El banco-mirador más bonito de España está en Asturias: rodeado de naturaleza virgen y con vistas al río Navia

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La pandemia ha dado para mucho. A pesar de que fue una época de incertidumbre y soledad, también ha servido para instaurar laboratorios creativos en casas de millones de españoles que han mostrado su ingenio a través de sesiones de composición improvisadas, obradores artesanales en cocinas de 15 metros cuadrados o creaciones arquitectónicas para ocupar el tiempo en pleno confinamiento. La reclusión forzada que hemos experimentado durante el estado de alarma ha puesto de manifiesto nuestra fragilidad como especie, pero también ha brindado momentos de introspección y autoconocimiento.

Un claro ejemplo de ello fue Isaac Newton, quien, durante casi dos años de confinamiento por una epidemia de peste en Inglaterra, utilizó ese tiempo para explorar sus ideas. En ese periodo, se produjo el famoso episodio de la manzana, que lo llevó a desarrollar su teoría sobre la gravedad y con el que se encumbró al olimpo de la ciencia moderna.

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Marina Velasco

Una de las propuestas que se han convertido en reclamo turístico es la del Mirador de A Tiracais, creado por Daniel Álvarez, un vecino del pequeño pueblo de Illano, en Asturias, que construyó un banco-mirador, ofreciendo unas vistas únicas sobre el río Navia. Todavía hoy sigue atrayendo a cientos de visitantes. Este paisano de la Reina de España acude cada domingo a esta grada panorámica que construyó con sus propias manos como forma de desconectar de su rutina y admirar la riqueza de la región que le vio nacer.

Historias de una pandemia

Este balcón natural próximo al embalse de Doiras y al pueblo de Lombatín (habitado por solo 9 vecinos) es un remanso de paz en el que los viajeros se sientan durante unos minutos para disfrutar de la naturaleza virgen que rodea el entorno. Hay una ruta senderista que discurre paralela al río Navia y recorre nueve concejos asturianos y siete lucenses, y es parte de la iniciativa de la Sociedad de Amigos de Boal.

El último tramo del camino de unos 900 metros es sencillo, pero no es apto para las personas con movilidad reducida. El banco no es el único punto turístico para hacer fotografías. Un columpio también aguarda a los senderistas para recargar pilas antes de llegar al banco-mirador en el que tiempo se detiene. En un tronco moldeado con gusto hay un poema escrito en asturiano que reza lo siguiente:

Escapa el tempo das maos como os páxaros engalan, escuitase un alegre adaxio

Otra de las paradas imprescindibles es el área recreativa del Puente de Castrillón, con un salto de agua que pone el broche de oro a esta jornada de montaña, cubierta por chopos, castaños y madroños. Una excelente forma de disfrutar de la belleza natural de Asturias es seguir la carretera AS-12, conocida como el corredor del Navia. Este trayecto te llevará hacia Grandas de Salime, un lugar lleno de encanto donde podrás visitar la impresionante presa de Salime, una obra maestra de la ingeniería que ofrece vistas panorámicas al embalse y a las montañas circundantes.

También merece una visita el Museo Etnográfico de Pepe El Ferreiro, un espacio que rinde homenaje a la cultura y tradiciones asturianas a través de exposiciones que cuentan la historia de la vida rural en la región, y el Castro de Pendia, en dirección al concejo asturiano de Boal. Esta antigua fortificación, excavada en 1941 y declarada Bien de Interés Cultural desde 2014, cuenta con una acrópolis y un poblado que ofrece un vistazo a los pueblos prerromanos.