Feijóo confía en asestar el último golpe del año a Sánchez de la mano de Junts
Génova exprime su afinidad fiscal con los neoconvergentes y aspira a alterar la reforma tributaria del Ejecutivo. El líder del PP cree que logrará aprobar enmiendas como la derogación del impuesto a energéticas y otras exenciones impositivas
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El PP vio en la reforma fiscal una oportunidad para intentar resquebrajar la frágil mayoría de investidura de Sánchez y demostrar que "no existe una mayoría progresista en el Congreso". Génova lanzó varios guiños a PNV y Junts, de ideología económica conservadora, con un paquete de enmiendas en el Senado para alterar el pacto tributario del Ejecutivo, una de las normas claves de la legislatura, y que incluye una rebaja fiscal que cifran en 8.700 millones de euros. La melodía suena especialmente bien a Junts, dispuesto a coaligarse con el PP para apretar las tuercas al Ejecutivo en plena escalada de tensión entre Sánchez y Puigdemont.
El Congreso afronta este jueves la votación definitiva del paquete fiscal del Gobierno, y deberá decidir si incorpora o no al texto final una veintenta de enmiendas del PP y otras dos de Junts que llegan vivas del Senado, y que se votarán una a una en la Cámara Baja. Populares y neoconvergentes mantienen conversaciones constantes desde hace días. Y Feijóo cree que "algunas" de sus propuestas de rebajas fiscales saldrán adelante con el respaldo del partido de Puigdemont, tal y como reconoció él mismo durante una conversación informal con periodistas este miércoles.
Tras acordar suspender el impuesto del 7% a la producción eléctrica, Feijóo se propone acabar el año con otro sonoro golpe al Ejecutivo de la mano de Junts. Y el líder del PP es optimista. En los últimos días, Génova ha perdido el miedo escénico a salir en la foto con los independentistas catalanes, pese a que ese giro estratégico despierta recelos en las filas del partido. El propio Feijóo reconoció a los de Puigdemont su "coherencia" con su programa político, una virtud que no observa en el PNV, al que reprocha haber "decidido ser un aliado estructural del PSOE". "Estoy aprendiendo catalán de oído", bromeó el líder popular.
El PP apoyó en el Senado dos enmiendas de Junts a la reforma fiscal. Y éstos le devolvieron el favor con una abstención simbólica a todos los cambios de los populares. Los jeltzales no quisieron salir en la foto... con una excepción: la enmienda del PP para introducir en la reforma fiscal la derogación del impuesto a las energéticas. Fue la única propuesta en la que el PNV, junto a Junts, se abstuvo. Si se repite ese patrón en el Congreso, la iniciativa saldría adelante y quedaría incluida en el paquete fiscal. Y tanto Feijóo como otros dirigentes del grupo parlamentario en Congreso y Senado ven opciones claras de que termine aprobada.
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En realidad, la derogación del gravamen temporal a las energéticas no tendría efectos prácticos. Porque dicho impuesto decae el próximo 31 de diciembre. El Gobierno cumplirá su compromiso con Podemos y el ala progresista del bloque de investidura y aprobará un decreto para prorrogar el tributo extraordinario. Pero no es más que un parche. Porque Hacienda asume que decaerá por la falta de apoyos parlamentarios, precisamente por la negativa de Junts y PNV a convalidar el trámite en el Congreso.
Pero lo que busca Feijóo con esta enmienda es una victoria moral —otra más— sobre un Gobierno al que ve "agotado" e incapaz de ahormar una mayoría parlamentaria en plena negociación de los Presupuestos Generales del Estado. En Génova ven también muy posible que salgan adelante otras de sus propuestas, como la exención fiscal de las ayudas para los afectados de la DANA, una iniciativa que "hasta el PSOE puede apoyar", y ponen en valor otras propuestas como las orientadas en rebajar el IRPF a los jóvenes.
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Fuentes de la dirección nacional aseguran que este jueves actuarán con la misma "coherencia" que le exigen a Junts y PNV, y votarán a favor de las dos enmiendas de los neoconvergentes que apoyaron en el Senado. Se trata de una propuesta para extender el IVA del 4% a productos básicos como los yogures; y otra enmienda que permitiría eximir a los clubes deportivos profesionales del pago de las cotizaciones de trabajadores contratados para la formación de menores de edad.
La efímera mayoría de la que goza el Gobierno en el Congreso permite al PP truncar cualquier votación convenciendo sólo a alguno de los socios de investidura de Sánchez. Alterar el paquete fiscal del Ejecutivo depende sólo de que Junts o PNV se abstengan en algunas de sus propuestas, siempre y cuándo mantengan el voto a favor de Vox y Coalición Canaria. Aunque no han desvelado el sentido de su voto, Vox no parece querer torpedear el intento del PP de dar al Gobierno otra estocada. "Votaremos teniendo en cuenta nuestro programa. Y la bajada de impuestos está en nuestro programa", refrendan fuentes del partido de Santiago Abascal.
En el Gobierno, por el momento, se respira tranquilidad. Pese al optimismo del PP y su evidente flirteo con Junts, la Moncloa no ve en peligro su paquete fiscal. Creen que ninguna de las modificaciones del PP saldrán adelante y que tanto Junts como el PNV respetarán el paquete fiscal pactado previamente. Lo que sí da por hecho el Gobierno es que se incorporarán las dos enmiendas introducidas por los neoconvergentes, y que ven perfectamente asumibles.
El PP vio en la reforma fiscal una oportunidad para intentar resquebrajar la frágil mayoría de investidura de Sánchez y demostrar que "no existe una mayoría progresista en el Congreso". Génova lanzó varios guiños a PNV y Junts, de ideología económica conservadora, con un paquete de enmiendas en el Senado para alterar el pacto tributario del Ejecutivo, una de las normas claves de la legislatura, y que incluye una rebaja fiscal que cifran en 8.700 millones de euros. La melodía suena especialmente bien a Junts, dispuesto a coaligarse con el PP para apretar las tuercas al Ejecutivo en plena escalada de tensión entre Sánchez y Puigdemont.