Feijóo pide a los barones estar "alerta" en 2025 ante un hipotético adelanto: "Todo puede pasar"
El líder del PP dice a las organizaciones territoriales que deben estar "tensionadas" y "preparadas" ante cualquier escenario por la "inestabilidad" del Ejecutivo, su rompecabezas parlamentario y el atasco en los tribunales
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"Hay que estar preparados para cualquier cosa. Quien diga que sabe lo que va a suceder en 2025, se equivoca". Es el mensaje que Alberto Núñez Feijóo ha repetido a sus presidentes autonómicos y al resto de cargos orgánicos del partido en las últimas reuniones del año. No hay horizonte electoral previsto en 2025. Ni a nivel nacional, ni autonómico. Pero Génova quiere que el partido funcione bajo la tesis de que "todo puede pasar". El líder del PP se niega a que una inesperada apertura de urnas le pille con el pie cambiado y ha pedido a sus barones estar "alerta" y tener a sus respectivas delegaciones territoriales "enchufadas".
"[Feijóo] sabe que no puede permitirse más errores", reflexiona un dirigente, en alusión a la victoria pírrica del 23 de julio de 2023 que le ha condenado a ocupar la bancada de la oposición hasta que Sánchez decida abrir las urnas. Porque la idea de una moción de censura sigue sin ocupar los pensamientos del líder gallego. La relación con Junts se ha estrechado especialmente en las últimas semanas, y eso le ha permitido hurgar en la fragilidad parlamentaria del presidente del Gobierno. Pero Feijóo sabe que el flirteo con el partido de Carles Puigdemont, que incomoda a importantes sectores del PP, debe tener un límite.
El presidente del PP mira con cierta frustración la situación actual bajo el mantra de que "por menos" de lo que ha hecho Sánchez, "echaron a Rajoy de la Moncloa". Así lo repitió hace unos días durante una conversación informal con periodistas. Ese dardo lo dirige de forma casi exclusiva al PNV, al que ve como un "socio estructural de Sánchez" que no retirará su apoyo al PSOE. A Junts sí le concede cierta "coherencia" con su "programa político", pero en la dirección del partido cogen con pinzas las continuas amenazas de Puigdemont y no creen que deje caer a Sánchez. Como mucho apretará para encarecer el precio de sus siete votos.
"Sus socios le quieren débil, pero no muerto", repiten, con resignación, voces de la cúpula popular. Pero en Génova sí creen que algo se ha movido en las últimas semanas. Y mientras hace unos meses se asumía incluso que Sánchez logrará aprobar los Presupuestos Generales del Estado, ahora no lo ven tan claro. Y no solo por los continuos órdagos de Carles Puigdemont, que ya ha demostrado estar dispuesto a poner al Gobierno al límite. Podemos también actúa de forma completamente autónoma en el Congreso, con el objetivo de recuperar espacio y pulso electoral frente a un Sumar en horas bajas.
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"Le espera una negociación muy severa", opinan en Génova. Al imposible rompecabezas parlamentario hay que sumar la ingente presión judicial abierta sobre Sánchez. Feijóo anticipa, y así se lo trasladó a los suyos en el último Comité Ejecutivo del año, que en 2025 se abrirán nuevos sumarios y se intensificará la agenda del Gobierno en los tribunales. Vincula esa predicción al "nerviosismo" que observa en el jefe del Ejecutivo, y sobre todo a la "persecución" y desprestigio de la judicatura que, a su juicio, se ejerce desde Moncloa. "Es la sintomatología de una enfermedad mucho más compleja", apuntan en su entorno.
En el PP se asume que Sánchez está dispuesto a aferrarse al cargo suceda lo que suceda, y que para la "eclosión" de las causas judiciales pueden quedar incluso años. Pero la profunda "inestabilidad" de la situación política obliga a Génova a no descartar ningún escenario, mantener engrasada la maquinaria territorial y "mejorar la imagen" del partido.
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En la libreta de propósitos de Feijóo aparece subrayado en rojo la necesidad de "reforzar la alternativa" con propuestas económicas, políticas y sociales, mientras el PSOE "se cuece" en su "decadencia". El PP afronta además el nuevo año liberado de las ataduras de Vox, que decidió romper definitivamente y abandonar los seis gobiernos autonómicos que compartían, lo que permite a Feijóo avanzar en su objetivo de ensanchar la base electoral por la izquierda y diferenciarse de los ultraconservadores.
El líder del PP también tiene algunas cuentas pendientes de resolver. En ese objetivo de puesta a punto de las delegaciones territoriales para prepararse ante una posible apertura de urnas, Génova se propone acabar con la situación de interinidad del PP catalán, cuyo congreso regional se le ha enquistado al presidente gallego, en parte por el pulso que mantuvo el actual líder regional, Alejandro Fernández, con el propio Feijóo. Y, por primera vez, en el entorno del gallego trasladan de forma clara que, pese a sus diferencias, el liderazgo del dirigente catalán está "fuera de duda" por su "indiscutible" resultado electoral en los últimos comicios.
Fuentes de la dirección señalan que el cónclave catalán estará resuelto "antes" de celebrar el Congreso Nacional que, en principio, Feijóo no tiene previsto activar hasta principios de 2026. En las filas de los populares catalanes vienen presionando desde hace tiempo a Génova para que habilite el congreso en el corto plazo ante el previsible barbecho electoral de 2025, y recuerdan la necesidad de reforzar la estructura territorial en una región que se ha convertido en el principal granero de votos del PSOE. La fortaleza de Sánchez en Cataluña —logró 19 escaños— frente a los 6 del PP fueron esenciales para su permanencia en la Moncloa.
"Hay que estar preparados para cualquier cosa. Quien diga que sabe lo que va a suceder en 2025, se equivoca". Es el mensaje que Alberto Núñez Feijóo ha repetido a sus presidentes autonómicos y al resto de cargos orgánicos del partido en las últimas reuniones del año. No hay horizonte electoral previsto en 2025. Ni a nivel nacional, ni autonómico. Pero Génova quiere que el partido funcione bajo la tesis de que "todo puede pasar". El líder del PP se niega a que una inesperada apertura de urnas le pille con el pie cambiado y ha pedido a sus barones estar "alerta" y tener a sus respectivas delegaciones territoriales "enchufadas".