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Golpe al narcotráfico internacional asentado en Cataluña: hasta 18 años de cárcel y multas millonarias
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Golpe al narcotráfico internacional asentado en Cataluña: hasta 18 años de cárcel y multas millonarias

La Audiencia Nacional sentencia a una organización que contaba con un laboratorio ubicado en una nave industrial de 4.000 metros cuadrados y un infiltrado en Mercabarna

Foto: Una operación de la UDYCO de la Policía Nacional contra el narcotráfico. (Interior)
Una operación de la UDYCO de la Policía Nacional contra el narcotráfico. (Interior)

La Justicia española ha asestado un golpe a una red de narcotráfico internacional que se había asentado en Cataluña. La Audiencia Nacional ha condenado con penas que van desde los tres hasta los 18 años y medio de cárcel a dieciocho miembros y colaboradores de una organización integrada por colombianos, españoles y dominicanos, un ciudadano lituano y otro rumano. La sentencia a la que ha tenido acceso El Confidencial impone además multas que superan los 14 millones de euros para los cabecillas.

Los jueces detallan en la resolución de 152 folios los seguimientos policiales que permitieron identificar a los miembros de esta red. Se les incautó una cantidad de droga que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de superior a 7 millones de euros. La Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (UDYCO) de Tarragona seguía los pasos de este grupo desde 2019 y los indicios se confirmaron cuando detectaron que iban a recibir un cargamento de sustancias químicas destinadas a la confección de cocaína.

Vigilancias policiales detectaron que el material llegó en mayo de 2020 a una ferretería de la localidad catalana. Su dueño ni siquiera sabía lo que pasaba en su trastienda. Luego la organización tenía su laboratorio en una nave industrial de 4.000 metros cuadrados con varias instancias a la que solo se accedía por un camino de tierra. Estaba ubicada en la Masia de Can Moncau, en la localidad barcelonesa de Lliça d’Amunt. La siguiente fase de la investigación policial lleva, semanas después, hasta el bar Salama de Tarragona.

En ese local se produjo una reunión entre dos de los investigados que tenía por objeto organizar la venta de la droga. Lo que no sabían los narcotraficantes es que la Policía ya les estaba vigilando y pudieron monitorizar los siguientes movimientos de la organización. No fue la única cita controlada por los investigadores. También hubo más traslados de material a la nave de Barcelona.

Foto: Incautación de 9,5 toneladas de cocaína en Algeciras. (EFE/A.Carrasco Ragel)

En ocasiones recibieron directamente sustancias estupefacientes mezcladas con sustrato de coco que separaban en el laboratorio. Contaban con la colaboración de un viejo conocido de los agentes de la lucha contra el crimen organizado. Se trata de un individuo afincado en Totana (Murcia) con experiencia en contactar con narcos colombianos y meter droga en Europa a través del puerto neerlandés de Róterdam.

La Policía Nacional fue anotando cada matrícula de los coches que entraban y salían de la nave industria de Barcelona y de otras que tenía la organización. Muchos de los vehículos eran de alta gama. En la investigación también han tenido en cuenta las escuchas telefónicas y el análisis de las empresas pantalla que usaban para blanquear las ganancias cosechadas con su actividad.

Foto: Una operación antidroga en Róterdam. (EFE)

La cocaína ya preparada se almacenaba después en otros puntos. Tenían otra nave industrial en eh San Vicent de Castellet (Barcelona) y otra en el polígono del Bulfavent, en Manresa. La Policía procedió a entrar y registrar todos estos lugares con la autorización del Juzgado de Instrucción número 3 de Tarragona.

Encontraron 20 kilos de cocaína con una pureza del 70 %. Esa cantidad en el mercado ronda los 2 millones de euros, según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico. También incautaron 10 kilos de sustrato de coco procedente de Colombia.

Las áreas del laboratorio

La Policía describe en sus informes las distintas áreas con las que contaba este laboratorio. Primero estaba la “zona de precipitación”. Este lugar era donde la red introducía en acetona o amoniaco, la materia prima impregnada en el sustrato de coco.

Foto: El sueco Jonas Sture Falk en una detención previa. (Cedida)

Luego estaba la zona de filtrado, donde una vez ya separada la droga convertían la pasta base de coca en la cocaína como tal. Por último estaba la “zona de prensado”. Allí tenían una prensa hidráulica y un molde con el que hacían los bloques finales y su empaquetado para la venta. En el lugar había cubos, garrafas, cuencos, coladores y todo tipo de artilugios para la confección de la droga. Tras ser analizados por los especialistas, arrojaron múltiples rastros de cocaína.

En una de las naves descubrieron también que tenían una plantación indoor de marihuana con 1.154 plantas de un metro y 20 centímetros de altura en estado de floración. Habrían alcanzado 262.000 euros en el mercado. La Policía también se desplazó hasta Murcia para registrar las pertenencias del colaborador de Totana y se incautaron de una narcolancha valorada en 400.000 euros.

En el grupo había viejos conocidos de los expertos de la lucha contra el narcotráfico, uno de ellos apellido ilustre como Escobar, aunque sin relación con el histórico narcotraficante colombiano. También contaban con un trabajador de Mercabarna que se encargaba de separar las cajas de la organización que llegaban por vía marítima. Había un acusado que actuaba condicionado por su adicción a las drogas y uno de ellos dijo en el juicio que las sustancias químicas que le incautaron eran para construir pistas de tenis.

En el banquillo se sentaron hasta 22 acusados, pero cuatro de ellos han resultado absueltos por falta de pruebas. Uno de ellos, defendido por el despacho Ospina Abogados, fue sorprendido cuando iba a entrar en una de las naves controladas por la policía, pero los jueces han determinado que no existen pruebas suficientes para ubicarle como miembro de la organización. La sentencia la ha dictado la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y ha sido ponente el magistrado Jesús Eduardo Gutiérrez.

La Justicia española ha asestado un golpe a una red de narcotráfico internacional que se había asentado en Cataluña. La Audiencia Nacional ha condenado con penas que van desde los tres hasta los 18 años y medio de cárcel a dieciocho miembros y colaboradores de una organización integrada por colombianos, españoles y dominicanos, un ciudadano lituano y otro rumano. La sentencia a la que ha tenido acceso El Confidencial impone además multas que superan los 14 millones de euros para los cabecillas.

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