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Podemos vuelve a sus orígenes para ahogar a Sumar: "No es poder, sino supervivencia"
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LA VIDA DESPUÉS DE IGLESIAS

Podemos vuelve a sus orígenes para ahogar a Sumar: "No es poder, sino supervivencia"

Superada la crisis política de Irene Montero, la formación morada afronta el año con la misión de captar el máximo número de votantes de Sumar, la coalición que les ha llevado al Congreso y de la que se desligaron poco después

Foto: Irene Montero e Ione Belarra, caras visibles del nuevo Podemos. (EFE
Irene Montero e Ione Belarra, caras visibles del nuevo Podemos. (EFE
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Hace ahora cuatro años que Pablo Iglesias se subió por última vez al atril y, parafraseando a Silvio Rodríguez, anunció su retirada de la política. En aquel momento, la mayor parte de sus votantes —que llegaron a ser cinco millones— creyeron estar ante el final de Podemos, el proyecto del 15-M que consiguió ocupar la vicepresidencia del Gobierno de España.

Hoy las cosas no están tan claras. El desgaste de Sumar, la coalición con la que los morados subsisten en el Congreso, unido al éxito de Montero en las elecciones europeas y al oxígeno que llega desde el otro lado del Atlántico, hace que Podemos encare el año con las mejores perspectivas desde 2021. Basta con echar un vistazo al gráfico de evolución de voto para detectar la tendencia: los votantes a la izquierda del PSOE cada vez son menos rosas y más morados. En febrero del año pasado, dos meses después de escenificar la ruptura con Sumar, siete puntos porcentuales separaban a las dos formaciones.

En el sondeo del CIS de este mes, la distancia entre Podemos y Sumar es de solo un 2,6%. De continuar la tendencia del último año, el sorpasso llegará antes de septiembre.

"No creo que haya mucha discrepancia de programa entre Sumar y Podemos, de hecho fueron juntos a las elecciones generales. Para mí, la gran diferencia es que Sumar está en el Gobierno y eso permite a Podemos atacar con todo lo que tiene. Ha recuperado su mensaje más duro, porque no tiene ninguna responsabilidad institucional", afirma el analista político Eduardo Bayón. "No podemos olvidar que son dos formaciones que compiten por un mismo espacio político en un escenario, el de nuestro sistema electoral, que no permite la convivencia de dos partidos tan similares. Al final, no solo luchan por el poder, sino por la supervivencia".

Un exdiputado de Podemos, ya fuera del partido, recuerda un viejo mantra que se repetía desde la dirección cuando las cosas no iban bien: "La política son momentos. Un día los votantes te mandan a casa y al año, sin que hayas hecho nada, van a tu casa a buscarte para que te presentes a las elecciones. Usando un símil aeronáutico, Podemos ha volado a través de una tormenta y ahora vuelve a ver el sol. Han salvado el avión, a costa de perder muchos pasajeros, pero aún les queda lo más difícil: encontrar un aeropuerto donde aterrizar. Y no está claro que ese aeropuerto exista".

"Podemos ha dado un giro discursivo, pero en esencia son lo mismo que han sido siempre"

Para volver a crecer en las encuestas, Podemos ha tenido que deshacerse de la plana mayor con la que se presentó en sociedad. Además de Iglesias, figuras clave como Bescansa, Monedero, Echenique, Pascual, Errejón, Maestre o Ruiz-Huerta han salido del partido. "Cambiarlo todo para que nada cambie", resume el exdiputado. "Sigo viendo en Podemos los mismos aciertos y errores del pasado". Cuando menciona los errores, se refiere, sobre todo, al hiperliderazgo de Iglesias, hoy representado por Irene Montero: "Sigo viendo un exceso de verticalidad en la formación, los mensajes emanan de un mismo sitio y han de ser acatados, sin margen para matices".

La decisión de crear Podemos y presentarlo a las elecciones europeas de 2014 se tomó unos meses antes. Fue en una cena en Rivas, a base de pizzas, a la que acudieron Pablo Iglesias, Miguel Urbán, Jorge Moruno y el anfitrión, el miembro de Anticapitalistas Raúl Camargo. Para Camargo, que participó en la tormenta de ideas que precedió al nacimiento de Podemos, estamos ante un cambio cosmético: "Desde Anticapitalistas analizamos de cerca la evolución de Podemos y creemos que el cambio no es real. Sí es cierto que ha habido un giro discursivo, para parecerse más al de los inicios, pero no percibimos ningún hecho. Podemos nació para oponerse al PP y al PSOE, no para ser su muleta en labores de gobierno".

