Las "presiones" de Vilda por orden de Rubiales: "A Jenni le queda ya poco fútbol"

La tercera sesión del juicio a Luis Rubiales por su beso a Jenni Hermoso y las presuntas coacciones posteriores se centró en lo sucedido en el avión que trajo de vuelta desde Australia a las campeonas del mundo, sus familias y los directivos de la Federación. Al menos cuatro testigos relataron este miércoles las “presiones” que enfrentó la futbolista y su entorno para que grabase un vídeo restando importancia al suceso. El seleccionador, Jorge Vilda, advirtió al hermano de la futbolista de “las consecuencias tanto personales como profesionales” que tendría para ella si no colaboraba. “A Jenni le queda ya poco futbol…”, les dijo el entrenador.

Jugadoras llorando, conversaciones de Rubiales con sus colaboradores y los móviles conectados al wifi del avión para leer las noticias sobre la polémica que se estaba generando en España a cuenta del beso que el presidente de la Federación propinó a Jenni Hermoso en el podio de la final del mundial. Ese fue el ambiente que describieron los testigos sobre las 23 horas de viaje con una escala en Doha. Rubiales quería aprovechar esa parada para mandar un vídeo con el que calmar la ola de rechazo que acabó siendo un tsunami que le llevó a dimitir semanas después. Hoy se enfrenta a dos años y medio de cárcel.

El hermano de Jenni Hermoso compareció durante más de media hora ante el tribunal y aportó dos ideas principales. La primera consistió en detallar las presiones que sufrió en el avión por parte de Jorge Vilda, quien se acercó a hablar con él para que convenciera a su hermana de que grabase el vídeo. La segunda idea es que en las entrevistas que concedió a los medios esos días mintió cuando restó importancia a los hechos o incluso cuando negó haber sufrido las coacciones del entorno de Rubiales. Dice que lo hizo para proteger a su hermana y porque la propia Jenni les pidió que no se desviara el foco de la celebración.

Sobre el episodio del avión, Rafael Hermoso cuenta que él estuvo parte del viaje dormido y que Vilda se acercó al menos en dos ocasiones a hablar con él, pero se marchó al ver que no estaba despierto. Lo sabe porque se lo dijo la persona que estaba sentada a su lado. A la tercera visita se produjo la conversación por la que el exseleccionador femenino se encuentra acusado en este caso en el que se enfrente a un año y medio de cárcel por coacciones.

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“Vino en un tono muy afable, muy normalito. Me preguntó qué tal estaba, hablamos de fútbol, de la celebración, puso en alza a mi hermana, lo que había significado en el vestuario, era un tono de peloteo y de repente soltó el tema del beso, dijo: ‘¿Habéis visto la que se ha liado con lo del beso?’. Y luego puso un tono como si fuera banal: ‘Fijate que ha sido un beso consentido entre dos personas que se aprecian, el bombo que se le ha dado, están las hijas (de Rubiales) llorando y él cree que su cargo está en peligro. Me manda el presi para que hable contigo para ver si puedes hablar con tu hermana y en Doha pueda salir en un vídeo diciendo que el beso había sido consentido y no había pasado nada’”.

“Entonces yo le dije –continuó el hermano de la futbolista– que si creía que mi hermana tenía que salir a dar explicaciones sobre algo que no había hecho. Él me dijo que era mejor para todos y yo le pregunté: '¿Para todos, para quién'? Y él me dijo que Jenni ya tenía una edad, que las puertas de RFEF estarían abiertas y si no, no se sabía qué iba a pasar”.

"Me manda el presi para que hable contigo. Cree que su cargo está en peligro"

La jugadora, todavía en activo, tenía entonces 32 años. Es una edad en la que los futbolistas profesionales encaran sus últimos años de carrera. Las palabras del testigo apuntan a que lo que se le estaba ofreciendo es un retiro cómodo en la Federación después de colgar las botas si accedía a lo que le estaba pidiendo el presidente.

“El tono fue enrareciéndose, sobre todo cuando yo le dije que si mi hermana ha dicho que no quiere hacer el vídeo, no va a hacerlo y no la voy a convencer de algo que yo creo que no tiene que hacer”, añadió Rafael Hermoso a su relato de este miércoles en el juicio. Pero Vilda insistió, según su versión.

“Aludió a la forma de ser mi hermana: ‘¿Tú crees que tu hermana como es no lo va a hacer por sus hijas (las de Rubiales) y por el presidente que cree que puede perder su puesto?’. Dijo que sería lo mínimo o lo justo que debería hacer después de todos los favores que le ha hecho la Federación y lo bien que se ha portado la Federación con mi hermana”, añadió Rafael Hermoso.

El juez destacó que estaba siendo “muy claro” en sus explicaciones. Ante las repreguntas de las acusaciones y la Fiscalía, el testigo resumió el mensaje que a su juicio le estaba trasladando Jorge Vilda: “Si (Jenni) colaboraba, su recorrido iba a ser largo, pero si se complicaba y caían cabezas, las cosas no iban a ir bien para ella. Vilda me dijo que tuviéramos en cuenta las consecuencias tanto personales como profesionales que esto podría tener para mi hermana”.

El hermano de Jenni Hermoso tuvo que enfrentar varias preguntas tanto de las acusaciones como de las defensas sobre declaraciones que hizo al menos a dos medios de comunicación. Uno fue El Chiringuito de Atresmedia, que le entrevistó a su llegada a Madrid a las puertas de la celebración de las jugadoras en la capital. El otro fue Antena 3, que le hizo una entrevista “pactada” cuando las campeonas del mundo ya estaban celebrando el mundial en Ibiza. En esas entrevistas llegó a negar incluso que Vilda fuese a pedirles que convencieran a Jenni para grabar el vídeo con Rubiales.

