El polémico interrogatorio del juez a Mouliaá: "Es que no entiendo por qué se sintió violentada"
“¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?”, le preguntó el magistrado, que usó un tono duro ante las respuestas de la denunciante: “¿Pero le dijo que parara?”
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“Algunas preguntas pueden ser inconvenientes, pueden ser molestas, pero no tiene más remedio que contestar”. De este modo inició el juez Adolfo Carretero la semana pasada su interrogatorio a Elisa Mouliaá, la mujer que denunció por agresión sexual al exportavoz de Sumar Íñigo Errejón. Durante la comparecencia, el magistrado adoptó un tono duro y escéptico ante la denunciante y en varias ocasiones le preguntó por qué no paró a Errejón. “Es que no entiendo por qué se sintió violentada”, le llegó a decir en un momento de la declaración. “¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?”, le preguntó minutos después a una Mouliaá visiblemente incómoda.
Mouliaá comenzó ratificándose en su denuncia policial y contó que un año antes de los supuestos hechos, Errejón comenzó a contestarle a historias de Instagram. En septiembre de 2021, le invitó entonces a la presentación de su libro en Madrid y luego fueron a la calle Escalinata, donde estuvieron menos de una hora tomando algo. “Yo no tenía mucha conexión con él, me sentí un poco incómoda y decidí ir a una fiesta de mi amiga Soraya con unos amigos en la calle Modesto Lafuente. Le invité por cortesía y, para mi sorpresa, me dijo que sí. Él pidió un coche, creo que fue un taxi”, declaró.
El juez se interesó por las condiciones que, según la denuncia, Errejón le puso antes de entrar a la fiesta. Carretero las calificó de “absurdas y ridículas”. Una de ellas era que Mouliáa no se podía alejar mucho y que le tenía que dar un beso. “¿Y usted por qué no le dijo que esas condiciones no las podía cumplir o que le parecían absurdas?”. Mouliaá contestó que el político se las dijo poco antes de llegar y que no supo cómo reaccionar: “Me quedé un poco cortada, me entró como risa nerviosa, me sentí bastante violentada”.
El juez le hizo un comentario poniendo en duda su capacidad para reaccionar: “Pero, vamos a ver, usted es una persona que está acostumbrada a tratar con el público, ¿no? Usted es actriz. No es capaz de decirle: ‘¿Por qué me dices esto?’. Es que no lo entiendo por qué se sintió violentada”.
Mouliaá le dijo entonces que ella interpretó esos comentarios de Errejón como “fuera de lugar”, como una manera de “bromear” o intentar “saltarse como diez pasos de una manera bastante torpe”, pero que lo quiso “pasar por alto en ese momento”. El magistrado continuó con el tono anterior: “¿Bromear? Ya. Pero dice usted que tenía una actitud seria, fría. ¿Cómo es que estaba bromeando si tenía una actitud seria cuando salía del taxi? Ah, creía que estaba bromeando, bien...”, le replicó el juez con un resoplido y sin dejar terminar la explicación a la denunciante
Un intercambio parecido se produjo en la siguiente escena que relató Mouliaá en su denuncia policial, en la que contó que Errejón le dio un beso en el ascensor del edificio sin su consentimiento. “¿Pero usted le dijo algo? ¿Le dijo ‘no hagas eso’? Se apartó, ¿pero le dijo algo?”, le interpeló el juez. Mouliaá trató de dar contexto a la escena para responder a las preguntas del magistrado: “En ese momento se abrieron las puertas…”. El magistrado cortó de nuevo a la denunciante: “Ah, se abrieron las puertas en ese momento, vale”.
Otro punto clave del interrogatorio fue cuando Mouilaá relató la escena de la habitación en la que, según su relato ante la Policía Nacional, Errejón le empujó sobre una cama y se sacó "su miembro viril". En el juzgado, Mouliaá declaró que en todo momento notó “una actitud dominante”.
El juez retomó sus preguntas: “Dice que le quitó el sujetador, eh, y le decía la frase de ‘cómo me pones’, etcétera. Y además dice usted que este señor la empuja sobre la cama. ¿Pero usted le dijo que parara?”. De nuevo Mouliaá trató de contestar y narró que le dijo a Errejón que se estaba sintiendo muy incómoda, pero esa reacción no le valió al juez: “No, muy incómoda, no. ¿Le dijo que ‘no me toques’?, ¿le dijo algo de eso?”. Mouliaá contestó que “después sí”.
“Pero estamos en el asunto de que la tira en la cama –continuó el magistrado– y ahí, según usted, se sacó el miembro viril, ¿para qué se sacó el miembro viril, sabe usted por qué?”. La denunciante contestó que lo hizo para violentarla. “¿Pero le intentó a usted bajar las bragas o algo?”, se interesó el magistrado. “Dice usted que se sintió paralizada y no consintió nada, ¿cuánto tiempo duró el tiempo que estuvo chupándole las tetas, tocándole el culo y todo eso?”. Mouliaá no supo darle una estimación de tiempo y explicó que a ella se le hizo “eterno”.
“Es que es raro que usted no diga nada”, le insistió de nuevo el magistrado, quien le manifestó su escepticismo sobre el hecho de que después se fuera a casa del propio Errejón: “No se entiende que siguiera con este señor”. Mouliaá admitió que había bebido mucho esa noche y que no estaba acostumbrada a tanto alcohol porque había dado a luz hacía un año. Entonces el juez le llamó la atención respecto a que en su denuncia aportó mucha información, pero obvió que hubiese bebido esa noche.
Carretero también le preguntó por qué había tardado tanto en denunciar. Ella le dijo que por miedo y apuntó a que las denuncias anónimas que comenzaron a publicarse en redes el pasado octubre le animaron a dar el paso: "Me doy cuenta del psicópata que es. Dije: 'Este tío es un hijo de puta, que es lo que es'", afirmó. "Señora, está usted ante un tribunal. Lo de hijo de puta lo deja usted para la calle", le espetó el magistrado.
“Algunas preguntas pueden ser inconvenientes, pueden ser molestas, pero no tiene más remedio que contestar”. De este modo inició el juez Adolfo Carretero la semana pasada su interrogatorio a Elisa Mouliaá, la mujer que denunció por agresión sexual al exportavoz de Sumar Íñigo Errejón. Durante la comparecencia, el magistrado adoptó un tono duro y escéptico ante la denunciante y en varias ocasiones le preguntó por qué no paró a Errejón. “Es que no entiendo por qué se sintió violentada”, le llegó a decir en un momento de la declaración. “¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?”, le preguntó minutos después a una Mouliaá visiblemente incómoda.