La eliminación de las golden visa no tendrá efecto en la venta de viviendas de lujo en Baleares
El archipiélago concentra el 25% de los inmuebles de lujo y el 35% de superlujo de toda España. Las inmobiliarias aseguran que esta fórmula apenas ha tenido peso en la compra de este tipo de viviendas
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La eliminación de las golden visa por la compra de una vivienda de más de 500.000 euros, no tendrá consecuencias en el mercado inmobiliario de Baleares, según apuntan fuentes del sector. Hace una década, cuando comenzó a aplicarse la fórmula -la obtención de un permiso de trabajo y residencia para extranjeros previa adquisición de un inmueble-, el contexto era otro. La crisis empujó a la búsqueda de inversiones a través de diferentes estímulos, y el de la vivienda fue uno. Ahora, apuntan las mismas voces, resulta innecesario para la captación de capital extranjero y su supresión tampoco tendrá efectos para facilitar el acceso a la vivienda a la población residente.
"Hay un exceso de demanda en el archipiélago para la compra de vivienda de lujo y de súper lujo”, explica el presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIS) de Baleares, José Miguel Artieda. La mayor parte, señala, son originarios de algún país de la Unión Europea, si bien la adquisición de este tipo de viviendas comienza a despuntar entre los americanos. Son compradores, remarca Artieda, que no necesitan una golden visa, simplemente adquieren una casa para un uso particular vacacional y, en algunos casos, como una inversión para alquilarlas después.
En la misma línea incide Hans Lenz, presidente de la Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional, ABINI, y director de Engel & Völkers Mallorca. En 2013, los compradores de vivienda de lujo para la adquisición del visado procedían, sobre todo, de Rusia, China y Oriente Medio. Las casas que compraban no era para uso propio, sino para ponerlas directamente en alquiler, como inversión. El perfil ha ido cambiando a lo largo de los años y tras el Brexit y la pandemia, los grandes interesados han sido ciudadanos de Reino Unido y algún que otro inversor estadounidense.
Si en 2020 se concedieron 40 visados en el archipiélago, en 2023, último año del que hay cifras disponibles, fueron 353. En cuatro años, se han multiplicado por ocho, según los datos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social. Sin embargo, para ABINI, estos 353 compradores no son una cifra significativa frente a las más de 4.000 operaciones anuales que se pueden llegar a cerrar en un año en el segmento de la vivienda de lujo (una de cada diez en su momento álgido) y de las 15.000 compraventas a nivel general. Es un porcentaje pequeño que no creen que haya podido repercutir en el acceso a la vivienda por parte de los residentes en Baleares y el incremento de precios de la misma en los últimos años, de hasta un 20% en el último ejercicio, según el informe anual de precios de venta de pisos.com.
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Dentro de España, Baleares es la quinta provincia con más autorizaciones para las golden visa tan solo por detrás de Barcelona, Madrid, Málaga y Alicante. El presidente de ABINI recuerda que cuando se creó la figura, el sector pensó que se multiplicaría el negocio, pero el contexto internacional, la falta de promoción en el extranjero y el hecho de que España fuera uno los países en los que el capital a desembolsar fuera mayor, han hecho que esta fórmula no tuviera grandes repercusiones. Lenz precisa que en Portugal, Grecia, Hungría e Italia ofrecieron mejores condiciones, entre ellas, una contribución mínima de 250.000 euros, la mitad que en España.
Lenz sostiene que todos estos factores han hecho que la herramienta no fuera interesante para el comprador de alto poder adquisitivo. "La amplia mayoría del segmento premium compra este tipo de viviendas para uso propio, no para obtener la golden visa", zanja. No obstante, en términos económicos no se puede obviar que en los últimos cuatro años se han multiplicado por ocho las concesiones, generando más ingresos vía impuestos para la administración, además de beneficiar a los sectores de la construcción, decoración e incluso restauración.
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Sin embargo, el sector coincide en que la eliminación de estos visados tiene sus lagunas si lo que se pretende es facilitar el acceso a la vivienda al conjunto de la población, tal y como anunció Pedro Sánchez. El presidente defendió que el fin de la medida era “garantizar que la vivienda sea un derecho y no un mero negocio especulativo”. La herramienta ha contribuido al crecimiento del sector inmobiliario en Baleares, pero lo ha hecho en un segmento, el del lujo, lejos de las posibilidades de muchos residentes.
El sector sostiene, por un lado, que las viviendas de alto standing se seguirán vendiendo porque hay un mercado altamente interesado y, por otro, no significa más disponibilidad para le conjunto de la población, tampoco una reducción significativa de compradores para poder acceder con más facilidades a una casa. Coincide en el diagnóstico el catedrático de Geografía de la Universidad de Baleares, Macià Blázquez. Para el experto, esta medida, con el objetivo de atraer personas con mayor poder adquisitivo en los años de crisis, ha significado “mercantilizar el acceso a la nacionalidad, poner una alfombra roja a los ricos y olvidarse de la población residente y clases desfavorecidas”. Blázquez precisa que se ha permitido el acceso a la nacionalidad solo para las élites, mientras que a los inmigrantes “se les niega o se les trata de ilegales” y, al mismo tiempo, se ha dejado a un lado los intereses de la población local.
La eliminación de las golden visa por la compra de una vivienda de más de 500.000 euros, no tendrá consecuencias en el mercado inmobiliario de Baleares, según apuntan fuentes del sector. Hace una década, cuando comenzó a aplicarse la fórmula -la obtención de un permiso de trabajo y residencia para extranjeros previa adquisición de un inmueble-, el contexto era otro. La crisis empujó a la búsqueda de inversiones a través de diferentes estímulos, y el de la vivienda fue uno. Ahora, apuntan las mismas voces, resulta innecesario para la captación de capital extranjero y su supresión tampoco tendrá efectos para facilitar el acceso a la vivienda a la población residente.