“Yo ahí –explicó el hermano ante el juez– ya niego absolutamente cualquier hecho para proteger a mi hermana, mentí. Había que protegerla por lo que iban a hacer con ella en la Federación, por supuesto que temía represalias. Yo creía que, en ese momento, si no decía nada era decir algo. Dije una mentira porque era más contundente (...) Decidí poner punto y final y dije que no había pasado nada por proteger a mi hermana, mentí, claramente”.

Después del hermano declaró Vitoriano Martín. Es la persona que iba a su lado en el avión y que participó en la conversación con Vilda. Confirmó ante el tribunal la declaración prestada minutos antes por el familiar de la futbolista. Relató que el entrenador les trasladó que a Jenni Hermoso se le acercaba el final de su carrera por su edad y les dio a entender que en la Federación había muchos puestos en los que le podían “colocar” tras su retirada: “Daros cuenta que le queda ya poco fútbol”. Tanto el hermano como este amigo afirmaron que, a pesar de que no conseguirían convencer a la futbolista, acudieron a hablar con ella.

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Vitoriano Martín confesó que Jenni Hermoso se enfadó con ellos por haber hablado con Vilda. Antes de eso, Rubiales ya había hablado con ella para lo mismo y le había contestado que no. También coincidió con el hermano en que ya a pie de campo, minutos después recibir la medalla, les dijo que el beso no había sido consentido y que le dio “asco”.

Esta tercera sesión de juicio deparó también la primera declaración de una compañera de selección de Jenni Hermoso. Compareció la guardameta Misa Rodríguez, quien relató que vio llorar a la jugadora cuando subió al avión: “Se sentía presionada porque le estaban diciendo que hiciera un vídeo y ella no quería (...) Hubo varias charlas en las que varias personas se acercaron a hablar con Rubiales. Hablaban del beso (...) Para mi sorpresa vi que Vida iba hacia la zona de familiares, fui detrás, vi que Rafa (el hermano) y Jorge Vilda empiezan a hablar y le digo a Jenni que Vilda estaba hablando con su hermano”.

“Yo veo todo de frente, digo: ‘Algo va a pasar’”, añadió la portera, que en ese momento ya sabía que su compañera había hablado con Rubiales y se había negado a hacer nada. Misa Rodríguez también contó que este hecho afectó a Hermoso anímicamente durante el viaje en Ibiza: “Estaba cabizbaja, había presiones de Albert Luque (otro de los acusados) porque quería hablar con ella. Nos lo contó ella. No era ella, apenas salió de fiesta. Yo la veía que no era ella, que no disfrutaba, que su cabeza estaba en otro sitio”.

Tras el mundial y el escándalo, Rubiales dimitió y Vilda fue cesado. En su lugar fue nombrada como seleccionadora Montse Tomé. Esta entrenadora aplaudió el discurso de Rubiales en la asamblea de la RFEF cinco días después de la final en el que se negó a dimitir. La semana que viene declarará como testigo en este juicio a petición de Rubiales. En su primera convocatoria, Tomé dejó fuera de la selección a Jenni Hermoso: “Era incompresible que no estuviera en la primera convocatoria. No se entendía”, comentó este miércoles Misa Rodríguez. Tomé ha vuelto dejar fuera de la lista a Hermoso en su última convocatoria de noviembre.

Sobre el vídeo de "Pues vale"

En su declaración, Misa Rodríguez contestó a varias preguntas sobre un vídeo de Instagram grabado en el vestuario de las jugadoras tras la final. Entre cánticos y bailes se escucha decir a Jenni Hermoso dos frases: "Eh, pero no me ha gustado" y "pues vale". La portera confirmó que eran comentarios sobre el beso y que la segunda frase ("pues vale") "no tenía nada que ver con el consentimiento". Explicó que fue una reacción referente a que no había podido hacer nada para evitar la reacción de Rubiales en el podio.

La abogada del expresidente, Olga Tubau, quiso saber, si antes de ese "pues vale", alguien le preguntó a Jenni Hermoso "¿qué has dicho?". El juez interrumpió a la letrada y le recordó que el vídeo está aportado al tribunal y no necesita que nadie se lo interprete. Tubau reformuló la pregunta y quiso saber si Misa Rodrígiez recordaba quién le hizo esa pregunta previa a Jenni Hermoso antes del "pues vale". La guardameta contestó que no. Esta parte es importante para la defensa de Rubiales, que siempre ha sostenido que el beso fue consentido y que le pidió permiso antes.

El cuarto testimonio que giró en la misma línea que los anteriores fue el del entonces responsable del fútbol femenino, Rafael del Amo, actual presidente de la Federación Navarra de Fútbol. Relató ante el tribunal que iba en el avión sentado hombro con Rubiales y que fue ahí cuando se enteró del beso porque se lo contó el presidente: “Me cuenta que había habido un pico, yo ya le torcí el morro, no me gustó lo que escuché. Yo creo que Luis le estaba dando vueltas a la situación, teníamos internet en el avión y ahí ya se empezó a mover para revertirlo. Empezó a mover al gabinete”.

El ex responsable del fútbol femenino dice que Rubiales y su entorno “presionó” a Jenni Hermoso en el avión y que vio cosas que no le gustaron después de que Rubiales mandase a Jorge Vilda a hablar con el hermano de la jugadora. También dijo que se encontró con la capitana de la selección, Ivana Andrés, llorando porque también le pidieron participar en un vídeo junto a Rubiales y él mismo le recomendó que no lo hiciera.