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El difícil papel de Sémper en Génova: "Hay que manejar mejor las contradicciones"
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LA ESTRATEGIA DEL PP

El difícil papel de Sémper en Génova: "Hay que manejar mejor las contradicciones"

La fricción entre algunos mensajes oficiales y la "opinión" del portavoz nacional despierta recelos en el partido. Génova cierra filas con el político vasco, que fue una apuesta personal de Feijóo tras abandonar la política en 2020

Foto: El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, en el Congreso. (EFE/Mariscal)
El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, en el Congreso. (EFE/Mariscal)
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Borja Sémper se despidió hace cinco años de la política. Lo hizo sin reproche alguno a la anterior dirección del partido, pero dejando constancia de su "incomodidad" con la política de la confrontación y de los extremos. "Si el populismo reaccionario nos arrastra a los demás, yo no pinto nada en política. No me sentiré útil. En el barro siempre gana el populista", subrayó. Las palabras que pronunció aquel 14 de enero de 2020 en la sede de San Sebastián reverberan en el presente. Porque aquel 'adiós' fue en realidad un 'hasta pronto'.

Justo tres años después de aquella rueda de prensa, Borja Sémper reapareció. Y no lo hizo en Euskadi, sino en Madrid. Bajó la escalera que conduce a la sala de prensa de Génova acompañado de Alberto Núñez Feijóo, que le presentó como portavoz de la campaña para las autonómicas y municipales de mayo de 2023. Su retorno era un mensaje en sí mismo, una apuesta personal que respondía a la máxima que se había marcado el líder gallego en su periplo nacional: sensatez frente al ruido. "Feijóo me ha pedido que aporte más moderación y centralidad donde otros ofrecen insultos y descalificaciones", aseguró el político vasco.

Desde entonces, el discurso fluctuante del PP y los encorsetados argumentarios han descolocado a Sémper en más de una ocasión. Tras el shock del 23-J, Feijóo apostó por balancear las dos almas del partido. Eligió la línea dura en el Congreso de la mano de su 'escolta' en Galicia, Miguel Tellado. Y mantuvo a Sémper en Génova como portavoz nacional, un puesto sometido de por sí a un alto desgaste por la continua exposición mediática. El mismo dirigente que en el pasado criticó sin remilgos el acercamiento a Vox tuvo que defender en representación de Génova por qué ahora se sentaban juntos en las instituciones.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a Borja Sémper y Cuca Gamarra, en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En la dirección del PP defienden que Feijóo funciona por la adición de distintos perfiles, y que tener opiniones distintas no es indicativo de problemas internos. "Este partido no es una secta", repiten. El inconveniente que perciben en distintos sectores del partido no es que haya discursos desiguales en determinadas materias, sino que desde la portavocía nacional se alimente esas "discrepancias" en lugar de aplacarlas. "En el partido siempre ha habido voces discordantes, pero cuando hay muchos mensajes duros él se queda fuera de juego. Hay que manejar mejor las contradicciones", comenta un veterano dirigente.

El ejemplo más reciente de fricción entre los mensajes oficiales y la opinión del portavoz nacional del PP se dio este mismo viernes. Sémper se desvinculó de un tuit publicado en la cuenta oficial del Partido Popular en X en el que criticaba que las ayudas del Gobierno lleguen antes a Gaza que a Valencia: "Si pides la ayuda en árabe, llega antes". Antes que Génova, el perfil de Nuevas Generaciones del partido ya había insistido en la idea de comparar la ayuda humanitaria con la que se ha movilizado por la DANA. "Gaza, provincia de Valencia", publicaron. También el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, había hecho una aseveración similar.

Sémper, por su parte, optó por tomar distancia de los mensajes oficiales del partido. En una entrevista en Telecinco, el portavoz nacional afirmó que "no es necesario entrar en comparaciones" entre las inundaciones de Valencia y una guerra que se ha cobrado casi 50.000 muertos en la Franja de Gaza. La periodista insistió, y le preguntó si le parecía "desafortunado" el tuit de la formación a la que representa. "Yo me expreso como yo considero", respondió. "Yo no comento nunca Twitter. Es un escenario absolutamente tóxico que se aleja de lo que yo considero que debe ser el lenguaje político", apuntó.