Los tres pilares morados

A grandes rasgos, la gestión de los partidos a la izquierda del PSOE orbita en torno a la decepción. Se prometen políticas en campaña que no se pueden adoptar desde el Gobierno sin una mayoría absoluta. Iglesias experimentó en sus carnes este rechazo tras su paso por la vicepresidencia y ahora lo acusa Yolanda Díaz, obligada a atacar a sus socios de gobierno para paliar el fuego que le llega desde la izquierda. "Es que Podemos no se montó como una fuerza con aspiraciones de gobierno. En aquella cena todos sabíamos que ese no era el camino, sino conseguir representar a una parte importante de la sociedad que estaba siendo golpeada por la precariedad y los recortes. Una fuerza, en definitiva, de oposición, no de gobierno, porque estábamos cuestionando los cimientos del sistema", recuerda Camargo.

"La política dentro y fuera del Gobierno es radicalmente diferente", apunta el analista Bayón. "Esto lo podemos ver con la lucha de Yolanda Díaz por sacar adelante iniciativas como la reducción de la jornada laboral o el incremento del salario mínimo. Aunque está logrando cosas, la percepción desde una parte de la izquierda es que no es suficiente. Algo parecido vimos con la guerra de Ucrania y Podemos: su posición es mucho más fuerte ahora que están fuera del Gobierno".

"Cuando haces una crítica tan intensa después de haber estado en el Gobierno, corres el riesgo de caer en incoherencias", continúa Camargo. "Ahora Podemos está siendo inapelable con la inmigración, pero cuando estaban en el poder sucedió el episodio de la valla de Melilla, el de la tanqueta de Cádiz, el cambio de posición con el Sáhara… y sí, se quejaron, pero siguieron en el Gobierno".

placeholder Manifestación en torno a la taberna de Iglesias en un acto antifascista. (Cordon)
Manifestación en torno a la taberna de Iglesias en un acto antifascista. (Cordon)

La nueva estrategia de Podemos se basa precisamente en la falta de responsabilidad institucional. Sabedores de que la política comunitaria tiene un impacto nulo en España, Montero está centrada en elevar su perfil mediático en nuestro país. Una buena muestra se vio a principios de mes, cuando la presentación de su libro terminó por convertirse en una manifestación antifascista por Lavapiés. El líder de Desokupa, Daniel Estévez, amenazó con presentarse en el acto para crear incidentes y los morados aprovecharon para movilizar a sus votantes en torno a la taberna Garibaldi, propiedad de Iglesias. "Aquello se pudo leer como una manifestación antifascista, pero también como un acto de apoyo a Montero y al nuevo Podemos", dice el exdiputado. "Reconozco estas estrategias porque las usábamos en el pasado. Desde mi punto de mi vista, el partido está intentando congraciarse de nuevo con la calle, que al final es el único púlpito que les queda a los que no tienen acceso a los micrófonos".

La presencia mediática es la gran preocupación del nuevo Podemos. Su secretaria general, Ione Belarra, no ha conseguido nunca la suficiente presencia en radios y televisiones, como tampoco están teniendo demasiado éxito como portavoces Isa Serra y María Teresa Pérez. Más tirón tiene Irene Montero, si bien en los últimos años sus comparecencias públicas han orbitado en torno a la ley del Solo sí es sí, considerada por casi todos fuera de la formación morada como una aberración jurídica que tuvo que ser modificada poco después de su aprobación.

El acceso a los micrófonos sigue siendo coto privado de Pablo Iglesias. Tiene un espacio fijo en la catalana RAC 1 y aparece con asiduidad en la SER y distintas emisoras del País Vasco y Latinoamérica. A estas alturas, a nadie le extraña que sea un exsecretario del partido el encargado de fijar posiciones políticas: "Iglesias sigue siendo el referente, si no dentro del partido, sí en los medios. Ha salido de la primera línea para convertirse en el líder discursivo", afirma Bayón.

