Las maniobras de Exteriores con los empresarios de Ceuta y Melilla para no hablar de las aduanas
Los presidentes de las patronales de ambas ciudades lograron, por fin, una cita en el ministerio, pero su interlocutora, la directora de diplomacia económica, les dijo que ella carecía de competencias para abordar el tema
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Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla, lleva tiempo solicitando al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que viaje a su ciudad y a Ceuta para explicar el misterio de esas aduanas con Marruecos, cuya apertura ansía desde que el presidente Pedro Sánchez la anunció desde Rabat en abril de 2022, pero que no acaban de ponerse en funcionamiento.
La delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, declaró abierta la aduana de su ciudad después de que el 15 de enero entrará, por fin, en Marruecos una furgoneta con algunos pocos productos de exportación. Fue la primera y la última hasta ahora. En Ceuta, en cambio, todos los intentos de exportación han fracasado por ahora. Por supuesto, nadie tramitó desde Marruecos la exportación de mercancía alguna a las dos ciudades que muchos políticos marroquíes describen como “ocupadas”.
Albares no cruza el Estrecho ni tampoco tiene previsto comparecer en el Congreso para aclarar el enigma de las aduanas, como lo solicita el PP. Sacó, eso sí, pecho en Onda Cero el lunes de que haya sido “este Gobierno el primero que plantea una aduana en Ceuta y que se reabra la de Melilla” que Rabat cerró de un plumazo en agosto de 2018 sin que la diplomacia española protestase por este gesto inamistoso. Llevaba siglo y medio funcionando con absoluta normalidad.
Enrique Alcoba y su homóloga en la patronal de Ceuta, Arancha Campos, optaron entonces por pedir cita en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid para que les aclaren aquello que las delegadas del Gobierno en sus respectivas ciudades no acaban explicar: ¿Por qué no abren de una vez las prometidas aduanas con Marruecos? ¿Cómo funcionarán el día en que, por fin, se pongan en marcha? ¿Se restablecerá el régimen de viajeros? Ese régimen es el que permite al turista cruzar la frontera con un souvenir o al residente en las ciudades hacerlo con unos pequeños regalos para parientes y familiares que viven Marruecos.
Se les concedió, por fin, cita el miércoles 22 por la tarde y allí se presentaron, en la madrileña plaza del Marqués de Salamanca. Les recibió Ana Esmeralda Martínez Sáez, directora general de diplomacia económica, quien mostró su sorpresa porque quieran abordar el asunto de las aduanas. Ella, les dijo, no tiene ninguna competencia en esa materia. La interlocutora adecuada es Carmen Margariños, directora general para el Magreb, Mediterráneo y Oriente Próximo, que no estaba disponible. La reunión se dio por terminada.
“Como el ministerio no tienen nada que decirles, porque el asunto aduanero sigue en el fondo bloqueado, han enviado a ambos empresarios a la ventanilla equivocada para no darles explicaciones”, recalca al teléfono un diplomático al corriente de la cita. Ni siquiera les facilitaron la breve lista de productos que podrán ser exportados o importados que publicó el diario El País.
El que aseguró no saber nada es esa reunión sobre aduanas es, preguntado por El Confidencial, Antonio Asencio, director de Comunicación del Ministerio de Asuntos Exteriores. Acompañaba el miércoles a su ministro en el Foro Económico Mundial. Aconsejó al periodista dirigirse a la subdirección de su departamento que, al cabo de tres horas, contestó: “Tan pronto como sea posible analizaremos su solicitud de información”, y no volvió a manifestarse.
La cita con los empresarios fue el miércoles y, el jueves, le tocó el turno al presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas. Él tuvo derecho a ser recibido por el ministro Albares, pero no por eso obtuvo muchas más explicaciones. El ministro no le reveló cuándo arrancarán de verdad, ni cómo serán esas “aduanas del siglo XXI”, como él mismo las ha descrito. Después, Albares llamó por teléfono a Juan José Imbroda, el presidente de Melilla, al que expresó su “compromiso” con la ciudad “en todo lo que sea beneficioso para ella, incluido el paso de mercancías”.
Acabo de mantener una conversación telefónica con el presidente de Melilla, Juan José Imbroda. Le he trasladado mi compromiso con la Ciudad Autónoma en todo lo que sea beneficioso para ella, incluido el paso de mercancías.
— José Manuel Albares (@jmalbares) January 23, 2025
Marruecos arrastra los pies desde hace casi tres años con relación a las aduanas. Quizás no quiera abrirlas porque podría ser interpretado como un pequeño paso hacia el reconocimiento de la soberanía española sobre esas dos ciudades a las que lleva años asfixiando económicamente, incluso después de que Sánchez respaldará en 2022 la solución que propugna el rey Mohamed VI para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.
Quizás también quiera algo más a cambio de su apertura como que Sánchez se alinee con el presidente Donald Trump que reconoció, en diciembre de 2020, la soberanía de Marruecos sobre la antigua colonia española o incluso que España le transfiera de una vez el control del espacio aéreo del Sáhara que sigue ejerciendo desde Las Palmas de Gran Canaria. Ahora que ha vuelto a la Casa Blanca, el amigo de Marruecos es quizás el momento de sacar más provecho al vecino español.
Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla, lleva tiempo solicitando al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que viaje a su ciudad y a Ceuta para explicar el misterio de esas aduanas con Marruecos, cuya apertura ansía desde que el presidente Pedro Sánchez la anunció desde Rabat en abril de 2022, pero que no acaban de ponerse en funcionamiento.