El dirigente recalcó, con todo, que sí estaba de acuerdo en el "fondo" de las manifestaciones, es decir, en la tardanza de las ayudas económicas a Valencia. Pero no en las formas. "A Borja no le puedes pedir otra cosa. Cuando Feijóo le puso como portavoz, ya sabía los riesgos", comenta un alto cargo del partido. "Al final es lo que lleva haciendo siempre. Se pudo pensar en algún momento que el hecho de pasar a la política nacional le pudiera condicionar, pero sigue siendo un verso libre. Los partidos no tienen por qué ser estáticos", reflexiona un dirigente vasco.

"Cuando eres portavoz no tienes que decir tu opinión, sino la del partido", opinan desde otros sectores más críticos. "Estamos ante el posible final de la legislatura, y las contradicciones penalizan", advierte otra fuente a nivel parlamentario. En el partido se maneja desde hace tiempo la tesis de que Sémper "ha perdido foco" y se ha quedado fuera del núcleo de poder del gallego, en beneficio de otros perfiles pujantes y con un tono más combativo, como es el caso de la vicesecretaria de Sanidad y Educación, Ester Muñoz. En Génova cierran filas y aseguran que Sémper cuenta con un "respaldo total" de Feijóo.

La diputada leonesa ha aumentado notablemente sus apariciones. De hecho, en diciembre, sustituyó a Sémper en varias ocasiones durante la rueda de prensa habitual en Génova posterior a las reuniones del comité de dirección. El dirigente vasco se ausentó de este tipo de comparecencias desde mediados de noviembre, justo tras una intervención en la sede nacional del partido, que también causó revuelo en plena crisis por la gestión de la DANA, y no las ha retomado hasta este mes de enero.

Foto: Borja Sémper posa para El Confidencial ayer, en la sede del PP de Génova, en Madrid. (S. B.)
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Mientras Génova ya maniobraba en Bruselas para tumbar el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria al situarla como primera responsable de la catástrofe, Sémper insistió en que no atacaría al Gobierno por la gestión de la crisis. "No vamos a practicar el acoso y derribo contra nuestros adversarios", apuntó. También eludió defender públicamente a Carlos Mazón. El portavoz se remitió a la declaración institucional que había leído Feijóo una semana antes, en la que pedía aparcar el fuego político para atender las necesidades de Valencia.

Pero menos de 24 horas después de la rueda de prensa de Sémper, el líder del PP le corrigió. Defendió a Mazón, y también atacó a Ribera. En la cúpula recorrió entonces cierto malestar por la negativa del dirigente vasco a dar alas al nuevo giro en la estrategia del PP con la crisis de la DANA desde el altavoz nacional, que pasaba por disparar al Gobierno. Y se quedó solo en su apuesta por la prudencia.

No es la primera vez que el portavoz vasco recibe algún rasguño interno. Su estreno en el Congreso en septiembre de 2023 ya estuvo marcado por la polémica. En plena campaña del PP contra el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja, Sémper decidió alternar en su intervención el euskera y el castellano. Y la decisión levantó ampollas, con críticas que se sucedieron tanto en privado como en público. La bancada de Vox abandonó sus asientos tras arrancar su discurso, y muchos dirigentes de la bancada del PP evitaron aplaudir, entre ellos Cayetana Álvarez de Toledo, con la que Sémper ya había protagonizado enfrentamientos en el pasado.

El fondo de la queja que se repite en la actualidad es que este tipo de discordancias contribuye a desviar el foco "de lo importante", es decir, la oposición al Gobierno en uno de sus peores momentos. Feijóo mantiene firme el timón, convencido de que la fusión de tonos distintos reproduce una melodía perfecta, y contribuye a su deseo de ensanchar la formación por el flanco derecho y por el izquierdo. También mantiene la confianza en su portavoz, que por el momento es recíproca. Del equilibrio entre las dos almas del partido depende su liderazgo. Y Sémper nunca se ha sentido cómodo en el flanco duro. Bien lo sabe Pablo Casado.

Borja Sémper se despidió hace cinco años de la política. Lo hizo sin reproche alguno a la anterior dirección del partido, pero dejando constancia de su "incomodidad" con la política de la confrontación y de los extremos. "Si el populismo reaccionario nos arrastra a los demás, yo no pinto nada en política. No me sentiré útil. En el barro siempre gana el populista", subrayó. Las palabras que pronunció aquel 14 de enero de 2020 en la sede de San Sebastián reverberan en el presente. Porque aquel 'adiós' fue en realidad un 'hasta pronto'.

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