En La Base, el programa que dirige en su propio canal de Youtube, Iglesias aborda la actualidad con doble foco: por una parte, critica al Gobierno español y por la otra brinda apoyo a los gobiernos afines de América Latina. Una fórmula que logró movilizar a su base de votantes, pero que ha empezado a crecer cuando las desavenencias con Sumar —y la consecuente decepción de la izquierda— se han publicitado. Así, después de una larga época estancada en torno a las 75.000 visualizaciones, La Base ha crecido un 50% en los últimos diez meses, marcando nuevos máximos cada 30 días.

"El momento de Canal Red es muy bueno. En un escenario de crecimiento de la ultraderecha, muchas personas están mirando hacia el canal, que da visibilidad a activistas de distintas sensibilidades, para descansar de la locura que se lee todos los días en los medios. Con todo, no deja de ser gracioso que Canal Red, que para mí forma parte de la estructura de Podemos, dedique tanto tiempo a criticar a Sumar, que son en esencia sus hijos, una formación que ha crecido mamando de su pecho", dice Camargo.

Sin embargo, el tirón más fuerte del canal viene de Latinoamérica. Para esto se fichó a la periodista Inna Afinogenova, procedente de los medios controlados por el Kremlin, que ha conseguido mover a gran parte de su público latino hacia el canal morado. De modo que, aprovechando la victoria de Trump en Estados Unidos, Iglesias se ha animado a abrir una delegación en México, cuya implantación dirigirá personalmente junto a Afinogenova.

¿Qué busca Iglesias en Latinoamérica? Para Bayón, proyección y lealtades: "La imagen de Podemos, y por extensión de sus líderes, no ha sufrido el mismo desgaste en Latinoamérica. Allí no han sufrido en constante ataque mediático de España y siguen teniendo una imagen pública muy potente. Veo lógico que cada vez miren más a esta parte del mundo, porque es un mercado por explorar y les puede servir para acercarse a algunos presidentes de ideología similar".

"Si miramos al pasado de Iglesias veremos que lo que busca en Latinoamérica es dinero"

Para el exdiputado morado es una cuestión más pragmática: "Siempre que un español va a Latinoamérica, ya sea un empresario, un artista o un político, lo que busca es dinero. Los artistas quieren llenar estadios, los empresarios ampliar mercado y los políticos, por norma general, hacer dinero con charlas o encontrar financiación. No sé exactamente cuál es el plan de Podemos allí, pero el pasado de Iglesias y su entorno nos adelanta que seguramente tenga fines económicos".

Este periódico ha contactado con distintos miembros de la ejecutiva de Podemos, sin obtener respuesta.

Con la sombra de las elecciones sobrevolando cada ley que se lleva al Congreso, todo indica que este año veremos un recrudecimiento de las hostilidades hasta niveles nunca vistos entre Podemos y Sumar. Una batalla que, al final, librarán Yolanda Díaz e Irene Montero, enfrentadas por el veto a incluir a la segunda en las listas de la coalición. "Para una parte de la izquierda, Montero es ahora la líder más carismática del espacio político y, para mí, es también el principal valor de Podemos. Además, se enfrenta a una Yolanda Díaz que no es la de antes, que no sabemos si está o no, porque dimitió de su cargo tras las Europeas, pero parece que sigue siendo la que da las órdenes en Sumar", concluye Bayón.

"Sumar está abocada a la desaparición", sentencia Camargo, de Anticapitalistas. "Heredó el gran problema de Podemos, el hiperliderazgo, y lo ha llevado hasta el extremo con Díaz. Es una coalición de partidos en la que las decisiones las toma una persona. Es obvio que el modelo ha fracasado y que ha de surgir una nueva izquierda que vuelva a conectar con la sociedad. Ese es el espacio que quiere recuperar Podemos, pero tendría que ser el primero, el de la lucha social, no esta formación que solo tiene fines electoralistas".

Hace ahora cuatro años que Pablo Iglesias se subió por última vez al atril y, parafraseando a Silvio Rodríguez, anunció su retirada de la política. En aquel momento, la mayor parte de sus votantes —que llegaron a ser cinco millones— creyeron estar ante el final de Podemos, el proyecto del 15-M que consiguió ocupar la vicepresidencia del Gobierno de España.

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