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La testigo clave de las coacciones a Hermoso: "Luque me dijo que Rubiales devuelve muy bien los favores"
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"Era vender mi alma al diablo"

La testigo clave de las coacciones a Hermoso: "Luque me dijo que Rubiales devuelve muy bien los favores"

La amiga que hizo de parapeto a la jugadora relata que el directivo le quiso comprar a cambio de exculpar al presidente por el beso: "Me dijo que no nos iba a faltar trabajo ni a mí ni a Jenni"

Foto: La amiga de Jenni Hermoso, Ana Ecube. (EFE/Fernando Villar)
La amiga de Jenni Hermoso, Ana Ecube. (EFE/Fernando Villar)
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La cuarta sesión del juicio a Luis Rubiales deparó uno de los testimonios clave para medir si la jugadora Jenni Hermoso sufrió coacciones del expresidente de la Federación de fútbol y sus leales. Buscaban que la futbolista exculpara públicamente a Rubiales tras el beso que le dio en la final del mundial de Australia porque era consciente de que su puesto estaba en riesgo. La amiga de la futbolista Ana Ecube vivió esas presiones porque estaba junto a Jenni Hermoso en el viaje de celebración de las jugadoras en Ibiza. Esta joven relató este jueves al tribunal que quisieron comprarla para que convenciera a su amiga: “Luque me dijo que Rubiales devuelve muy bien los favores”.

Según declaró Ecube, nada más llegar a la isla tras ganar el mundial, el acusado Rubén Rivera, entonces responsable de Marketing de la Federación, ya le pidió a Jenni Hermoso que hablase con el departamento de Integridad de la RFEF. En esos momentos, en la sede de la institución de Las Rozas de Madrid estaban elaborando un informe de urgencia sobre lo sucedido en la final de Australia. La jefa de prensa de la selección femenina declaró en este juicio que cuando ella tuvo que dar su versión de los hechos le entregaron un borrador con sus respuestas escritas de antemano. Lo que escribieron en ese documento no era lo que ella había vivido.

La amiga de Jenni Hermoso dice que Rubén Rivera fue muy insistente: “En un corto espacio de tiempo igual fueron tres o cuatro veces, fue un momento incómodo”. La jugadora no tenía batería en el móvil y Rivera se ofreció a cargarle el aparato o prestarle el suyo. Al final, la futbolista aceptó hablar con Madrid, pero se negó a participar del informe de Integridad. El documento luego se filtró a la prensa exculpando a Rubiales. Zanjó que el beso había sido un gesto entre dos conocidos en el marco de la euforia por haber ganado un mundial. Minutos después de que la prensa se hiciera eco de esas conclusiones, el todavía presidente pronunció aquel discurso en el que se negó a renunciar (“¡No voy a dimitir!”).

No obstante, la parte más tensa de lo que se vivió en Ibiza la protagonizó el entonces director deportivo de la selección, Albert Luque. Exfutbolista profesional, recaló en la RFEF bajo la gestión de Rubiales y se convirtió en un solucionador de problemas del presidente. Según Ana Ecube, Luque se presentó en Ibiza solo para hablar con Jenni Hermoso a pesar de que la jugadora pidió que la dejasen celebrar tranquila con sus compañeras. No quería seguir dando vueltas a la situación creada por el beso. En ese momento es cuando Ecube cuenta que decidió ser ella la interlocutora con los cargos de la Federación que querían salvar a Rubiales.

"Estáis todos muy nerviosos porque sabéis que si Rubiales cae, os vais todos a la calle"

La conversación entre Ecube fue tensa: “Le dije que estamos todos aquí por vuestra culpa. Si cuando Rubiales hace su primer comunicado pide perdón… pero estáis todos muy nerviosos porque sabéis que si Rubiales cae, os vais todos a la calle. Él me dijo: 'Yo soy del masculino, tengo contrato hasta después del mundial'”. A pesar de ser de la masculina, se personó en la isla para hablar con Hermoso.

Según esta testigo, en sus intentos de lograr su objetivo trató de comprar a Hermoso y a ella: “Me dijo ‘Rubiales devuelve muy bien los favores y no os va a faltar trabajo ni a ti ni a Jenni’, dando a entender que, si yo conseguía a Jenni, tendría un trato preferencial’. Me pareció vender mi alma al diablo. Yo le contesté: ‘No te equivoques, que yo ya tengo trabajo’”.

