotografía de archivo (EFE/Fernando Alvarado)
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, junto al portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, en una fotografía de archivo (EFE/Fernando Alvarado)
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La relación entre PP y PNV está herida de muerte. Y el súbito terremoto que sacudió el pasado jueves el Euzkadi Buru Batzar (EBB) no sólo no servirá para recomponer ese vínculo, sino que lo fractura aún más. La noticia no pilló del todo por sorpresa en el 13 de Génova. El día anterior, el líder del PP vasco, Javier de Andrés, ya había emitido señales de alarma a la cúpula popular de los movimientos que estaban cocinándose en las tripas del PNV. No se equivocaba. Tras doce años al timón, Andoni Ortuzar se baja del barco de la presidencia y deja vía libre a Aitor Esteban.

Para Génova, el relevo en la cúpula peneuvista es de todo menos una ventana de oportunidad para reconducir la relación. Creen que Ortuzar y Esteban "son lo mismo" y, por tanto, no hay esperanza alguna de volver al clima de entendimiento que existía con Mariano Rajoy antes de que le ajusticiasen en la moción de censura. Pero hay dirigentes que van más allá y consideran que el ascenso del todavía portavoz parlamentario de los jeltzales complicará aún más la situación. "Lo personal siempre importa en la política", analizan en el entorno más cercano del líder nacional.

Los reproches, ataques e, incluso, amenazas han marcado la relación parlamentaria entre Aitor Esteban y Alberto Núñez Feijóo desde que arrancó la legislatura. El líder gallego tanteó hasta la extenuación al PNV para lograr los apoyos para llegar al Gobierno, pero una y otra vez se encontró con un sonoro portazo. Ya entonces, los nacionalistas vascos marcaron a fuego su condición para volver a tender la mano al PP: mientras Santiago Abascal estuviera en la ecuación, no habría nada que hacer. "Alberto, tu tractor tiene gripado el motor por usar aceite Vox", ilustró el propio Esteban durante la fallida sesión de investidura de Feijóo.

En los meses siguientes, y con Sánchez ya investido como nuevo presidente, el líder del PP prosiguió con sus guiños para intentar fracturar la endeble mayoría parlamentaria de Sánchez. Encontró algo de oxígeno en Junts, pero nunca en el PNV. Feijóo intentaba atenuar sus críticas, animado por las voces internas que pedían no romper el delgado hilo de comunicación en un contexto de alta inestabilidad y con el fantasma, siempre presente, de un posible adelanto electoral. PP y PNV han coincidido en varias votaciones en el Congreso, pero cualquier atisbo de acercamiento no era más que un espejismo.

Foto: Esteban y Pradales, la nueva dupla al frente del PNV. (Europa Press/Iñaki Berasaluce)

Poco a poco, Feijóo fue tirando la toalla. Y cambió el pragmatismo por el frentismo ante un PNV que, asumen, "no se moverá de la órbita sanchista". La ruptura total se produjo hace sólo unas semanas. La gota que colmó el vaso fue el traspaso patrimonial del palacete de París que acoge la sede del Instituto Cervantes, una "cesión" que Sánchez coló en el decreto ómnibus de medidas sociales. El líder del PP delegó en su portavoz parlamentario, Miguel Tellado, para detonar todos los puentes. El cruce de descalificativos entre el 'escolta' político de Feijóo y el portavoz del PNV rozó lo personal. Y frustró cualquier tipo de entendimiento a futuros.

Como publicó El Confidencial, el mandato de Aitor Esteban está llamado a ser de transición. Pero dure lo que dure, Génova mantendrá una distancia total. Tanto en la dirección popular como en la cúpula del PP vasco critican el movimiento, y entienden que en ningún caso solucionará los problemas que arrastra el PNV en Euskadi por el imparable ascenso de EH Bildu. "El sustituto de Ortuzar no revitalizará al partido. Esteban no tiene peso político por sí mismo. No implica una renovación, y demuestra que han abandonado su proyecto ideológico de representar al centroderecha y la moderación en el País Vasco y en España", analizan en la dirección popular vasca.

"Esperar algo del PNV en este momento sería de ingenuos. Nuestro futuro político no puede pasar por ellos", suscriben en Génova, un mensaje con el que envían una advertencia a los sectores críticos con la estrategia de Feijóo, que reniegan del "tono duro" de Tellado en el Congreso y piden mantener los puentes con los partidos nacionalistas para no depender en exclusiva de Vox. El dirigente que puso voz a esta reivindicación fue el presidente de Andalucía, Juanma Moreno. Instó públicamente mantener "relaciones fluidas" con los partidos con los que comparte espectro ideológico, y no quedarse "en un rincón del cuadrilátero".

Al menos en esta cuestión, Feijóo comparte la tesis de los 'duros' del PP, y en concreto la opinión de Isabel Díaz Ayuso. Si de ella dependiese, el PP no debería ir "ni a la vuelta de la esquina" con el nacionalismo. El líder popular no llega a ese extremo, y está dispuesto a seguir conversando con Junts a nivel parlamentario en determinadas cuestiones. Pero con el PNV de Aitor Esteban no hay vuelta de hoja.

"Han decidido estar en la primera línea de saludo progresista", inciden en la cúpula nacional. Y es un diagnóstico que comparten, con resignación, cargos populares de la etapa de Mariano Rajoy, que vivieron en primera persona desde la época de bonanza con el PNV hasta la "puñalada" de la moción de censura de 2018, y que conocen de primera mano las "formas" del portavoz vasco. "No hay nada que hacer con él", apunta un veterano dirigente. "Ortuzar lo ejecutó, pero no olvidemos que Aitor también estaba allí", recuerda. Las mismas fuentes reiteran que, hoy por hoy, "no hay nadie en el partido que tenga una relación fluida" con el próximo presidente del PNV.

Foto: El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. (Europa Press/Iñaki Berasaluce)

La evaluación que hacen en el PP encuentra su reflejo en el PNV y en el propio Gobierno. La ofensiva que desplegó Génova contra el palacete de París —amagaron incluso con llevar el traspaso a los tribunales— fue entendida en el nacionalismo vasco como una declaración de guerra. "Si nos tocan esto, no pactaremos nada en cien años", avisaban. La dirección popular hizo caso omiso a aquella advertencia. Puede que la guerra no dure un siglo. Pero el divorcio PP-PNV amenaza con cronificarse.

La relación entre PP y PNV está herida de muerte. Y el súbito terremoto que sacudió el pasado jueves el Euzkadi Buru Batzar (EBB) no sólo no servirá para recomponer ese vínculo, sino que lo fractura aún más. La noticia no pilló del todo por sorpresa en el 13 de Génova. El día anterior, el líder del PP vasco, Javier de Andrés, ya había emitido señales de alarma a la cúpula popular de los movimientos que estaban cocinándose en las tripas del PNV. No se equivocaba. Tras doce años al timón, Andoni Ortuzar se baja del barco de la presidencia y deja vía libre a Aitor Esteban.

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