La pinza sobre Junts que complica la vida económica al PSOE
Los cambios que se están viviendo en las derechas afectan de manera expresa al partido de Puigdemont, que debe hacer equilibrios para no perder foco
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Las relaciones del PSOE con Junts están atadas con lazos débiles, que de momento resisten por confluencia de intereses. La presión negociadora de los catalanes sobre los socialistas, tensando al máximo sin llegar a romper, responde a varios propósitos, algunos internos y otros de futuro.
En este interjuego, Aliança Catalana tiene un papel más relevante de lo que parece, no solo por la cuota de poder catalán que puede robar a Junts, sino por lo que empuja a Junts hacia posiciones ideológicas menos favorables a Sánchez.
De momento, el ascenso evidente de Aliança en las encuestas tiene razones objetivas, pero también bases frágiles. Le beneficia el discurso de fondo frente a la inmigración, que va con el signo de los tiempos, y que encaja mal con la orientación dominante en la derecha catalana. En segunda instancia, juega a su favor el factor geográfico, con el nuevo papel electoral, habitualmente contrahegemónico, de las ciudades pequeñas y del entorno rural. Aliança tiene un amplio margen para crecer en esas poblaciones. Por último, y no menos importante, en el simpatizante de Junts todavía queda el resquemor de la traición a la causa independentista, lo que puede aprovechar Orriols. Aliança es un partido cuyo ideario va en la línea de las derechas populistas y extremas internacionales y la época parece convenirle.
El auge de Aliança lleva a que Junts sea más hostil con la inmigración, pero también que incremente la tensión negociadora con el PSOE
Sin embargo, es una formación con debilidades significativas. Los momentos de auge para los partidos pequeños son complicados, porque atraen a toda clase de personas y, dado que las estructuras no están asentadas, es fácil que aparezcan líderes locales extravagantes o inconvenientes. Cuando en la organización se da espacio a la horizontalidad, ese mal se agrava. Vox vivió ese momento, pero la configuración del partido, con unos estatutos que protegen contra las baronías, le ha permitido fijar una dirección sin contestación. Aliança carece de ese cortafuegos. A pesar de todo, sus opciones de crecimiento son elevadas, en especial en el corredor Vic-Ripoll-Olot-Figueres.
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La conciencia del agujero que puede abrir Orriols ayuda a que Junts modifique sus posiciones. En un sentido, porque ha decidido mostrarse más hostil con la inmigración, e incluso ha reclamado al Gobierno la cesión de las competencias en ese ámbito. En otro, porque favorece el incremento de la tensión con los socialistas: defender el soberanismo catalán frente al PSOE le hace mucho más visible entre ese electorado, proyecta una sensación de influencia de la que Aliança carece y contribuye a frenar la expansión de los de Orriols en los entornos urbanos.
Combatiendo a su diestra
Esa relación de cercanía y enfrentamiento con el PSOE conviene a Junts, por lo que es difícil que abandone una posición de la que saca réditos. Pero, al mismo tiempo, debe ir preparando el futuro, lo que hace pensar que este equilibrio tiene fecha de caducidad. Los de Puigdemont quieren marcar distancias respecto de Aliança por dos caminos. Por una parte, como la mayoría de las derechas del establishment occidental, están acogiendo los discursos de los competidores de su espectro político con mayor o menor sinceridad. No sería extraño ver a Junts todavía más duro con la inmigración en los tiempos venideros.
Junts cree que los tiempos próximos pertenecerán a las derechas: estamos ante un cambio tectónico
La otra parte, la que tiene más relevancia, pone el foco en la economía: Junts es un partido de derechas y quiere ejercer como tal. La insistencia en ese campo no solo puede recordar a su electorado lo que fue Convergencia en un momento determinado, sino que contribuye a que sus votantes urbanos perciban una diferencia clara respecto de Orriols: un partido más responsable en lo económico y, por tanto, más aceptable. Fijar el sello “derecha” en sus propuestas le otorga una identidad menos disputada en el territorio catalán. Es lógico, por tanto, que en las negociaciones con el PSOE, todo aquello que suene a socialismo económico no sea aceptado por los de Puigdemont, lo que supone una dificultad añadida para el complicado equilibrio de Sánchez con sus socios.
El espacio de la derecha
Lo determinante de este posicionamiento más ideológico no es el presente, sino el futuro. Junts cree que los tiempos próximos pertenecerán a las derechas. No se trata solo de que Sánchez esté más o menos débil y se perciba el probable triunfo del PP, sino de que creen que están ante un cambio tectónico y deben posicionarse de manera clara: no pueden quedar atrapados en una suerte de frente popular.
Y ya que deben jugar en el espacio de la derecha, llegará el instante en que tendrán que dejar claro que no van a ir de la mano de los socialistas y de sus políticas económicas y que pertenecen al ámbito en el que siempre han estado, la derecha neoliberal. Ese puede ser el punto de entendimiento con el Partido Popular, el puente que se tienda entre ambos.
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Sin embargo, todo esto tiene un factor perturbador, Vox. O, vale decir, Trump. La nueva economía que los republicanos anuncian tiene aquí su valedor máximo en el partido de Abascal. No hay que perder de vista que, como en el resto de Europa, en España apunta en el horizonte un entendimiento entre las derechas tradicionales y las soberanistas De momento, el PP mira hacia Bruselas y Vox hacia Washington, pero lo lógico es que ambos partidos terminen alineados con las políticas económicas estadounidenses a medio plazo. Ya hay señales de ello. Ese movimiento volvería a dejar a Junts fuera de juego, cogido entre las derechas de Vox y de Aliança. Esa es la pinza que quieren evitar, y lo tienen complicado.
Las relaciones del PSOE con Junts están atadas con lazos débiles, que de momento resisten por confluencia de intereses. La presión negociadora de los catalanes sobre los socialistas, tensando al máximo sin llegar a romper, responde a varios propósitos, algunos internos y otros de futuro.