Esta propuesta coincide con la que relató este miércoles en el juicio el hermano y un amigo de Jenni Hermoso. En su caso fue el entonces seleccionador, Jorge Vilda, también acusado en este juicio. En el avión de vuelta de Australia, cuando la jugadora ya se había negado a salir en un vídeo, el entrenador fue a por los familiares de Hermoso siguiendo órdenes de Rubiales. Les dijo que a Jenni “le queda ya poco fútbol” y les dio a entender que si colaboraba sería “colocada” en algún cargo de la Federación.

"Dile a Jenni de mi parte que esto son dos días y se encontrará sola solita y yo me alegraré"

“El entorno en Ibiza era bastante hostil”, prosiguió este jueves Ana Ecube antes de que se le mostrasen una serie de mensajes de WhatsApp que le mandó Luque esos días. Uno de ellos decía lo siguiente: “Solo le deseo (a Jenni) en la vida lo que le está haciendo pagar a una persona (Rubiales) injustamente, pero no se merece nada por la poca humanidad que tiene. A cada uno le da el tiempo lo que se merece. Dile a Jenni de mi parte que esto son dos días y se encontrará sola solita y yo me alegraré”.

El propio abogado de Luque calificó como “desafortunados” estos mensajes que ya vieron la luz en los medios durante la instrucción del caso. Pero quiso dejar claro que fueron después de que Jenni se pronunciase mediante un comunicado emitido por su agencia de representación en el que desmentía la versión oficial exculpatoria de la Federación. Según el abogado de Luque, la jugadora se había comprometido a no hacer declaraciones durante su estancia en Ibiza. Ana Ecube negó este extremo.

La amiga también le contó al juez este jueves que ella no le enseñó esos mensajes a la futbolista hasta que Rubiales compareció en aquella asamblea de la RFEF gritando que no iba a dimitir. En su discurso dijo que fue Hermoso la que le levantó a él en volandas en el podio de medallas de la final y que antes de darle el beso le pidió permiso: “¿Un piquito?”. Ahí ya sí Ecube le mostró a Jenni los mensajes que Luque le mandó en Ibiza.

Foto: Imagen de la declaración de Alexia Putellas. (EFE/Fernando Villar)

El que fuera presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) entre 2018 y 2023, Luis Rubiales, se enfrenta a un año de cárcel por agresión sexual. La Fiscalía y el resto de acusaciones también le piden otro año y medio de prisión por un presunto delito de coacciones. Por este segundo delito también le piden año y medio a Vilda, Luque y Rivera. El juicio se retomará el lunes con nuevas declaraciones de testigos y previsiblemente los acusados comparecerán el martes que viene.

Antes que Ecube, declararon las compañeras de Jenni Hermoso en la selección que ganó el mundial Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina. Confirmaron que la jugadora estaba afectada, que su tristeza y enfado fueron a más a medida que fue asimilando lo sucedido y que apenas pudo disfrutar de la conquista del mundial. La vieron llorando en el avión y en Ibiza. Las tres coincidieron ante el tribunal en decir que ya en la misma entrega de medallas les contó lo que había pasado con Rubiales en esa ceremonia. “Me ha agarrado y me ha besado, ¿pero cómo se le puede ocurrir?”, recordó que le dijo Putellas. Irene Paredes declaró que lo repetía muchas veces, a su juicio, para analizar la reacción de las compañeras.

Durante toda esta semana en la Audiencia Nacional, las acusaciones han recordado que Hermoso no fue convocada para el siguiente partido tras el mundial. Vilda ya había sido cesado, pero le sucedió su ‘número dos’, Montse Tomé. Ecube recordó este jueves en el juicio la explicación que dio entonces esta entrenadora, citada a declarar la semana que viene a petición de Rubiales. Tomé alegó que era para protegerla. “No la llamaron para protegerla, ¿para protegerla de quién? Se supone que la Federación era un lugar seguro, pues al parecer no lo era”.

La cuarta sesión del juicio a Luis Rubiales deparó uno de los testimonios clave para medir si la jugadora Jenni Hermoso sufrió coacciones del expresidente de la Federación de fútbol y sus leales. Buscaban que la futbolista exculpara públicamente a Rubiales tras el beso que le dio en la final del mundial de Australia porque era consciente de que su puesto estaba en riesgo. La amiga de la futbolista Ana Ecube vivió esas presiones porque estaba junto a Jenni Hermoso en el viaje de celebración de las jugadoras en Ibiza. Esta joven relató este jueves al tribunal que quisieron comprarla para que convenciera a su amiga: “Luque me dijo que Rubiales devuelve muy bien los favores”.

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