La silla caliente de la comunicación en Moncloa: tres nombres en un año y medio de legislatura
Los más de tres años de secretario de Estado de Francesc Vallés contrastan con la inestabilidad del último mes, con el nombramiento y cese de Ion Antolín en menos de un mes
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La Secretaría de Estado de Comunicación (SEC) se ha convertido en una especie de patata caliente para Moncloa. La silla arde y ya ha conocido tres nombres en apenas un año y medio de legislatura. El largo periodo de Francesc Vallés, que estuvo tres años y medio en el cargo, contrasta con la inestabilidad del último mes, con el nombramiento y cese de Ion Antolín en 20 días, sustituido este lunes por Lydia del Canto. Y coincide además con la tensa relación de Pedro Sánchez con los medios de comunicación, en máximos tras las informaciones sobre su entorno más cercano, y con el caso sobre la presunta filtración contra el novio de Isabel Díaz Ayuso, que precisamente salpica a este departamento.
Antolín fue cesado por sorpresa este lunes. El ex responsable de Comunicación del PSOE fue nombrado el pasado 3 de diciembre, pero no ha durado ni un mes en un puesto clave para el organigrama del Gobierno. El Ejecutivo aprobó en el último Consejo de Ministros del año la designación de Del Canto (1985) como nueva secretaria de Estado, tras su paso por el PSOE de Valencia o la dirección de medios regionales como Levante-EMV, entre otras responsabilidades.
La elección de Antolín, que ya había trabajado con Vallés en la SEC, se reconoció como una apuesta por la continuidad. Pero al mismo tiempo fue visto como un cambio de aires necesario en un momento especialmente convulso, con el Ejecutivo acorralado por casos de presunta corrupción. Desde la oposición, recelosos y en alerta por cualquier movimiento de la Moncloa, también lo señalaron como una declaración de intenciones. Antolín, de la máxima confianza de Sánchez, iba a ser el responsable de pilotar este trance y trabajar en el llamado "Plan de regeneración democrática".
El proyecto, anunciado en verano, puso en alerta a los medios críticos con el Gobierno y a los partidos políticos, que atisban "tics autoritarios" y un deseo de controlar y cercenar la libertad de prensa. Es una sensación compartida por una parte de los socios parlamentarios, que como ha venido informando este diario creen que el jefe del Ejecutivo actúa por una cuestión meramente personal, espoleado por la investigación contra su esposa, Begoña Gómez, acusada de cuatro delitos.
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Y la realidad es que Sánchez no ha levantado el pie del acelerador e insiste en la denuncia de presuntos bulos, pseudomedios y desinformaciones que informan sobre las presuntas irregularidades que rodean a su familia y a su Gobierno. La última vez, este mismo lunes. "Incluso con las zancadillas y las noticias falsas, España progresa y avanza", dijo en el balance de final de año, con muchos reproches pero poca autocrítica.
Ion Antolín, según fuentes oficiales, ha renunciado por motivos de salud. El ya exsecretario de Estado de Comunicación publicó un mensaje en la red social Bluesky donde deja entrever que su salida responde a un estrés acumulado, aunque sin dar más explicaciones. "Una buena compañera de fatigas me dijo estos días: "el cuerpo lleva la cuenta". El mío ha dicho que para, y yo solo puedo hacerle caso. Volveré dentro de un tiempo, a la comunicación del PSOE, con fuerzas renovadas. No tengo nada que no curen el reposo y algo de desconexión. Un día menos...", subrayó.
Investigación de la UCO
El nombre de Ion Antolín había adquirido una relevancia extra la semana pasada, con las nuevas informaciones sobre el caso de Alberto González Amador, el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil elaboró un informe sobre la investigación por presunta relevación de secretos que sitúa a Antolín y a su predecesor en el círculo de personas que estaba al tanto de la supuesta filtración de datos confidenciales.
Los investigadores sostienen que David del Campo, director de gabinete del PSOE en la Asamblea de Madrid, le dijo a Juan Lobato en una conversación de WhatsApp que había hablado con diferentes cargos de Moncloa y el partido sobre la existencia del correo electrónico donde el abogado de González Amador reconocía dos delitos fiscales. Del Campo, como informó este periódico, citó a tres personas que la UCO incluye en la terna de sospechosos que conocían el contenido del mail antes de que saliera publicado en prensa: Francesc Vallés, secretario de Estado; Ion Antolín, responsable de comunicación de Ferraz; y Laura Sánchez Espada, su homóloga en el Ministerio de Vivienda.
La tarea encomendada hace dos semanas a Antolín recae ahora en Lydia del Canto. La periodista, especializada en periodismo digital y comunicación, según las referencias facilitadas por el Gobierno, dirigía hasta la fecha el gabinete de la Secretaría General del PSPV-PSOE. Además, según las mismas fuentes, ha sido coordinadora de varios medios digitales en Prensa Ibérica y directora del departamento de Environmental, Social and Governance de la naviera Baleària.
La Secretaría de Estado de Comunicación (SEC) se ha convertido en una especie de patata caliente para Moncloa. La silla arde y ya ha conocido tres nombres en apenas un año y medio de legislatura. El largo periodo de Francesc Vallés, que estuvo tres años y medio en el cargo, contrasta con la inestabilidad del último mes, con el nombramiento y cese de Ion Antolín en 20 días, sustituido este lunes por Lydia del Canto. Y coincide además con la tensa relación de Pedro Sánchez con los medios de comunicación, en máximos tras las informaciones sobre su entorno más cercano, y con el caso sobre la presunta filtración contra el novio de Isabel Díaz Ayuso, que precisamente salpica a este departamento.