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La disyuntiva de Feijóo con el decreto ómnibus: subir las pensiones o 'mano dura' con Sánchez
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PLENO DE INFARTO

La disyuntiva de Feijóo con el decreto ómnibus: subir las pensiones o 'mano dura' con Sánchez

El Gobierno señala avances con Junts para superar la crisis y espera aprobar el decreto, precisamente porque es muy difícil para Génova y para Puigdemont tumbarlo. Moncloa no ha descolgado el teléfono para tantear al PP

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso (EFE / Javier Lizón)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso (EFE / Javier Lizón)
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El Gobierno hace cuentas para el primer y decisivo pleno de 2025. Y de momento no salen. Carles Puigdemont aún no ha desvelado si bajará o no el pulgar y la presión se desvía hacia el tejado de Génova. Si Junts falla, sus votos serán clave para salvar el decreto ómnibus. Alberto Núñez Feijóo tiene ante sí una importante disyuntiva. Porque el PP comparte el fondo de algunas de las grandes medidas anticrisis que incluye el paquete legislativo, como la revalorización de las pensiones o las ayudas a los afectados por las inundaciones de Valencia. Pero a nadie en el partido se le escapa que puede volver a tener en sus manos la oportunidad de empujar a Pedro Sánchez a otra dolorosa derrota parlamentaria.

En la cúpula del PP nunca ha desafinado el grueso de las medidas económicas y sociales que incluye el decreto. Feijóo ya se comprometió a facilitar con sus votos todas las medidas del Gobierno encaminadas a apoyar económicamente a la Comunidad Valenciana. Y su partido, al igual que el PSOE, defiende la subida de las pensiones conforme al IPC para no descuidar al grueso de la masa electoral del bipartidismo. Pero Génova desprecia las "trampas" del Ejecutivo, que ha incluido en el mismo decreto el traspaso de la propiedad de la actual sede del Instituto Cervantes en París al PNV, y cuya cesión ha levantado un enorme malestar en las filas del PP.

Génova guarda bajo llave el sentido de su voto. Sólo con su abstención, el decreto anticrisis saldría adelante. Y todo apunta a que la dirección del PP no despejará la incógnita hasta el mismo momento de la votación de este miércoles. Primero, porque prefieren esperar a la decisión final de Junts para calibrar el peso de sus votos. Y, segundo, por su intención de llevar al Gobierno a una nueva situación de estrés. "No les vamos a dar pistas", sugieren. Fuentes de la dirección aseguran que, hasta el momento, ni desde la Moncloa ni desde el PSOE han levantado el teléfono para tantear su posición final.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Eduardo Parra)

Este miércoles, el Congreso debe convalidar tres reales decretos del Ejecutivo. No habrá emoción en el nuevo impuesto a las energéticas, que ya nació muerto y que quedará enterrado en el 'no' de la mayoría conservadora del hemiciclo, incluyendo a PNV y Junts. Y Feijóo ya anunció hace días que votarían a favor del segundo decreto que también tiene que ver con las jubilaciones, y que supone una mejora de la compatibilidad de las pensiones con el trabajo. El líder del PP, que no suele adelantar este tipo de posiciones, aprovechó para hacer un guiño a la patronal y marcó la directriz que el partido seguirá a pies juntillas en el Congreso.

Pero el decreto ómnibus es el gran enigma. Y el PP entonó este martes, en la víspera de la votación, un durísimo alegato contra el "regalo" del Gobierno al PNV que, a priori, enfría las opciones de que el primer partido de la oposición acabe facilitando el paquete de iniciativas. El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, no sólo calificó de "miserable" y "asqueroso" el traspaso del palacete, sino que rompió todos los puentes, presentes y futuros, con el PNV, a los que tildó de "aprovechateguis". "Para eso ha quedado el PNV, para sacarle al Gobierno los ojos si hace falta para sacar beneficio partidista", estalló.

En Génova precisan que si el decreto sólo incluyese la cesión del edificio, tasado en 15 millones de euros, su voto sería claramente contrario. Pero el paquete incluye más medidas que a esta hora sitúan al PP en el plano de la indecisión. Además de las mencionadas anteriormente, el decreto también incorpora la prórroga de las bonificaciones en el transporte público o la prohibición de cortar los suministros básicos a personas vulnerables. En la dirección popular trasladan que, independientemente de su voto este miércoles, estudiarán "todas las vías" para intentar obstaculizar el mencionado traspaso al PNV.

El Gobierno, a ciegas

A pesar de la absoluta incertidumbre sobre lo que puede suceder en la votación, el Ejecutivo se agarra a que el real decreto ley no puede caer. Aseguran incluso que no lo esperan. La Moncloa se instala de nuevo en el límite de sus deseos. La realidad es que permanecen a ciegas respecto a lo que pueden hacer tanto Junts como el PP, pero tiene fe en que ambos lo convaliden.

Esa pulsión se sostiene en que el decreto ómnibus incluye la subida del 2,8% de las pensiones y creen que ninguno de los partidos puede estar en desacuerdo. "¿Por qué van a votar en contra? El único motivo para tumbarlo es darte el gusto", explican en el Gobierno. Desde la Moncloa se valora también que el resto de medidas del texto son asumibles para todos los grupos parlamentarios.

El problema es que desde hace semanas atraviesan por su peor crisis con Junts y los posconvergentes no dan señales de que la relación haya mejorado, a pesar de que este lunes el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, viajó a Bruselas para mantener un encuentro con Carles Puigdemont. En su afán posibilista, el Ejecutivo sí mantiene que están "avanzando" en las conversaciones. Distintas fuentes del Gobierno dan a entender que los contactos prosiguen con Junts, a varios niveles, a pesar de que el viernes pasado Puigdemont suspendió las negociaciones sectoriales y exigió la reunión en Suiza con el mediador internacional. E insisten en no darlo todo por perdido.

Foto: El presidente de Junts, Carles Puigdemont, durante la rueda de prensa en Bruselas. (EFE/Olivier Hoslet)

El ministro de Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, defendió públicamente que "como suele pasar con las convalidaciones de estos reales decretos leyes, por supuesto que hay conversaciones". Mi trabajo, añadió, es "hablar con los grupos parlamentarios, buscar puntos de equilibrio, buscar acuerdos". Pero, aunque sin el respaldo de Junts, este real decreto ley depende absolutamente de lo que haga el PP, no se ha producido ninguna llamada.

En el Ejecutivo piensan que se trata de apoyar o no, que al tratarse de un real decreto ley que hay que convalidar, no existe margen de negociación. Por eso, y porque siguen centrados en la reconciliación con Junts, no se ha descolgado el teléfono para conversar con Génova.

El Gobierno hace cuentas para el primer y decisivo pleno de 2025. Y de momento no salen. Carles Puigdemont aún no ha desvelado si bajará o no el pulgar y la presión se desvía hacia el tejado de Génova. Si Junts falla, sus votos serán clave para salvar el decreto ómnibus. Alberto Núñez Feijóo tiene ante sí una importante disyuntiva. Porque el PP comparte el fondo de algunas de las grandes medidas anticrisis que incluye el paquete legislativo, como la revalorización de las pensiones o las ayudas a los afectados por las inundaciones de Valencia. Pero a nadie en el partido se le escapa que puede volver a tener en sus manos la oportunidad de empujar a Pedro Sánchez a otra dolorosa derrota parlamentaria.

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